Capítulo 17

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Sonreí soltando un suspiro. Las chicas y Conchi estaban ahí ayudándome, estaba peinada y pintada. Solo faltaba el vestido. Contuve la respiración mientras Noa y Nerea me abrochaban todos  los botones, María y Mery estaban colocando el velo que me pondría más tarde. Una vez acabaron me pusieron el velo mientras yo sonreía.

-¿Algo nuevo? - preguntó Noa

- El vestido y la diadema - respondí

- ¿Algo viejo?- esta vez habló Mery

- el collar de la boda de mi madre - en mi familia estaba la tradición de que lo viejo fuera un collar que había pasado de mi abuela a mi madre, de ella a mí, y así con anteriores generaciones.

-¿Algo prestado? - era Nerea la que preguntaba

- Si, la pulsera que me ha prestado Conchi - asentí

- Nos falta una... - María buscaba en su memoria otra de las tradiciones - ¿era llevar algo azul o algo rojo?

- No sé- respondió Noa

- Azul... - reí - y si, el collar es azul cuando lo abres

- Estás lista, es la hora de que te vayas... Nosotras nos vamos - Mery, María, Nerea y Conchi se fueron.

- Yo me quedo para ayudarte con el velo. Es muy largo... Va a ser divertido meterte en el coche - rió mientras yo negaba sonriente. En ese momento Antoine llamó a la puerta.

- Guau... - me miro de arriba abajo - estás impresionante, Lucas al final no va a ser capaz de hablar al verte así - añadió riéndose

-Gracias, supongo - me encogí de hombros mientras Noa le daba un golpe por el comentario de Lucas.

- ¿Vamos? - me dio su brazo y yo lo cogí suspirando

- Vamos - asentí. Cuando entre en el coche tuve que recoger el velo con ayuda de Noa ya que no podía yo sola. Luego se sentó en el asiento del copiloto, Anto estaba a mi lado - Ya puede arrancar - sonreí al chófer mientras el asentía.

Una vez nos dejó se bajaron y luego me ayudaron a bajar. Empezó a sonar la música mientras entrabamos en la playa, realmente era una especie de terraza, ya que era suelo de madera para que no nos hundieramos en la arena.

Noa se fue a sentar junto a sus hijos y Mia mientras que Antoine me acompañaba hasta el altar. Lucas me miró sonriente, estaba guapísimo con un traje azul oscuro, chaleco gris, camisa blanca y corbata azul clarito. Agarré más fuerte el ramo de rosas blancas y rojas.

- Estás guapísima - le agarré la mano con una sonrisa a la vez que me soltaba de Anto

- Cuídala que estoy ejerciendo de padre - rió Anto mientras le daba dos golpes en la espalda antes de sentarse junto a Noa y Mia.

La ceremonia empezó, yo solo me dedicaba a jugar con la mano de Lucas nerviosa por todo en general. Nos dimos las arras con una sonrisa. Se las di a mi madre para que las guardara y ambos nos giramos para ver cómo Mia andaba dando pequeños traspiés al ser tan pequeña con un cojín en el que estaban ambos anillos. Una vez llegó la di un beso en la cabeza y Noa vino a por ella, porque no se quería ir.

Cogimos cada uno el anillo del otro y nos miramos a los ojos.

- Yo, Lucas Hernández prometo serte fiel, acompañarte en la salud y en la enfermedad, compartir contigo todos los días de mi vida. Y además, prometo no dejar nunca de hacerte fotos cuando no te lo esperes hasta que la muerte nos separe - reí por su última promesa mientras me ponía en anillo. Me susurró "prometo que terminaremos de ver La La Land sin dormirnos" mientras que yo reí más mientras se me escapaban algunas lágrimas.

- Yo, Anabelle Conde prometo serte fiel, acompañarte en la salud y en la enfermedad. Y prometo intentar no dormirme cuando elijas la película por todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe - coloqué su anillo mientras el sonreía. Siguió la ceremonia hasta que el cura pronunció las deseadas palabras

- Puede besar a la novia - Lucas me cogió de la cintura y me besó a la vez que la gente aplaudía. Se fueron acercando a nosotros para hacerse fotos y darnos la enhorabuena hasta que salimos a la calle para ir en coche hasta el lugar de las fotos cuando una lluvia de arroz y pétalos me hizo refugiarme en Lucas, aunque al final simplemente nos dimos otro beso. Despues nos metimos en el coche oara ir al sitio de la comida.

- Me encima ese vestido

- No te queda mal el  traje - reí en respuesta mientras el pasaba su brazo por mis hombros

- Suena muy raro... Mi mujer - rió

- Esposo suena peor - me encogí de hombros riendo

- Si, desde luego... - asintió pensativo

- Te amo, Lucky Luke

- Yo también te amo Campanilla - nos dimos un beso y luego me recosté en su hombro para esperar a que acabará el camino.

No fue nuestro último beso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora