capítulo 2.

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-Por favor. -suplicó Athenea como por décimo quinta vez.- Vámonos de aquí.

-No. -negó Ivy.- Aquí te quedas hasta que te acabes el frappuccino.

Athenea se tapó la cara, claramente avergonzada por lo que estaba ocurriendo en aquellos momentos:

-Joder, encima de que te lo dice un chico guapo, vienes y te quejas. Qué estúpida.

-Cállate.

Athenea bufó y sus amigas sonrieron, claramente disfrutando del momento. La pelirroja dio pequeños sorbos a su bebida hasta que la acabó y se levantó de la silla, cogiendo su bolso:

-Vámonos, venga. Venga, rápido.

Sus amigas, aún riéndose, se levantaron con sus bebidas en mano y se dirigieron hasta la puerta, cuando Sofía se giró y se dirigió hasta la barra, Athenea mirándola con cara de asco:

-Hola, sí, Phil... -dijo mirando la etiqueta on el nombre que lleva el camarero- ¿Qué te parece si le das tu teléfono y ella te llama ya para lo que sea?

-¿Estás loca?

Amanda se acercó hasta Athenea y la empujó hasta la barra, quedando enfrente de Phil, que la miró, claramente avergonzado:

-Venga, por favor -dijo Sofía.- Por favor.

Él se giró, mirando a un chico rubio oscuro, que solo le sonrió y rió por lo bajo ante tal situación. Athenea agradecía a todos los astros que no hubiera mucha gente ya en la cafetería y suspiró, aún llevando el vaso de plástico en la mano.

Phil era atractivo. Muy muy atractivo. Sus ojos azules no apartaban la mirada de ella y su pelo negro con flequillo lo hacía ver como un niño pequeño, aunque Athenea le echaba al menos 26 años. La chica mordió su labio inferior y extendió su brazo hasta que el vaso quedó justo enfrente de Phil.

El chico cogió el vaso y escribió su teléfono, casi temblando y le devolvió el vaso a Athenea, que casi sin despedirse, salió corriendo de la cafetería, incluso dejando a sus amigas atrás.

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Phil limpió la última mesa del local y suspiró, su día de trabajo había acabado y es que a pesar de que tenía un gran número de seguidores en YouTube, no era suficiente el dinero que este le daba por sus vídeos para llegar a fin de mes, sobre todo ahora que iban a publicar su primer libro y tenían que pagar muchísimos gastos que rodeaban a dicho proyecto, por suerte y según Dan, su compañero de piso, las cosas parecían ir mejor y dentro de poco Phil podría dejar este trabajo para dedicarse totalmente a su verdadera pasión. Ashton, su compañero de trabajo, se acercó hasta él:

-No sabía que te gustaban las pelirrojas, querido Philip.

Phil rodó sus ojos y sonrió ante el comentario:

-Pero la verdad es que no sé como lo has hecho, es decir, te conozco desde hace ya varios años y nunca, de verdad, nunca te he visto tan suelto con una tía y créeme que he visto tu personalidad de borracho. -Phil no pudo evitar regir y rodó sus ojos, volviendo hasta la barra.- ¿Qué ha pasado para que te comportes así?

-No lo sé, supongo que me he visto confiado.

-Eso es bueno entonces. -Ashton se quitó su delantal y lo colgó detrás de una puerta.- ¿Vamos a donde siempre?

-Obvio.

Ashton cerró el local y guardó las llaves en el bolsillo trasero de sus vaqueros. Phil y él conversaron hasta la estación de metro y tras caminar por los extensos pasillos, repletos de gente, llegaron hasta el arcén, justo cuando el metro estaba llegando y toda la gente bajaba, dejando paso a los que ahora iniciaban su viaje a casa desde el trabajo.

3 paradas después y 35 escaleras, Phil y Ashton se encontraban cerca de la pizzería donde casi siempre cenaban los jueves. Al entrar, en la parte derecha del restaurante, había una mesa en la que ya se encontraban otros dos chicos, uno de ellos de pelo castaño, rizado y ojos del mismo color, mientras que el chico que se encontraba a su lado, tenía unos grandes ojos verdes, pero pelo casi del mismo color que el otro chico. Ashton, casi corriendo, llegó hasta la mesa:

-No os vais a creer lo que le ha pasado a Phil hoy.

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Athenea observó el vaso que se encontraba encima del escritorio y bufó, devolviendo su mirada hacia el documento en blanco que tenía abierto en la pantalla de su ordenador, pero a los pocos minutos, su mirada volvió a centrarse en el vaso transparente y escrito. Se levantó de su silla de ordenador y resoplando, se tiró encima de la cama, su cara escondida en uno de los cojines que adornaban su lugar de descanso. De repente, oyó unos pequeños golpes en su puerta y murmurando, dejó pasar a la persona que se encontraba detrás. Ivy entró con dos tazas en mano y con cuidado, dejó una cerca del ordenador de su amiga, antes de sentarse en el borde de la cama:

-Hey, te he traído té.

Athenea se sentó con las piernas cruzadas sobre su cama y miró a su amiga:

-Gracias.

-¿Quieres que hablemos de lo que ha pasado hoy? -dijo Ivy dando un pequeño sorbo a su bebida.- Es decir, ha sido... Majestuoso.

-Majestuoso no es la palabra que yo utilizaría para describir ese momento, más bien, incómodo. Nunca había pasado esto.

-Lo sé, pero quizás el destino haya decidido ponerte en medio por fin a alguien.

Athenea observó del nuevo el vaso y se levantó para coger la taza de té y mirar de nuevo la letra de Phil. Suspiró y se sentó de nuevo, esta vez al lado de Ivy:

-Quizás deberías darle por fin una oportunidad al amor. Mi madre siempre me dice lo siguiente: "Si sales con alguien, solo hay dos posibilidades, que te cases con él o que acabéis rompiendo. Tampoco hay nada que perder." Y la verdad, es que lleva razón, ¿tan malo es conocer a ese chico?

-Claro que no es malo, pero...

-Pero, pero, pero. ¡Deja de pensar demasiado las cosas y vive la vida! -Ivy rió y se levantó, dirigiendose a la puerta.- Por cierto, mañana tenemos a clientes en la editorial, son dos.. YouTubers o influencias, no sé. Van a sacar su primer libro. 

-Vale, ¿nombres?

-No lo recuerdo bien... Uno tenía un nombre demasiado largo para un usuario de internet. Mañana ya sabremos sus ideas y demás, así que espero que al menos sean simpáticos para que todo el trabajo sea más fácil. -Ivy dio un último trago a su té y abrió la puerta.- Buenas noches.

-Buenas noches, Ivy.

Athenea siguió bebiendo su té hasta que se acabó y dejó la taza en su mesita de noche, antes de meterse en la cama, coger un libro y taparse hasta la barbilla. Mañana iba a ser un día demasiado largo.

caramel frappuccino ☀ phil lesterWhere stories live. Discover now