Falling for you de The 1975 sonaba en la radio del antiguo coche del abuelo de Ivy. La canción de la banda originaria de Manchester estaba sonando a todo pulmón y las cuatro chicas que iban en el coche la estaban cantando como si fuera la última vez que fueran a escucharla. Amanda, que iba en el asiento de copiloto, subió un poco más el volumen de la canción y bajó las ventanillas, haciendo que el volumen resonase por cada lugar por el que pasaban. Sofía, que iba al lado de Athenea se hizo una coleta y miró su teléfono de nuevo, respondiendo al mensaje de su novio Cole.
-Athenea. -Ivy miró a la pelirroja a través del retrovisor y esta levantó la mirada, encontrándose con los ojos verdes de su mejor amiga- Mira a ver si en esa parte de la calle hay algún aparcamiento libre.
-Claro.
Tras mucha búsqueda, encontraron aparcamiento en un parque subterráneo de la gran ciudad de Londres. No hacía mucho que el grupo de amigas había dejado Liverpool para dirigirse a la gran ciudad, donde esperaban comenzar una nueva vida.
-Necesitamos novio. -Suspiró Ivy, cerrando el coche una vez que sus otras tres amigas habían salido del coche.- Sofía no puede ser la única que disfrute de las ventajas del sexo.
Athenea rió al oír las palabras de su amiga y Amanda miró a Ivy con la boca abierta:
-Será por que es la única, ¿qué hay de Ryan Sevet, querida Ivy?
-Ese fue un rollo.
Las cuatro chicas salieron del parking y cruzaron la calle mientras hablaban de las diferentes cosas que estaban ocurriendo en sus vidas. Ivy y Athenea vivían juntas, mientras que Sofía vivía con su novio y Amanda compartía piso con varias compañeras de trabajo. A pesar de que pasaban gran parte del día juntas, siempre había algo que contar y es que en Londres podía pasar de todo. Tras caminar por unos minutos, las chicas entraron a un Starbucks y a pesar de que estaba casi lleno, una mesa al fondo se encontraba libre, por lo que Sofía y Amanda se quedaron guardando el sitio mientras sus otras dos amigas pedían lo de siempre. Athenea se colocó en la fila, detrás de un chico bastante alto y decidió mirar su teléfono durante unos segundos cuando de repente una tos llamó su atención.
Athenea levantó su mirada para ver como el dependiente la estaba mirando y esta se fijó en los redondos ojos azules que él tenía, que parecían de otro mundo. Él levantó una ceja esperando a que la chica hiciera un pedido:
-Ponme un... Frappuccino de caramelo, un té verde, un café cortado y un smoothie de bayas, por favor.
-¿Como te llamas?
-Athenea.
Él escribió algo en uno de los vasos de plástico y ambas chicas pagaron las bebidas antes de dirigirse de nuevo al sitio, donde las otras dos amigas se encontraban hablando animadamente.
Ivy y Athenea se unieron a la conversación sobre los nuevos ejercicios que Amanda estaba haciendo en el gimnasio cuando al rato el nombre de Athenea fue llamado:
-Ya voy yo. -dijo Ivy levantándose del asiento y dirigiéndose a la barra, donde miró de nuevo al dependiente de los ojos azules y sonrió, mirando de vuelta a sus amigas. Sus otras amigas no notaron la conversación que había tenido con el dependiente hasta que volvió, sonriendo como un niño al que le han regalado un nuevo juguete.- Aquí tenéis vuestras bebidas, queridas.
Ivy dejó las bebidas enfrente de sus amigas. Sofía cogió su café cortado, Amanda su té verde y Athenea su frappuccino de caramelo. Megan notó la sonrisa de psicópata que tenía su amiga y tras darle un sorbo a su té la miró extrañada:
-¿Qué te ha pasado para que estés sonriendo así?
-¿A mí? Nada, nada... Solo que creo que Athenea debería de darle la vuelta a su vaso.
La pelirroja miró extrañada a sus amigas y giró el vaso, para ver como en una bonita letra casi cursiva, se encontraba su nombre y un pequeño texto.
''Frappuccino de caramelo para posiblemente la chica más guapa que he conocido. Atte: Phil x "