Carta IV

252 13 0
                                    

Julio 9, 2017

Mi Reina:

A pesar de lo elocuente y epifánico que el momento pueda ser, nunca dejes de florecer. A pesar que la muerte rapte algunos seres que te han hecho ser, nunca dejes de agradecer a la naturaleza por el atardecer. Y mira que te he visto caer varias veces, llorar de rabia, hasta ver cómo te estremeces; vidrio por vidrio rompiendo con cada gota de ardor. Y el mundo sufriendo tú dolor... Más triste es la perspectiva de un segundo hacía tu vida, ver que sufres sin medida y todo por los comentarios de alguien que alguna vez llamaste amiga. Y no sabes cuánto anhelo que el mundo supiera todo lo que escondes, así el mundo supiera tu nombre. Duele mucho verte caer, duele mucho no verte florecer... Se que le temes al futuro, que gritas con furia, que tiemblas de ansiedad y lloras depresión a pesar que eres fuerte pero también que necesitas un abrazo y aceptación. Aunque la tormenta te desgarre viva, siempre al final del túnel hay salida. Aunque aún ardan las heridas, por favor sigue amando sin medida. Que a veces la vida parece un callejón sin salida, pero solo confía en ti misma y respira. Recuerda que el mundo a veces no gira a tu favor, pero si a tu alrededor.

PD: Te quiero desnuda gritándole al mundo con pasión, que se chinguen su madre que tú te amas sin compasión.

Cartas a mi misma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora