Caminos que parecen que nunca se van a torcer pero acaban por romperse, por destruirse, por incendiarse, por no dejar a nadie vivo. Que difícil es caminar sabiendo que cada pisada puede marcar tu fin, que difícil es caminar mirando atrás día sí y día también. Porque sinceramente todos los caminos parecen que tienen inicio y fin pero que difícil a veces es saberlo porque cambiamos de camino sin darnos cuenta día a día, mes a mes. Es imposible mantenerse recto, es imposible ser equilibrado en una vida que te empuja a correr, a caerte, a levantarse e incluso a empujar a las personas que te acompañan en tu propio camino. Es tan difícil ver como las personas desaparecen de los caminos como si fueran fantasmas, verlas día a día, darlas de la mano y que un día dejes de oir sus latidos, dejes de oir su voz, dejes de poder tocar su brazo y que sólo te queden los recuerdos. Recuerdos que vas dejando por el camino, por eso nos aferramos a estar en un mismo sitio para no sentir que abandonamos una historia, la cuestión es que la vida pasa tan deprisa que no podemos sentarnos en un mismo lugar, que contemplas una vista durante segundos y al minuto ya estás en otra. Hay todo tipo de caminos, pero ninguno es mejor que otro, nadie llega antes, todos acaban llegando, la cuestión es cómo vives el camino. Claro que hay muchas maneras de vivir el camino, puedes vivirlo dejando baches en cada paso que pisas o puedes trazarlo a tu manera, dejar una huella en cada pisada que vayas dejando. El camino de cada persona no lo decide nadie más que esa persona, no puedes copiarte del compañero, si te copias llegará un momento en el que tendrás que tomar tus propias decisiones porque ese compañero se desviara y por mucho que intentes seguirle la velocidad de ese compañero te acabará sobrepasando. Lo digo por experiencia, no dudes y caminarás más rápido y con más seguridad.

YOU ARE READING
Siete vidas
Novela JuvenilAntes era un diptongo pero luego decidí rebelarme y me convertí en hiato. El tiempo es un farsante, pero las personas quizás más. Escribo para no pegar un tiro a toda la sociedad que vive engañada con sus certezas, y una cosa os digo, la única cert...