Introducción

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Llegué a mi taquilla, sabía lo que me esperaba dentro. Tenía miedo, pero no podía seguir así toda la vida, o al menos, lo que quedaba de instituto. Respiré profundamente y con lo que me quedaba de fuerza tanto física como mental, la abrí.

Noté mis ojos empezar a humedecerse enseguida: Cáscaras de plátanos, restos de comida grasienta cubrían mis libros de clase, chicles pegados a la puerta del casillero. Notas con insultos en ellas, incluso amenazas de muerte.

Empecé a limpiar, mientras que no paraban de caer lágrimas por mis mejillas.
Mucha gente se quedaba mirando y cuchicheando a mi alrededor, pero ninguna me ayudaba. ¿Por qué me hacen esto? Nunca he tratado mal a alguien, siempre intento ser amable con todos, aunque quizás sea ese el problema.

En cuanto termino de tirar la basura que contenía mi taquilla, meto en mi mochila lo necesario para la clase. Vuelvo a mirar a mi alrededor, pronto los grupos que se habían formado se empiezan a disolver. Se acabó la diversión.
Atravieso el pasillo hasta llegar al cuarto de baño, no sin antes llevarme miradas de odio y asco por parte de las chicas y cumplidos obscenos por parte de los chicos.

Una vez allí, me lavo la cara, borrando cualquier rastro de tristeza, aunque mis ojos se habían tornado en un color rojizo por el anterior intento de limpiar las lágrimas. Limpio mis manos y me doy un último vistazo en el espejo.

De repente, Irene salió de una de las puertas del baño, junto a Hyang. Se suponía que eran amigas, pero realmente eran como la Reina y la esclava. Todo lo que Irene decía era alabado por Hyang, a veces sentía pena por ella.

-¿Te gustó tu regalo?- Dijo mientras reía sarcásticamente, Hyang se unió a ella- Tranquila, no será el último- se acercó plantándome cara, sin dejar de sonreír.

-¿Qué te he hecho para que me odies?- inquirí. Sentía cómo mi voz se quebraba, no podía aguantar más. Lágrimas amenazaban con salir de nuevo, mordí mi labio inferior, intentando resistir.

-¿Todavía no te has dado cuenta?- Acercó su boca a mi oído y susurró- Existir.- Me miró directamente a los ojos y rió- Deja de hacerte la inocente, sé que, tras esa careta de niña buena escondes a una perra. ¿No oyes los rumores que hay de tí? No entiendo cómo Jungkook se ha podido fijar en alguien como tú. Y cuidado, no te ilusiones, él sólo te quiere para lo que todos saben. Que te quede claro, zorra.

Se alejó con una sonrisa triunfante y se fue, seguida de su "amiga".

En cuanto al puerta se cerró me derrumbé, apoyé mi espalda contra la pared mientras me deslizaba hacia abajo, acabé sentada en el suelo, sujetando mis rodillas con las manos y apretándolas fuerte contra mi pecho. Las lágrimas no tardaron en salir. Lo que eran sollozos al principio se convirtieron en llantos de dolor.

Después de todo, la vida de un adolescente no es tan fácil, ¿no?

Bienvenidos a mi día a día: Soy Lisa Manoban, y sufro bullying.

...
¡Hola a todos!
Espero que os haya gustado el capítulo. Sé que ha sido intensito, pero pronto las cosas se pondrán muy interesantes.
Me gustaría mucho ver vuestras opiniones al respecto (sin ofender a nadie)
No sé cada cuánto actualizaré, pero será seguido
¡Nos vemos pronto!

Illicit [jl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora