Siempre he albergado pensamientos suficientemente complicados acerca de ti, casi como un rompecabezas que me encantaba armar y desarmar. Me parece casi un chiste, casi irreal, el que una persona como yo pensara de ésta manera acerca de ti. Acerca del amor. Acerca de nuestro amor.
Alcé mi mirada al cielo estrellado. Mi espalda recostada sobre el techo de madera en el que a duras penas me sostenía. Ambos pies posicionados estratégicamente en el borde de piedra que separaba peligrosamente mi vida de mi posible muerte y evitaba que me deslizara.
Ambos brazos detrás de mi cabeza, mis labios sellados en una línea y mi mirada perdida en el cosmos. Mis pupilas disfrutaban de la danza que les daba alrededor del espectáculo nocturno que la noche me brindaba y tu disfrutabas de la aventura a la que te invitaba.
A mi lado, en silencio. Estaba él.
Regresé mi mirada por el camino ya conocido de sus mejillas, bailando por sus lunares hasta posarse en su brillante mirada. Yuuri se mantenía observando el cielo ajeno al mundo que lo rodeaba. Yo no podía estar ajeno al mundo, si mi mundo era él. Sin embargo fui capaz de perderme en mis pensamientos mientras miraba de soslayo el paisaje urbano desde el techo de éste segundo piso.
La luz de algunas farolas a media noche nos guardaban el secreto.
Suspiré inevitablemente, y me vi en la tentación de romper el silencio con algún comentario nostálgico. Fue mi alma gemela la que se adelantó a mis intenciones.
-No entiendo.
Giré mi cabeza lo suficiente como para tener una buena visión de su perfil. El mantenía la mirada fija en las estrellas. Mi voz siguió prisionera dentro de mi cuerpo, imposible de dañar la atmósfera suave que nos acompañaba, probablemente la voz de Yuuri era la única con la potestad de barrer el silencio al que me había sometido.
-No entiendo porque no quisiste celebrar tu cumpleaños éste año. -Frunció su ceño.
Suspiré a la par que levantaba mi espalda para sentarme momentáneamente y sacar mi suéter negro de mi cuerpo. Cubrí superficialmente a Yuuri y volví a mi posición inicial.
-No le des más vueltas.
Esa madrugada del 26 de diciembre, Yuuri me había sorprendido escabulléndome en el techo de la casa luego de un día complemente común, a petición mía. A pesar del hecho de ser mi cumpleaños.
-Si lo hago. Era un día especial, importante.- Mordió su labio inferior y parpadeó para disipar las gotitas cristalinas que por un momento rociaron sus espesas pestañas.- Me siento un poco culpable.
-No, Yuuri. Esto no es culpa tuya, ni de nadie en realidad. Fue algo que decidí por mi mismo.- Estiré la punta de mis dedos para simular que era un lápiz y unía puntos al azar creando mis propias constelaciones.
-Aún no entiendo porqué.
Sonreí un poco y rodé mi cuerpo ligeramente para quedar frente a Yuuri, el hizo lo mismo, dignandose a mirarme finalmente.
-Creo que me siento un poco melancólico éste año, eso es todo- Encarnó una de sus cejas y apoyó su mejilla, ya no tan regordeta, sobre su mano derecha-. He estado pensando un poco acerca de todo, y finalmente ha acabado por agobiarme- Estiré mi mano izquierda y empecé a delinear la nariz, las cejas, las pestañas de mi bebé... De mi ex-bebe-. Acabas de cumplir tus 14, Yuuri... Has crecido muy rápido, en realidad, todos lo hemos hecho y no había caído en cuenta hasta hace unos pocos días.
-Y eso que tiene que ver con tu cumpleaños- Él apartó mis dedos curiosos de sus labios, y sin saberlo me apartó de mis pensamientos dispersos de como nuestros labios jamás se habían encontrado en un beso.
-¿Has escuchado eso de "El futuro es incierto"?- El asintió levemente. Me permitió seguir jugando con sus rosados labios lo suficientemente concentrado en mi explicación como para no encenderce en ese rojo vivo que tanto me gustaba-. Hasta que punto el futuro es incierto. Hasta que punto, Yuuri. Me refiero a qué, inevitable nosotros forjamos el futuro desde un punto, guiándolo para llegar a una meta ya prefabricada-El presiona sus labios contra mi pulgar inconscientemente, y yo expando mi sonrisa-. Yo sólo... He estado pensando acerca de lo que quiero para mi futuro, intentando basarme en qué cosas son inciertas y qué cosas podrían estar esperándome seguras... Y que tanto tengo que esforzarme. He acabado exhausto y decidí que no quería pensar a cerca de mi futuro por hoy.
Frunció el ceño aún más, y sus mejillas se colorearon de la rabia.
-Eres un tonto.
Solté una suave risa a costa de maltratar aún más el silencio sereno de una madrugada en Moscú. Con su rostro coloreado de carmesí formó un puchero, alternando su estado de ánimo entre enojado y encantado. Sonreí socarronamente completamente cautivado en el hecho de ser capaz de provocar reacciones tan bonitas en una persona tan bonita.
-Llegué a una conclusión, a pesar de todo-Me acerqué un poco más a su rostro, y cada que hablaba el vaho de mi aliento chocaba con el de la respiración de Yuuri. El me miró con duda en sus ojos y me invitó a continuar hablando con un apretón de su mano que había viajado a mi camiseta manga larga, específicamente a mi pecho. Yo acaricié sus nudillos con mi mano libre mientras que con la otra me mantuve delineando sus labios-. Eres la seguridad en mi futuro.
Soltó un jadeo de sorpresa que fue atrapado por mis labios cuando me moví para concedernos un beso.
Nuestro primer beso.
He quedado realmente a gusto con éste capítulo. Lo amo.
Lamento si hay un salto tan grande en el tiempo, pero no hay mucho más para contar acerca de ese pequeño espacio de tiempo. Si llegó a encontrar alguno, lo escribiré y lo subiré como corresponde a la línea del tiempo.
A falta de inspiración, decidí utilizar lo que en éste instante se encuentra en mi cerebro... El futuro. La verdad me he estado preocupado bastante acerca de eso, así que... Lo utilicé.
Por ahora, me veo estudiando en el extranjero.
¿Y ustedes cómo se ven en su futuro?
Los amo 😭💞
Gracias por tanto.
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Hecho a la medida • Victuuri
FanfictionSaga Sempiterno [Libro #1] Tener una pareja destinada es como una promesa de Fe que se hace a ciegas, es como saltar a un pozo sin fondo rezando porque haya agua al final, es soñar con tener todo y arriesgarse a quedarse con nada, es tan hermosamen...