Capitulo 20

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La última semana paso lenta y aburrida para oriana. Mientras que su tío salía, ella se encontraba en su habitación encerrada y estudiando. Más de una vez había tratado de utilizar el teléfono a escondidas, pero como siempre, Julian la pillaba... y todo terminaba de mal en peor.

- ¡Perdón!- había dicho por enésima vez Peter, después de lo ocurrido en la fiesta.- no sabes cuanto lo siento, pequeña...

- Eres un pésimo mejor amigo Peter.- gruñó oriana.

- Lo sé. De seguro tu tío debe estar odiándome por dejarte sola.

- No tienes idea de cuanto. Por tu culpa ahora él está enojado conmigo.

- Lo siento, se que él es muy importante para ti y bueno....- suspiro.- la cagué.

- Si, la cagaste y demasiado.- dijo molesta.

- Perdóname, oriana... juro nunca más volverlo a hacer.- dijo con arrepentimiento, y es que no le gustaba que ella estuviera enojada con él.- lo lamento...

Oriana soltó una risita.

- Está bien, ya paso solo olvídalo. Si te perdono, tonto.

Peter soltó un suspiro de alivio.

- Prometo nunca más hacerlo, linda... oh, por cierto, ¿Quieres venir a mi casa hoy? Necesito hablarte sobre algo...

- No creo que pueda, Peter, es que...- y antes de que pudiera terminar la frase, el teléfono fue arrebatado violentamente de sus manos.- ¡Oye!

- ¿Es que acaso no fui lo suficientemente claro la última vez? Nada de llamadas.- dijo Julian.

Oriana lo fulminó con una mirada glacial.

- Solamente quería tomarme un tiempo de descanso. Discúlpame por querer divertirme en mis vacaciones.- dijo irónica.

- Pues escúchame bien, mientras este yo aquí, harás todo lo que te diga te guste o no.- dijo Julian, más que una advertencia, parecía una amenaza.

Oriana no dijo nada más. Era imposible tener una conversación normal con él sin que se enfadara y obviamente, la que salía perdiendo era ella. Cuanto extrañaba aquellas noches en que él le hacia el amor hasta las tantas de la madrugada... el caliente contacto de su piel con la suya, y sus besos, aquellos labios que le hacían gozar de placer, eran únicos. Todo en él era único, era especial. Y ahora lo veía con claridad, ahora las piezas del puzzle encajaban a la perfección. Ella lo amaba. Por primera vez, lo estaba viendo con otros ojos, y no como su tío favorito, el cual la mimaba cuando era una niña de trece años. No, era mucho más que eso. Lo estaba viendo como Julian serrano.

Y llegó aquel día, en que jamás pensó que llegaría, pero se equivoco...

- En un rato más llegarán tu madrastra y tu papá, oriana.- le dijo Julian desde la cocina.

- Que bien.-dijo con sarcasmo, sin siquiera verlo.

Julian suspiró y caminó hacia la sala principal. La vio ahí, sentada en el sillón y leyendo un libro que parecía ser de Química.

- No te noto muy contenta, ¿No te alegra saber de que llegarán?

Oriana suspiró con pesadez y cerró el libro para dejarlo a un lado del sillón. Alzó el mentón y lo miró.

- Para serte sincera no. Es más, preferiría que no volvieran.

- ¿Por qué?

- Porque así tendremos que terminar con todo lo que hemos empezado.

Julian se la quedó mirando, tratando de encontrarle el sentido a sus palabras. De pronto, se rió con amargura.

- ¿De que te ríes?- preguntó oriana frunciendo el ceño. No recordaba haber dicho algo gracioso.

- Es que me resulta gracioso, porque... tú y yo nunca hemos empezado algo. Eres mi sobrina, oriana. Jamás te miraría con otros ojos.

Un tio sucio (orian Hot) (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora