Capítulo 3: Primera cita

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Al acabar el desayuno. Henry, Adel y yo nos fuimos al Jardín a pasear. Claramente, Henry a una distancia prudencial para poder vigilarme y a la vez darnos cierta intimidad.

-¿Siempre nos escoltarán?- dijo Adel serio y recto.

-Al principio sí o cuando yo lo ordene.

-¿Teme por su seguridad a mi lado?

-No no, ni mucho menos. Es solo que como primera reina de este país me he creado algunos enemigos. Además de que guardo en absoluto secreto, hasta el día en que me coronen, todos mis planes e ideas. Algunas no tan aceptadas por algunos nobles o mis padres... Pero eso es algo a lo que tengo que atenerme.

-¿Entonces nosotros como candidatos estamos en riesgo?

-Ser reina o rey tiene sus desventajas y sus riesgos. Pero hasta que no vean hasta que punto pueden influiros ni tomarán ni tomaré cartas en el asunto-dije mirándole seriamente haciéndole entender con solo la mirada que pasara si se dejaba influir.

-Puedo ver en su mirada lo determinada que está en cambiar su país. Y desde que leí esos documentos lo supe. Usted se preocupa tanto de su país que no está dispuesta a dejárselo a otras personas.

-Si, en eso tienes toda la razón. Alguien que no conoce a mi pueblo no puede decidir por él. Mi pueblo lo es todo para mí- lo miré y pude ver como me escuchaba atentamente- Claramente escucharé a mi futuro esposo y nada de lo que me diga quedará a un lado, no obstante la última palabra siempre sería la mía. Pero bueno, hablemos de otra cosa. Me han dicho que eres un experto en estrategia y militancia.

-Desde pequeño he crecido con una educación dirigida en ese ámbito, debido a la posición de mi padre como comandante de las tropas más influyentes en Reino Unido. Así que no se si esa predisposición sale de ese estudio o heredado de mi padre.

-¿Debido a la posición de su padre es que mi madre le conoce?

-Más bien fue debido a mi madre. En una fiesta del té con la reina de Francia se conocieron.

-Curioso. Espero que no te asustase mucho el ambiente de esta mañana. No es algo que pase regularmente o que vaya a pasar una vez que el trono pase a mí- básicamente porque no nos veíamos mucho. Aunque desde mañana tendría que empezar con los traspasos de tareas y papeles con mi padre y tendría que estar con él mucho más tiempo...

-No se angustie. Al fin y al cabo, si no pudiese aguantar situaciones así no estaría capacitado para estar a su lado.

-Muy cierto. ¿Puedo hacerle una pregunta?

-Por supuesto, pregunte lo que desee.

-¿Porque firmó los documentos? Entiendo que comprenda mis motivos, pero ¿Que hay de los suyos?-Paró de moverse y instintivamente miré con el rabillo del ojo a Henry durante un segundo para comprobar si estaba escuchando. Claramente lo hacía. Adel no parecía muy cómodo con la pregunta. A pesar de que siguiese serio pude percibir malestar en sus ojos esmeralda.

-Como bien ha dicho son unos cuantos motivos. Uno es que quería alejarme de mi familia y ambiente. Como puede entender, ser mestizo no es algo muy bien visto en según que círculos.

-Espero que no le disguste la pregunta, pero ¿Podría preguntarle sobre los orígenes de su familia? Siento curiosidad.

-Ninguna molestia, en realidad estoy muy orgulloso de mi condición a pesar de las circunstancias. Mi padre es británico y mi madre árabe. 

-¡Sorprendente! y ¿sabe hablar árabe?

-Se hablarlo mejor que leerlo, pero aun así me defiendo.

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