Una melodiosa voz anunciaba por un altavoz que ya estábamos llegando a tierra. Mi cabeza empezaba a despertar después de un gran sueño y enseguida me focalicé en mi alrededor. Todos ya se empezaban a mover y recoger sus diferentes pertenencias. Yo no tenía nada fuera, pues el noventa por ciento del viaje estuve durmiendo. A mi lado, Lewis estaba con su portátil. Le di con el codo en uno de sus costados para que parara. Estaba tan distraído que no se dio cuenta que estábamos llegando. Cuando giro me dedicó una de sus sonrisas y cerró el ordenador.
Cuando nos dieron la señal, empezamos a salir por el pasillo. Yo tenía una mochila de mano en donde guardaba toda la documentación mía. No sabía muy bien si me iban a dejar entrar sin ponerme problema. Afortunadamente, en los controles no me pararon y todo transcurrió sin problema. Lewis estaba muy emocionado. La sonrisa que tenia era de oreja a oreja. Yo apenas me empezaba a acostumbrar a ver carteles en un idioma diferente. Para mi suerte, yo desde pequeña empecé a estudiar inglés. Me gustaba mucho. Hoy en día podría decir con todo mi esfuerzo que se hablar inglés. A veces se me escapa alguna palabra o no entiendo una expresión pero con el tiempo que estaré aquí seguro que lo soluciono.
Tomamos un taxi y nos dirigimos a lo que sería nuestro nuevo hogar. Lewis dijo que alquiló una pequeña casita en un barrio estudiantil. Queda al lado de la universidad así que le viene perfecto. Además, me comentó que a menos de 5 minutos, estaba un instituto. Mis planes eran apuntarme, todavía me quedaba un año para la universidad y yo tenia muchas ganas de estudiar. Soy bastante buena estudiando, pero mi defecto es que soy vaga. Eso me cuesta que llegue a veces a la cima de algunas cosas.
—¿Estas lista?— dijo Lewis mientras íbamos en el taxi.
— ¿Crees que he cometido un error?
— ¿Qué?¿Un error? Claro que no. Tú eres muy sabia. Nos la apañaremos bien—dijo mientras me acercaba a él.
—Esta bien—suspiré— . Que pase lo que tenga que pasar— dije mientras cerraba los ojos acostada en su hombro.
Al cabo de diez minutos llegamos a un barrio. Era precioso. Un montón de casas estaban colocadas simétricamente al lado de una montando una gran fila. Eran casas grandes y con un jardín hermoso. Algunas hasta tenían árboles o flores plantados. El taxi paró enfrente de una casa. Era grande y de color azul por fuera. Unas ventanas asomaban abajo y una puerta blanca daba la bienvenida a través de un caminito de piedra.
—Hemos llegado. ¿Te gusta?— dijo mientras salia del coche.
—Es genial. Y muy grande.
—Sí. Esta pensado para tres personas. Más adelante pensamos si traer a alguien, ¿si?
—Claro—asentí.
Sacamos las maleta del taxi y nos dispusimos a entrar.
—Toma—me pasó unas llaves—. Estas son tus llaves. Haz los honores.
Con mucha emoción tomé las llaves como si fueran un objeto legendario y las metí en la cerradura de la puerta. Giré y la puerta se abrió. Por dentro la casa era muy bonita. Tenía un estilo moderno mezclado con un estilo clásico el cual te dejaba en un ambiente perfecto. Recorrí toda la casa por abajo y me dispuse a subir las escaleras.
—Arriba están las habitaciones. Sube y escoge una. Yo ahora subo.
—Sí— dije con tono de niña y salí a por una.
Arriba habían cuatro puertas. Tres habitaciones y un baño. Entré en cada una de ellas hasta que me decidí. Escogí la habitación la cual tenia color azul en las paredes y un balcón. La cama era grande y el armario estaba nuevo. Me senté en la cama y deje caer la cabeza en la almohada. Por primera vez me sentía tranquila. Una nueva vida comenzaba y olía muy bien. Agarré mi teléfono y vi que eran las tres de la tarde. Baje a ver que hacia Lewis. Al llegar lo vi que se había quedado dormido en el sofá. Estaba cansado del viaje. Cuando le vi no pude evitar una pequeña sonrisa. Tenia mucho que agradecerle por lo que hizo. No cualquiera se trae su amiga a su nueva vida. No pude evitarlo y me tiré encima de él. Él solo hizo un quejido y abrió los ojos.
—¿Me intentas violar?—dijo con una ceja arriba.
—Oye..—reí—. Que el pervertido eres tú.
—Cierto—dijo divertido.
—¿Oye buscamos algo para comer?—pregunté mientras me levantaba e iba a la cocina.
—No hay nada. Deberíamos pedir algo. Hoy necesitamos mucha energía.
—¿Que tenemos que hacer?
— Pues primero: conseguir un coche, segundo: tengo que pasarme por la universidad y tercero tenemos que ir a hacer compras. Ya sabes: comida, muebles, limpieza...
—Te ves muy adulto diciendo eso— dije sonriendo.
—Lo sé. Vamos a pedir algo. ¿Pizza?
—Dale.
Lewis se levantó y buscó el número de una pizzeria. Yo le dije a Lewis que subiría y me fui a echar una ducha. Quería cambiarme y prepararme para salir. Cogí una toalla de la maleta de mano y fui al baño. Al salir abrí la maleta grande y agarré lo primero que tenía encima. Unos jeans y un camiseta. Quedaba bastante bien así que asentí y me vestí. Cuando baje vi que Lewis ya tenía la pizza.
—¿Tanto he tardado?—pregunté señalando la comida.
—No. La pizzeria esta muy cerca. Vamos a comer y nos vamos.
—¿Cual es la primera parada?— pregunté.
—Un parque que esta a menos de diez minutos. Allí he quedado con un amigo. Me va a prestar un coche mientras consigo uno.
—Perfecto.
No me sorprendía la forma tan fácil como decía las cosas Lewis. Sus padres tienen bastante dinero, pero Lewis desde que ha podido ha trabajado y ha ahorrado para este momento. Por mi parte yo le di unos ahorros que tenia de lo poco que podido trabajar. Le dije que cuando llegara buscaría empleo pero él me dijo que no. Aún así lo buscaré, no quiero que el lo tenga que pagar todo. Ayudaré en lo que pueda.
Al rato de unos minutos salimos hacia donde estaba su amigo. Llegamos en menos de lo previsto. Allí un chico pelirrojo nos saludó y habló con Lewis por un momento. Dijo que tenía prisa y le pasó unas llaves de un 4x4.
Desde ese momento, estuvimos toda la tarde fuera. Primero fuimos a su universidad y entregó unos papeles. Después fuimos al supermercado y nos pusimos a comprar. Trajimos tantas cosas que nos tuvieron que enviar un camión. Llegamos sobre las 9 a casa. Estábamos agotados así que guardamos la comida, acomodamos lo demás y subimos a las habitaciones. Él se acostó en mi cama y empezamos a hablar. Cuando menos lo pensamos nos habíamos quedado dormidos.
A la mañana siguiente nos levantamos y bajamos a organizar la casa. Dijimos que sería un día de orden así que no hicimos más que eso. Justamente era domingo así que nos planeamos y dijimos de ir el lunes a mi instituto para matricularme oficialmente. Desde España me apunté pero necesitaba formalizar la matrícula.
Bueno, bueno...mi primer capítulo. Tengo muchos nervios. Así que les pido el favor que comenten y voten que tal les has parecido el comienzo. Sé que no es muy largo pero por ahora los haré así. Planeo actualizar muy seguido así que no les dejaré con mal sabor de boca. Si ven alguna falta o solo quieren añadir algo me dicen por favor. Espero que les guste.
Un abrazo y hasta pronto.
J.M
PD: Hoy domingo 9 de julio actualizaré un capítulo más. Gracias por el apoyo.
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Te quiero y me duele.
JugendliteraturYo. Una chica normal envuelta en un remolino de problemas. ¿Cómo llegue aqui? No solia recordar mis males, ahora duermo con ellos. No sé si podre salir de aqui...tal vez él me ayude o tal vez él me hunda. Tú decides, ¿entras? Si lo haces es hasta e...