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La situación era más que incómoda, ya que había allanado su habitación sin permiso y porque había resuelto la incógnita, algo que realmente no me incumbia; pero qué más da, sí él también se había metido en mis asuntos.
Ninguna palabra por parte de él, pero sí dejaba mostrar una expresión bastante "graciosa" a mí parecer; sus ojos demostraban sopresan y miedo, además pude notar un detalle en ellos, qué sus pupilas se habían contraído bastante y esto dejaba ver sus "sentimientos de repulsión".
— Vaya... — Un hilo de voz salió de sus labios. — Lo has descubierto; qué bien, felicidades.
Por mucho a que le diera la vueltaba sus palabras siempre lo veía como las palabras final de un videojuego, realmente no importaba aquello pero debía comentarlo.
— Soy Mafumafu, un gusto. — Se presentó el albino. Ahora que lo pienso bien, no nos hemos presentado correctamente.
Pude ver cómo una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios, sus grandes orbes rojas era muy hipnotozantes, al igual que sus largas pestañas cualquier chica le envidiaría, sus labios eran rojos como si fuera obra de algún labial.
— ¿Sucede algo? — Sus mejillas se enrojecieron al notar mi mirada en él.
Mierda; me había congelado mientras revisaba las fracciones y los detalles de su rostro. — Realmente no. — Contesté despabilandome.— Soraru, yo soy Soraru.
Mafu sonrió y soltó una pequeña risa. — Bonito nombre, Soraru.
Qué malditamente tierno, ¿en realidad es un humano? Alguien que habita en este mundo podrido se pudre con su entorno. Quizás el solo se muestra de esa manera pero él puede que esté igual de roto que yo.
— No te quedes ahí parado, hay un asiento a mi lado. — ¿Quién soy yo como para negarme a su invitación?
— Con gusto estimado.
Luego de una sublime reverencia y un par de risas me senté en aquel asiento al cual me invitaban.
Conversamos de varios temas, encontramos varias bases de entendimiento mutuo y notamos que nuestros gustos eran muy similares, este me mostró notas de nuevas canciones que tenía en mente pasamos la mayoría de la tarde cantando canciones compuestas por él, algo realmente impresionante para un gordo fan como yo, aunque no lo admití ni lo admitiré. La tarde pasó rápido a mí parecer, nos conocimos lo bastante cómo para pensar en ser...
— Este es el comienzo de una linda amistad. — Mafu esbozó una sonrisa en sus labios, al parecer estaba muy emocionado por lo que ocurría.
— Ya lo creo... — Sonreí para él; algo bastante raro realmente.
Una linda amistad ¿no?.
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