Pasaron varios minutos, (t/n) lloraba sin parar y Ace la abrazaba con cariño, acariciando sus cabellos, no importaba que la lluvia siguiera cayendo sobre ellos, ninguno se movía.
-Duele mucho...- susurró.
-¿Qué te pasó?- preguntó, sin embargo sintió como la joven comenzaba a respirar de manera agitada. –¿(t/n)?- se separaron, observando que ella tenía su mano a la altura del corazón, parecía adolorida, pero las lágrimas no cesaban.
-Du... duele...- se quejó, comenzado a debilitarse, Ace la sostuvo con fuerza. –Me duele mucho...-
-¡¿(t/n)?!- la joven no lo evitó y se desplomó en brazos del pecoso.
Asustado, paro un taxi, exigiendo que lo llevaran al hospital más cercano, al llegar en emergencias la puso en una camilla y fue llevaba por el personal a algunas de las salas disponibles.
Ace se quedo esperando noticias sobre la joven, estaba preocupado, ella se veía tan mal, tan triste y decaída, esperaba que no fuera nada grave; después de un par de horas, una mujer de cuerpo joven, pero rostro de anciana, con cabellos rubios y un par de lentes, salía a la sala de espera.
-¿Familiares de (t/n)?- cuestionó, Ace se acercó a ella.
-Soy un amigo... yo la traje...- la mujer se cruzó de brazos. –¿Cómo está?-
-Delicada... sufrió una miocardiopatia... también llamado "síndrome del corazón roto"- el joven pelinegro abrió la boca incrédulo.
-¿Pero por qué?- exclamó, no sabía exactamente qué era, pero se escuchaba grave.
-Al parecer ha sufrido un gran estrés, eso debilita su corazón, generando un dolor cercano a un infarto... debe cuidarse o podría empeorar...- señaló muy seria. –Sin embargo es joven, puede recuperarse con sólo descansar...-
-¿Puedo verla?- cuestionó preocupado.
-No... mañana podrás verla...- le entregó la mochila de la joven, observamos que él se encontraba mojado. –Mejor ve a casa y cambiate de ropa, podrías pescar un resfriado...- el joven tomo las pertenencias de (t/n).
-Mañana vendré sin falta, muchas gracias por ayudarla...- hizo una leve reverencia, posteriormente salió del hospital, aún preocupado por ella.
A la mañana siguiente, (t/n) despertaba, observando el cuarto del hospital, en ese momento entraba la doctora.
-Has despertado... que bueno...- dijo con una leve sonrisa.
-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?- preguntó un poco aturdida.
-En el hospital... tuviste una miocardiopatia...- explicó, la joven llevo su mano a la altura del pecho, recordando aquel agudo dolor.
-¿Pero ya estoy mejor?- cuestionó en tono triste.
-No cantes victoria niña...- se cruzó de brazos. –Debes reposar dos semanas al menos, además de despejarte, el estrés genera ese malestar...-
-¿Dos semanas?- exclamó sorprendida. –Pero... tengo que ir a la universidad... hoy he faltado...- recordó ese pequeño detalle.
-Si se agrava tu situación, no volverás a tener una vida normal, mejor hazme caso... por algo soy doctora y una que ha vivido mucho tiempo... acaso ¿quieres saber el secreto de mi juventud?- dijo con orgullo y misterio.
-No es necesario... muchas gracias...- recordó que no le pregunto si nombre.
-Soy la doctora Kureha, pero todos me llaman Doctorine, mucho gusto (t/n)...- dijo con una leve sonrisa. –Ahora descansa...- posteriormente salía de la habitación, la joven resignada se acostó en la cama, estaba triste, en verdad estaba teniendo una racha de mala suerte.
Casi a medio día Ace llegaba al hospital, entrando a la habitación de la joven, quien estaba observando la comida que le habían llevado, seguía con aquella mirada baja, sus ojos (c/o) estaban cristalinos, se negaba a seguir llorando.
-¿(t/n)?- llamó su atención, ella levantó la vista y limpio sus lágrimas.
-Ace-san...- se sorprendió.
-La doctora Kureha me dijo que ya estabas despierta...- dijo con una leve sonrisa.
-Lamento haberte preocupado... y gracias por ayudarme...- hablo con una leve sonrisa, sin embargo aquella triste mirada no desaparecía.
-Te traje tus cosas...- le entregó la mochila, ella preocupada la tomo, buscando su teléfono, al sacarlo noto llamadas y mensajes de sus amigos.
-Muchas personas se preocupan por ti... pero no sabía si debía decirlo...- explicó y ella volteo a verlo.
-Hiciste bien... no quiero preocuparlos...- contestó uno de los tantos mensajes.
-Pero ellos te aprecian, es normal que se preocupen por ti...- dijo de manera compasiva al ver el semblante de la joven. –¿Qué te pasó?-
-Yo... yo termine con mi novio... sé que parece ridiculo llorar por él, pero...- Ace tomó su mano, ella levantó la vista para verlo.
-No pienso que sea ridiculo, eso habla de lo mucho que lo amas, pero... ¿por qué terminaron?- cuestionó con cautela, pues no quería parecer metiche.
-¿Te puedo preguntar algo?- el pelinegro asintió. –Si cometes un error, pero no lo recuerdas... ¿sigue siendo tu culpa?- esa pregunta desconcertó al joven, quien lo pensó un poco.
-Pienso que no...- pensaba detenidamente en que decir. –Si cometiste un error en un estado en el que no estabas consiente de tus actos, eso quiere decir que no lo hiciste con alevosía, no sería completa tu culpa...- explicó.
-Es que yo... le falle a mi novio... sin embargo, no tengo recuerdos de ese error...- dijo avergonzada.
-¿Le fallaste?- al principio no lo entendió, pero al verla nerviosa y más triste, pudo encajar las piezas. –¿Acaso...?- formulaba.
-S... si...- suspiro. –Pero yo no lo recuerdo... ni siquiera sé si es verdad, pero él tiene pruebas, así que terminamos... él y yo éramos muy unidos, por eso estoy muy afectada...- el pelinegro seguía sosteniendo su mano, comenzado a acariciar sus nudillos.
-Él es un imbecil...- expresó, desconcertado a la joven. –Cometiste un error... pero si no lo recuerdas, no puede echarte la culpa de todo, si te sientes mal de aquel fallo, lo que él debió hacer, fue comprenderte y tratar de entender qué pasó, tal vez sólo se hubiera enojado, pero al entender que no lo hiciste a propósito, lo hubieran superado...- exclamó.
-Ace-san...- unas lágrimas bajaron por sus mejillas.
-Tranquila... no debes alterarte en tu estado...- le recordó y ella regularizó su respiración asintiendo. –Eres una chica noble... sé que apenas nos conocemos, pero me doy cuenta de ello fácilmente, por eso mejor olvídalo... alguien que no confía en ti, no merece un espacio en tu corazón...- ella se sonrojó levemente.
-Gracias Ace-san... de no ser por ti... no sé qué hubiera pasado...- expresó más tranquila.
-Cuenta conmigo... ¿quieres que le avise a tus amigos?- ella negó.
-Yo les hablare... sé que se molestaran porque no les avise antes... pero necesito su apoyo...- sonrió levemente.
-Así sé habla...- soltó con delicadeza la mano de la joven. –También tienes mi apoyo (t/n)...-
-Gracias...- él se quedo el resto de la tarde con la joven, hablando de cosas casuales, inclusive al fin comió lo que le llevaron, después termino la hora de visita y Ace se tuvo que ir, pero dijo que la visitaría diario.
(T/n) sintió un pequeño rayo de luz en toda aquella tormenta.
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Cama equivocada (One Piece. Ace y tú)
FanfictionUn pequeño error llevará a dos personas a buscar respuestas y posiblemente algo más... [Portada hecha por @info-vloguer]