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-Viernes, Octubre. 21:00-

El frío empezaba a entumecer mis músculos. Llevaba esperando una hora a que llegara, pero él no aparecía.

Quizás se ha retrasado por algún motivo...

Pero: ¿Y si no viene?

Me arreglé mucho para hoy. Pasé en mi cuarto eligiendo ropa y maquillándome 3 horas con ayuda de tutoriales por internet, sonriendo como una niña pequeña y dando grititos de felicidad cada vez que pensaba en él. Como anteriormente dije, quería verme más femenina, así que me decanté por ponerme un vestido: parte de arriba blanca decorada con pequeñas flores rosa pastel y parte de abajo del mismo rosa, separado por un cinturón marrón claro. Los zapatos eran plataformas no muy altas de color igual al cinturón. Maquillaje: delineé mis ojos, puse rímel en mis pestañas y por último pinté mis labios de un tono rosado gradiente. Claro que tuve que usar como mínimo cinco toallitas para que todo quedara perfecto. La verdad es que no solía maquillarme, tampoco tenía práctica ya que nunca salía de casa en situaciones como esta.

Aunque se estaba retrasando, seguía con las esperanzas de que viniera. Las horas pasaron y se hizo de noche. Me dejé caer en un banco cercano a la única farola que había cerca. Así estuve durante otra hora más. Empecé a perder la alegría de hace unas horas, para finalmente llorar. Luché por calmarme, pero no podía. ¿Qué harás si viene y te ve así? Con el maquillaje corrido y la cara hecha un cuadro. Yo y mis esperanzas de que viniera. De que apareciera por la puerta del parque, me cogiera de la mano y fuéramos al cine, riéramos juntos, simplemente pasarlo bien.
Soy idiota.

-Patética-  Se escuchó a mi lado con diversión. Sin necesidad de alzar la cabeza ya sabía a quién pertenecía aquella voz. Era Irene, seguida de Hyang - ¿De verdad pensaste que vendría? ¿Que saldría con alguien como tú?- Sus palabras daban de lleno en mí, porque quizás tenía razón.- JÁ, no me hagas reír. Hazle un favor a todos y desaparece de una vez.

Dicho esto sentí un líquido espeso caer por mi cabeza y cubrirme entera antes de que pudiera tan siquiera reaccionar o decir algo. Su intenso olor... Miré mis manos apenas visibles por la oscuridad de la noche, si no fuera por la farola no se vería nada. No vería el desastre que ahora era. De la cabeza a los pies, mi cuerpo estaba manchado de verde.

Pintura.

Hyang que hasta el momento no había dicho nada, se escabuyó por un momento, y sin que lo notara, había cogido el bote de pintura, volcando su contenido encima mía.

¿Cómo podía caer tan bajo?

-Esto es para que aprendas- Dijo Irene. Empezó a reírse. No pude descifrar la expresión de Hyang, ni siquiera me miraba, su vista estaba enfocada en el suelo.

No aguanté más, no estaba dispuesta a seguir así. Salí corriendo de allí, llorando. No aguanté mis llantos. Llevaba demasiado tiempo haciéndolo.

Durante el camino a casa no me topé con mucha gente, por suerte, pero las pocas con las que me crucé me miraban como si vieran a un animal recién salido del zoo. Al fin llegué a casa, como era de esperar, mis padres no estaban.

Mejor así, no habrían preguntas incómodas y respuestas peores. No creía saber si quiera cómo responderlas.
Entré al baño y me miré al espejo: Era irreconocible.

Por lo menos las suelas de mis zapatos no se habían manchado y no dejé huellas verdes hallá por donde pisé. Me di una ducha, intenté quitar la pintura que había en mi cuerpo y cabello. Pero por más que lo intentaba, las manchas no se iban del todo. Lo único que conseguí es dejar marcas rojas por toda mi piel y crear dolorosos enredos en mi pelo. Cogí otra ropa, la misma del jueves, con la que empezó la mentira. Acabaría con ella también. El vestido. Cogí las tijeras sobre el escritorio y lo hice trizas. De todas formas ya no podía arreglarlo.

Mentiroso, pensaba con cada corte que le hacía a la prenda.
Estaba enfadada con él. Pero estaba más enfadada conmigo misma. Por lo ingenua que fui, por creer que algo sería diferente.

Me senté en la cama con la respiración agitada y grité de frustración. Agarré las sábanas con fuerza y miré las tijeras. Las cogí y me dirigí de nuevo al cuarto de baño. Un suspiró profundo salió de mis labios, agarré las tijeras y corté mi pelo mientras me miraba en el espejo. Afortunadamente las manchas más notorias estaban en las puntas. Pasé de tener el cabello hasta la cintura a tenerlo un poco más largo de los hombros. No me disgustaba el cambio, aunque no dejé de llorar durante todo el proceso.

Limpié todo el desastre como si nunca hubiera pasado nada y salí de casa.
Me dirigí al río Han. Decían que habían rocas en el fondo, de hecho, gente se había suicidado antes allí.
Cuando llegué a la mitad de éste, me subí a la barandilla de seguridad y miré abajo.

Qué alto...

Esa noche las temperaturas eran un poco bajas, no demasiado por lo que la leve brisa que me envolvió me hizo cerrar los ojos y disfrutarla por última vez. Me quedé así por unos segundos, disfrutando de mis últimos momentos.

Todo acabaría por fin.

Lo siento papá, mamá. No quería llegar a estos extremos, ojalá hubieramos pasado más tiempo juntos, os voy a echar mucho de menos. Siempre os querré.
Jungkook, gracias por haberme hecho sentir el amor hacia otra persona, aunque por tu parte fuera no fuera corerespondido. Aún así te sigo queriendo. Realmente soy estúpida, ¿verdad?

Una lágrima corrió por mi mejilla y sonreí.
Entonces abrí los brazos y tomando aire me impulsé hacia delante.

-¡EHHHH!¿¡QUÉ HACES!?

Esa voz me hizo abrir los ojos sorprendida y mirar hacia ella, pero ya era tarde.

Estaba cayendo al agua.

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Otro editado wueEE :)
En este capítulo cuando lo publiqué tenía 2 visitas. Eso me hizo realmente feliz, porque lo subí el mismo día que empecé este fic.
Recordar esto me da melancolía... SOY SENSIBLE AY ;-;
Bueno, a tod@s l@s que estéis leyendo esto, seáis nuevos o no: Gracias 💕

Illicit [jl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora