4• Duelen pero valen mucho

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Kanato dijo una vez "Todo después de un tiempo deja de doler o deja de importar"  y es más seguro amor mío que me dejes de doler pero jamás de importar.

Me recoste en mi cama y me dormi recordando lo que había pasado.

.....


Era una mañana clara, de brillante esplandor, no quería salir, pues no siempre me gusto el sol, a lo lejos escuche unos campistas y que más daba, me vesti con un ligero vestido blanco y sali a cazar.

Desgraciadamente ellos ya se había ido, ¿cómo es que no los escuche la noche anterior?, quien saber el porque, pero aproveche para pasear un poco en aquel inmenso bosque, camine mucho pero me canse y visualice un árbol muy peculiar ya que este tenía forma de amaca, al verlo me subi en el y me recostre.

Había caminado mucho, estaba lejos de casa, aun así sabía como regresar.

Cerre los ojos, no había apreciado nunca la naturaleza pero en aquella ocasión lo hice, algunos pájaros cantaban hermosos silvidos, se escuchaban tambien las hojas de los árboles mecerse por el  viento, no haciendo de menos el sonido de un río que corría a toda velocidad callendo en una hermosa cascada.

-Hola. -estando tan concentrada en aquellos sonidos me desconcentre en los sonidos cercanos, o quizas ya me había dormido e ignore lo que pasaba a mi alrededor.

Una tierna y dulce voz infantil venía de abajo, una niña, no sabía que decir o hacer, ¿debía atacar o simplente dejarla ir?, baje de aquel árbol y me acerque a la chiquilla, su cabello era oscuro y le llegaba un poco por debajo de los hombros, sus ojos eran grandes y expresivos, tenía un pañuelo alrededor de su cuello. Baje del árbol.

-Hola chiquilla, ¿qué haces aquí?, ¿estas lejos de casa?. -jamás había atacado a un infante, no suelen estar en el bosque.

-¿Eres un ángel?.

-Ammm....yo...

-No, tu eres el hada del bosque, ¿verdad?.

-Jajaja, -me causo gracias, me parcio simpática -bueno, yo...

-¡Elisabeth! -la voz de un chico gritaba a lo lejos, parecía apróximase.

-Es mi hermano. -un chico alto de cabello oscuro y ojos color lila pastel se asomaba entre los árboles.

Él sonrió cuando vio a la niña, yo encambio me paralice, ¿qué me pasa?, jamás había actuado así, ¿estoy bien?, ¿es normal esto?.
El chico se apróximo.

-Elisabeth, no te alejes cuando entremos al bosque.

-Lo siento.

-Esta bien pequeña -él le sonrió y luego puso su mirada en mi -disculpe señorita si le dio molestias -tenían un acento de campesinos además de apariencia muy humilde.

-No, esta bien.

-No la había visto nunca señorita, ¿qué la trae por aquí?.

-Ammmm bueno, me llamo Mercy, dime así.

-De acuerdo Mercy, mi nombre es Williams y ella es....

-Elisabeth.

-Sí, pero no me ha respondido.

-Mmm... -¿ahora qué le podía decir? - sali a camir un poco y termine aquí.

-¿Esta perdida?.

-No, estoy bien.

-Nosotros vivimos por allá -dijo señalando a una dirección- y siempre venimos aquí para poder recoger leña y un poco de agua de aquella fuente natural.

-... -quede paralizada, no sabía que decir, jamás había ensamblado una converzación con humanos.

-Me alegra ver que no somos los únicos en venir por aquí.

-Igual a mi. -¿qué más podía decír?.

-Señorita, perdón Mercy, nosotros nos tenemos que ir, esperamos verla de nuevo.

-Nos veremos luego. -dijo la niña en un tono dulce.

-Por supuesto, tengan buen día. -dije al mismo tiempo que hacía señas con la mano para despedirlos, ellos se fuerón perdiendose en el bosque y yo regrese a la mansión.


.....


Aquellos recuerdos dolian mucho pero al mismo tiempo valian demaciado.

"La hermana Sakamaki"                            Una Rosa Consumida Por El FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora