6. Granitos de oro

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Notas del capitulo:
Aquí el cap 6, me tarde y estuve toda la tarde escribiendolo y corrigiéndolo pero aqui esta al fin.
Disfrutne el cap! MUCHAS GRACIAS POR SU PACIENCIA.

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Capitulo 6: Granitos de Oro.

La presencia angelical se coloca frente a frente al gobernante de Egipto. Su mirada de rabia, su mirada de ira contenida no era amenazante y mucho menos atemorizarte para aquel ser de procedencia divina. La mirada amatista en total calma, se posa sutilmente en los ojos agresivos y demandantes del que era Faraón Tanto odio que alberga su alma, Odio que es injustificado y sin sentido... Que decepcionante para un Rey - Exclama de forma serena, haciendo hervir la sangre de aquel hombre agresivo. Como se atrevía a insultarlo de esa manera?- Usted... Es el vivo reflejo de su padre. Un iracundo Rey, que solo desea ver sangre derramada en las hermosas dunas de nuestro pueblo...- afirma, sin titubear. Para el, era inevitable sentir algo de frustración contra el faraón, tal vez el sacerdote tenia algo de razón en sus palabras, tal vez la salvación no llegaría nunca.
- Como... - dice, pausándose un momento apretando con fuerza desmedida los dientes y los puños Como te atreves a juzgarme de tal manera?!, tu... Un insignificante príncipe!, mirate nada mas...! tan pequeño, tan débil, tan inútil puedo romperte en dos si yo quisiera justo ahora!. No eres nada comparado a mi, NADA.
- Quiere comprobarlo? ... -alza una ceja sin perder contacto visual.
-Una pelea, eso quieres? - curvá una prepotente sonrisa en su boca- Acepto gustoso!, como amare romperte esa delicada cara que tienes, pero tendrá que ser bajo mis reglas después de todo este es mi reino y tu eres un simple y vulgar invitado. -se pone a pocos centímetros del llamado príncipe - Mañana haremos una ceremonia "tradicional", tú y yo... En la arena de juegos, le daré un buen espectáculo a mi gente al cortar esa piel de seda que posees.
-... No proclame victoria sin ni siquiera tomar la espada -de repente, la ira y rabia del faraón cambian dramáticamente a miedo, ya que la mirada de ser angelical se vuelve fría y severa, dando un paso al frente haciendo retroceder al gobernante continua su respuesta sin titubear ni un momento- Para aquellos que solo desean ver la sangre correr, para aquellos que se atrevan a profanar las sagradas arenas de Egipto se merece que Seth abra sus puertas infernales y le de cupo entre las almas torturadas de su infierno. Oh, pobres de aquellos que no teman a la ira de Amon Ra -el ser extienda una mano y coloca un dedo en el pecho del faraón el cual estaba estático en su sitio- Que mi cuerpo, simple recipiente para el alma pura de Amon sea batido en duelo mañana contigo, alma descarriada... Si con la bondad eres sordo... Escuchara con la violencia y la ira, de quien mas has olvidado e insultado en los últimos a-os. -aleja su mano, dejando una profunda cortada en el pecho del gobernante causada por las largas u;as del supuesto Sirio, se dio la vuelta y se encamina a paso lento a su habitación - Lo esperare ansioso mañana, Iracundo... E inútil Faraón. -El ser se retira a sus aposentos sin decir nada mas.
-.... -Las manos del susodicho, comenzaron temblar de la rabia, se había quedado paralizado ante esa mirada. Como era posible?, ese enclenque lo había humillado e insultado, que eran esas sartas de palabras sin sentido?. El era el faraón, aunque aun no tuviera su corona lo era. Su divinidad era casi tan superior como la de cualquier dios- Lo pagara caro! - anunciá, con voz fuerte- Por esta humillación!
Mientras el próximo gobernante de Egipto se retiraba de la escena, soltando maldiciones e insultos contra el príncipe sirio. Sus guardias, se miraban entre si sorprendidos. Habían escuchado el monologo del príncipe, lo que había dicho era muy conocido para ellos y era casi inaudito que el casi faraón no lo hubiese reconocido aun siendo educado desde la mas tierna edad con los antiguos y sagrados libros de las deidades egipcias. Aquellas palabras, aquella declaración era un fragmento de un viejo texto antiguo llamado "El castigo del ángel de Ra"
-Bakura, el no es...
-Por fin, el castigo de Ra nos ha alcanzado...-murmura aquel hombre de cabellos blancos- Recemos por su misericordia, y que nos perdone...
-Por seguir las leyes y ordenes de alguien se puso en el trono de dios, sin serlo... -continuó aquel de pelo rubio cenizo.
-Preparemos ofrendas...-murmura, sin mas ambos guardias se retiran dirigiéndose al templo de Amon.

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