capitulo 3: ¿porque?

8 1 0
                                    

Estaba nervioso y emocionado, nervioso porque no sabia lo que había pasado ayer, pero emocionado porque no estaba solo, me sentía mal porque ella necesita una persona que la ayude y que jamás haría idioteces, pero como soy igual en ese sentido a ella me sentía mal, me sentía una mala persona por solo pensar que lo que hacia no la ayudaba en nada.

Me fui a clases pensando que podría hacer o que podría decirle, no se que somos, amigos o ¿novios?, es raro pero se que no romperé la promesa de ayudarla en lo que pueda y protegerla.

Sentí algo demasiado helado por mi mano derecha mientras una mano tapaba mis ojos, la frialdad de las manos me hacia congelar el cerebro.

-Quien soy, cris...- dijo en voz baja mientras temblaba.

Era imposible no reconocer su voz, no era ni chillona ni ronca, era como una persona cantando, me relajaba y me hacia sentir bien, me puse un poco rojo y respondí.

-Lo único que se es que soy su protector, cierto ¿bella?- dije presumiendo.

-Si, vamos que llegamos tarde-me agarro la mano y empezó a correr.

Le seguí el paso como pude, al llegar al colegio me soltó la mano y me dijo con voz dulce

-Te veo luego- sonrió y salió corriendo al baño, decidí ir a mi sala, quedaban cinco minutos y no afectaría en nada.

Espere en mi puesto hasta que tocaron la campana, como aun no empezaban bien las clases, nos tocaba solo con nuestro profesor jefe, pero esta vez llego con bella, no sabia para que pero como es de costumbre andaba con una sonrisa el profesor no hizo levantarnos y antes de saludar dijo.

-Bueno antes de saludar quiero que saluden a bella, ella se vendrá a este curso así que bella, busca un puesto para poder saludar- dijo el profesor alegre

Bella me vio que estaba al final y fue directo hacia mi, tomo mi mano y me sonrió, el profe saludo y empezó a escribir en la pizarra, yo como ayer ya tenia mi cuaderno en la mesa y me puse a escribir, ella era zurda y yo diestro ella aprovecho que tenia la mano izquierda desocupada y me la afirmo con su mano derecha, el profesor dejo una tarea que hicimos y nos pusimos a hablar mientras pasaba revisando.

-Oye bella, creo que lo de ayer fue un poco rápido ¿no?- dije rojo y nervioso.

-Para mi esta bien, me iras conociendo cariño, solo no rompas la promesa, te necesito- dijo triste

Sabia que no podía dejarla sola...era mi forma de ayudarla el no dejarla atrás, a ser la única persona que ah hablado conmigo, sabia que no la dejaría sola, me fije que de la mano que me agarro mi mano izquierda votaba un poco de sangre, le moví chaleco un poco y vi un corte, decidí preguntar

-Bella... ¿que es esto?- pregunto serio y un poco enojado.

-No...puedo...Cristian...no...puedo parar, lo necesito- dijo empezando llorando.

-No, lo que necesitas es dejarlo, prometí protegerte y te prohíbo que lo hagas, cada vez que lo hagas no te hablare, espero que lo entiendas cariño, si yo prometí dejar de hacerlo, quiero que tu también ¿si?- dije preocupado, se que era muy sobreprotector pero debía saber que decirle o lo haría mil veces mas

-No...no me dejes de hablar...esta bien lo hare...pero cada día que me veas debes besarme o lo volveré a hacer es un ¿trato?- dijo con lagrimas.

-Lo juro- la agarre de el cuello y la bese, en ese momento todo era perfecto, pero escuchamos la voz del profesor.

-¿Molesto?- dijo el profesor en forma de broma

-No, no molesta- dijo bella mirándome con ojos tiernos.

Pasaron las horas, y las clases de ese día habían pasado, antes de irme escuche su voz desde la puerta

-¡Cris! cariño- lo dijo de forma dulce

-¿Si?- dije rojo

-Se que esto no esta en el trato, pero no puedo esperar mas- me agarro de las mejillas y me beso.

En ese momento me sentía mas querido por ella que mis padres, me sentía genial, me sentía vivo otra vez, decidí preguntar.

-Oye bella ¿donde vives?- dije por curiosidad.

-cariño, no bella- dijo dándome la mano

-Oh, cariño ¿donde vives?- dije en forma de broma.

-A dos calles de aquí ¿y tu?- dijo mirando el sol caer y dando paso a la luna

-Tengo que tomar un bus- dije decepcionado-pero seré cortes y te dejare en casa, cariño- dije rojo.

-Muy bien mi noble príncipe, yo lo guio- dijo riéndose de poco en poco.

Su casa era gigante y además de linda, la deje en la puerta, no sin antes besarme de improvisto como lo hace, mire la hora y vi que si corría alcanzaba el bus de las 8:00 y no desaprovecharía tal oportunidad.

siguemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora