Capítulo 4: No me dejes

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El despertador sonó y yo sabía lo que eso significaba. Mi primer día de clase. Se me había pasado la semana volando. No tenías nervios pero algo raro sentía. Supongo que es normal. Soy nueva en la ciudad y a penas conozco a gente. Bueno por otro lado tenía ganas de saber si compartiría clase con Parker. La última vez que lo vi fue en el partido el cual me invitó. Lo pasé muy bien. Ese chico cada vez que lo veo me gusta mas. Aunque de una forma amistosa solamente claro. No soy muy enamoradiza ni nada por estilo.

Después de un rato batiendo con mi sueño me pude terminar de alistar para salir. Decidí ir caminando ya que Lewis no estaba aún listo. Cuando estaba a punto de llegar una chica pasó por mi lado. Iba corriendo y sin querer chocó conmigo. Me caí de cara.

  —Oh perdona no te vi. ¿Estas bien?—dijo la joven con la que choqué.

—Sí tranquila—dije mientras me levantaba.

—Oh dios santo. 

—¿Qué pasa?—dije como si nada.

—Tu nariz—me señaló.

—Pero si no....—toqué mi nariz—. Joder...

—No te preocupes. Ven conmigo. Te curaré.

—No tranquila, no me duele—dije eso aunque me dolía como mil demonios.

—No seas boba. Fue mi culpa. Ven—me cogió del brazo.

Fuimos a una velocidad rápida. Llegué agitada al instituto.

—Hemos llegado—dijo la chica con la que choqué.

—Pero si es mi instituto—dije sorprendida—. ¿Como sabes que vengo aquí?

—Llevas pintas de ir al instituto y el mas cercano es este. El próximo esta a 3 kilómetros. No tienes mucha de cara de caminar—la miré con una ceja arriba—. Que es broma anda. Por cierto me llamo Bella.

—Pues encantada Bella. Yo soy Emma. Pero dime, ¿ahora que?

—Pues sígueme.

Volvió a agarrarme del brazo y me guió. Entramos en un edificio y subimos a la tercera planta. Cuando abrió una puerta con una llave lo comprendí. Estábamos en la residencia. Pero, ¿desde cuando un instituto tiene residencia? Pensaba que eso era solo para las universidades.

—Ven. Déjame limpiarte.

Agarró un pañuelo y con mucho cuidado me limpió la sangre. Desde esa perspectiva pude fijarme en lo guapa que era esa chica. No solo tenía un cuerpo de diez, sino que su cara era preciosa. Tenía unos labios muy perfectos. Además, cuando se quitó la goma de su coleta pude ver una preciosa melena de color negra. A la luz incluso parecía que brillaba.

—¿Mejor? 

—Sí. Muchas gracias. Pero tengo que irme. Llegaré tarde a clases y es mi primer día.

—¿Que curso vas?

—Al último.

—Dame cinco minutos y vamos juntas que yo también voy allí.

Bella no me dejo mi contestar. Cogió algo de ropa de su armario y se encerró en lo que sería su baño. Yo no me había fijado que llevaba ropa deportiva, por eso estaba corriendo. Moví mis hombros y dije: "parece maja".

************

—Luci, ¿Cuantos pantalones has bajado esta semana?—dijo Bella a una chica de delante.

Yo solo abrí mis ojos y me sorprendí por Bella. Parecía otro tipo de chica.

—Bella...shh—contestó la otra chica—. Ya sabes que desde ese día mis padres no me dejan salir.

Te quiero y me duele.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora