8• Me gustas

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Entramos a la humilde morada, se podía sentir la cálidez en el aire.

-Sientate. -Elisabeth me trajo una silla.

-Gracias nena.

-¡Mamá! -la niña corrio a otra habitación -ven rápido.

-Ya voy Elisabeth.

Una mujer caminaba muy despacio hacia donde yo estaba, era linda, aunque se miraba muy cansada. Me puse de pie inmediatamente.

-Buenos días, mi nombre es Sakamaki, Mercy Sakamaki.

-Buenos días Mercy, sientate porfavor, mi nombre es Gemma y ellos son mis dos hijos que por supuesto ya los conoces. -tome asiento al igual que ella.

-Si.

-Me han hablado mucho de ti, tenía mucha curiosidad de conocerte y se me ha concedido otro deseo más -No comprendí muy bien lo que me dijo- Williams te menciona mucho.

-¡Mamá!. -Me ruborice al igual que él, Gemma sorió.

-¿Qué?, solo es la verdad.

Conversamos un rato más, mis nervios poco a poco fuerón mermando, Gemma tocía mucho y me recorde que me dijerón que estaba enferma, era muy linda y agradable, su sonrisa era dulce, además de tener mucho carisma, su cabello era rojizo hasta los hombros y sus ojos color lila, como Williams.

El día estuvo hermoso y no solo lo digo por el sol radiante que hubo esa mañana si no tambien por la familia Shimada, si ellos eran Williams Shimada y Elisabeth Shimada.

Me despedí de ella y de la niña, Williams me acompaño de regreso a casa.

-Paremos aquí.-le dije, no podía llevarlo a mansión.

-No, te llevare de regreso a casa, ya es de tarde y me da miedo que camines sola.

-Williams.

-Dime, en que dirección seguimos caminando.

-No, dejame aquí, regresa con tu madre y con Eli.

-No, eres muy bella y te pueden robar. -me sonrroje, los humanos tienen sentimientos muy hermosos y pueden llegar a tocar el corazón de cualquiera utilizando las palabras correctas y dulces.

-No, porfavor, no lo hagas más díficil. -ahí comprendí que todo había acabado, no le iba a decír la verdad, pues tendría que matarlo, solo lo iba a dejar, me iria sin mirar atrás, le estaba mintiendo, esto no iba a llegar jamás a más.

-Mercy, ¿pasa algo?.

-No -dije seca- solo vete y no vuelvas a buscarme.

-¿Qué?.

-Lo siento.

-¿Por qué?.

-No quiero que me acompañes a casa.

-¿Acaso tu padre esta ahí?, ¿es eso verdad?, si te ve conmigo te mata.

-Si. -había esperanza, él solo se contesto, no tenía que alejarme de él, podía seguir viendolo, estaba tan contenta.

-Siempre dí la verdad, no seas muy dura y que te quede algo claro, yo jamás me voy a alejar de ti, eres hermosa y me gustas pero no te voy a presionar -¿qué estaba escuchando? -no podía contener y reprimir más mis pensamientos, lo siento si te he ofendido.

-No.

-Pasa linda noche Mercy.

-Adiós Williams, pasa linda noche.

Él se acerco a mi y me beso en la frente. Williams jamás voy a olvidar este momento, jamás. Él sonrió y se alejo, yo camine en dirección a casa, toque mi frente y mordi mi labio, ¿acaso estaba soñando?, porque si es así, jamás quiero despertar. 《Me gustas》, sus palabras resonaban en mi mente.

Pero algo interrumpio mis pensamientos, algo llamado "instinto", mi insinto natural me llamaba, ¿qué es ese aroma?, sangre, eso era, puse atención a los sondidos que provenían de lo más profundo del bosque.

-No llores pequeña, solo es un raspo.

-Pero duele.

-Cuando lleguemos a casa te preparare chocolate caliente.

No me atreví a acercarme a ellos, los observe desde la oscuridad, un par de hermos como Williams y Elisabeth iban de regreso a casa.

Me aleje sin darles pista de que alguien los miraba.

Llegue a la mansión con un sentimiento extraño.

Yo jamás tendría algo con Williams, yo soy un mounstro y él un humano, yo soy cuel y él no. Me alejaría de él, cueste lo que cueste.

[...]

Los días pasaban pero yo no sabía como alejarme de ellos.

Visite un par de veces más a Gemma y en una ocación me dijo.

-Tengo que irme, se hace tarde.

-Tienes razón, es mejor que te vallas, pero antes quiro hablar contigo a solas. -dijo mirando a Williams y a Elisabeth, los cuales nos dejarón solas.

-¿Qué es lo que quiere hablar?.

-Veras Mei, ya no me queda mucho tiempo de vida, el médico del pueblo me ha dicho que talvez no pase el mes -me asuste, por primera vez me sentía triste por un humano- Williams antes de conocerte sonreía pero lo hacía vacíamente, solo para darle fuerzas a Elisabeth y a mi, pero eso ha cambiado, désde que te conocio y entraste a nuestras vidas, su sonrisa esta viva.

-¿Qué me esta tratando de decir?.

-Se que a ti también te gusta él -baje la mirada ruborizada- no te avergüenzes, -toció la pobre mujer- perdón... -hizo una pequeña pausa- no te alejes de su vida, ellos estaran mal cuando me valla, Williams le dara fuerzas a Elisabeth, ¿pero quién le dara fuerzas a él?, es por eso que estoy más tranquila al saber que tu lo apoyaras y le fortaleceras.

-No diga esas cosas, usted se levarntara, va a sanar.

-Mei querida, mi enfermedad es desconocida, lo único que se sabe es que esta avanzando rápidamente y esta acabando conmigo.

-Algúna solución encontraremos, además usted esta muy joven -una lágrima corrio por mi mejilla, desdé que mi madre murio no había vuelto a llorar sin contar que nadíe me había visto, Gemma fue la primer persona que me vio llorar- sanara ya lo vera. -la abraze y ella a mi, seco suavemente mi mejilla.

-No llores mi niña se fuerte para él, porfavor.

-Lo sere.

"La hermana Sakamaki"                            Una Rosa Consumida Por El FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora