Capítulo 1 : El comienzo

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He sabido desde siempre, que iba a ser la próxima reina una vez que mi padre y mi madre se volviesen mayores. Y sabía perfectamente que una vez que eso pasara mi madre me presentaría a sus candidatos y mi padre a los suyos. Pero yo no iba a permitir que cualquiera se casara conmigo, si tenía que casarme sería bajo mis condiciones y mis reglas. Quien no esté dispuesto a cumplirlas no es apto.

Así que el día iba a ser tal que así: Primero la llegada de los candidatos de mi madre, con las presentaciones y la consecuente comida y después las reuniones privadas. Pero como no quería perder el tiempo ya llevaba todo bien planeado. Cada detalle de la sala estaba pensado y ideado por mí. La sala, los adornos dorados, los tulipanes amarillos con sus respectivos lazos dorados alrededor de la sala, la comida y la bebida, mi vestido...

Mientras comiésemos los canapés y hablásemos, a cada uno de los comensales se les irían entregando una invitación a una sala con un escritorio donde habría un contrato con una pluma.

Ese contrato estipulaba que si estaban dispuestos a casarse conmigo tendrían que firmar ese contrato en el que ponían condiciones como:

1.Si desea ser rey a mi lado, deberá renunciar a los poderes que se le otorgarían en otros reinos como rey y convertirse en rey consorte.

2.Deberá serme fiel desde el momento en que firme el contrato hasta el día de su misma muerte.

3.Deberá estar a mi plena disposición para poder comentar cualquier cosa relacionada con mi pueblo como con otros temas, pero nunca con poder de decisión. Yo tendré la última palabra.

4.Allá donde la reina vaya, el rey la seguirá con lo que respecta a los posibles viajes...

5.Todas las comidas las harán juntos a no ser que no me encuentre dispuesta.

6.Hasta que no me encuentre dispuesta dormiremos en habitaciones separadas incluso después de la boda.

Y así con una lista interminable de condiciones que no cualquiera estaría dispuesto a aceptar, pero así solo quedarían los más aptos.

Mis padres no entendían porqué la sala se iba vaciando y se podía intuir que se encontraban bastante molestos, pero como siempre solo mostraban la mascara perfecta para con sus invitados. Se iban acercando diferentes chicos y hombres para mostrar sus respetos y ya de paso lamerle el culo a mis padres cuando a la que tendrían que hacer caso era a mí. Después de los canapés, nos sentamos para comer, pero no me apetecía mucho socializar porque estaba nerviosa por los resultados de la prueba, así que no presté mucha atención a nadie.

Una vez salió el último candidato mis padres cambiaron de expresión y se relajaron, pero no por mucho tiempo ya que se volvieron para mirarme con su típica mirada de desaprobación de siempre.

-¿Que es lo que has hecho esta vez Xar?-dijo mi madre con esa mirada rígida azulada y extremadamente furiosa.

-Os dije que sería bajo mis condiciones y una vez que todos hayan pasado por mi prueba vendrá un mayordomo a informarnos.

-Espero que no nos hayas dejado en evidencia ante...- dijo mi padre con ese semblante serio y duro acentuado por esa mandíbula cuadrada. De repente la puerta de la sala se abrió y entro Henry mi mayordomo fiel.

-Con su permiso altezas traigo los resultados de la prueba- dijo mi fiel mayordomo inclinándose y mirando al suelo.

-Espero que no hayas espantado a todos mis candidatos hija- Henry se puso derecho y esperó.

-Henry, hable-dijo tajante mi padre.

-Solo dos candidatos han decidido quedarse- En seguida mi padre se levantó de la mesa y comenzó a dar vueltas.

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