No dependías de nadie.

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Claro que no dependías de nadie, nadie se podía comparar a ti. Podías pisarlos con cualquier palabra que saliese de tu boca. Esa boca que parecía nacida para callar a otras bocas, se quedó callada cuando el silencio iba a ser su arma. Porque ellos no tenían razón, ellos no usaban razón como medio para atacarte, ellos preferían enmascarar la mentira de una verdad que dolía, claro que dolía. No entiendo porque permitiste que ellos siguiesen ese juego de palabras y palabras absurdas, ellos no tenían la fuerza ni tenían la razón. Ellos no tenían absolutamente nada, sólo ganaban en número y también ganaban en maldad. Quizá te faltaba eso, maldad. De buena fuiste tan tonta y no te diste cuenta. Pero no vengo a insultarte ni a recriminarte errores, sólo  a decirte que no dependías de nadie, ni de sus comentarios, ni de sus regalos envenenados porque el mejor regalo que tenías eras tú misma y no necesitabas nada más. Tu sonrisa valía más que cualquier estúpido rumor que el aire enviase a tus oídos. Debiste de saberlo, debiste de contrarrestar esos rumores con la ignorancia porque la ignorancia te hubiese salvado del dolor, de la depresión, de la rabia interna que tenías hacia ti misma. Tú no tenías la culpa de nada, claro que no, y no entiendo por qué decidiste llevar esa carga en tu espalda, por qué decidiste cerrar la cremallera del lugar donde se alojaban tus sueños, tus aspiraciones y tus esperanzas y decidiste ponerte un pantalón lleno de dudas, de miedos y de las propias mentiras que se inventaban sobre ti. A día de hoy no lo entiendo, tú no estabas sola, lo único que pasaba es que ellos gritaban más para crear miedo. Pero tú tenías de sobra valor para matar a cada uno de esas personas que intentaban minarte la moral y que te conllevaron a la condena. Esa condena que a día de hoy nadie quiere recordar. Hoy están todos callados, pero tú también. Nadie ganó, todos perdieron. Y tú debiste ganar, por corazón, por valía, por todo aquello que no tenían pero que tú tenías de sobra y que nunca dejaste mostrar al mundo. 

Siete vidasWhere stories live. Discover now