Capítulo 4: Nuevas responsabilidades

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Esa mañana sentía bastante presión en la cabeza. Tiene su sentido, después de haber estado organizando mi trabajo a partir de ahora, escribiendo un esbozo de ley para enseñárselo a Marie y pensando en como conseguir el favor de los Dankworth y los Ajax.

Ese día me apetecía ir cómoda, así que me puse unos pantalones negros con una camisa de seda verde. El pelo lo deje suelto porque con el atuendo no combinaba un recogido exuberante.

Me encaminé hasta el comedor donde me esperaban mis pretendientes de pie. Henry me anunció y entré.  

Hablamos de cada uno de nosotros, de mi pueblo... mientras desayunábamos .

-Había un asunto que quería aclarar para no dejar cabos sueltos. ¿ Alguno está en contra o no le apetece hacer esas fiestas temáticas de vuestros respectivos países?-

-Si me permite, me gustaría comentarle una duda que nos ronda a todos en este momento.

Miré a Eiji y le asentí. Parecía un poco incomodo.

-Es más que evidente que la relación en torno a nuestras majestades y usted no es del todo... efusiva. Y nos preguntábamos si al hacer esa fiesta o tener la idea de hacerla sería un insulto hacia su persona o no del todo de su agrado. Al fin y al cabo nos encontramos en una especie de concurso por su mano e incomodarla no es lo que queremos. Perdone si la he ofendido con nuestros pensamientos.

-Es muy cierto lo que decís de nuestra relación, pero por la parte que a mi respecta, no sería ninguna molestia o insulto. Así pues, ¿tenéis una decisión tomada?- 

Aclaramos cuando lo harían, pequeñas ideas que tenían al respecto y les sugerí una hora en la mañana que podían buscarme para cualquier duda o problema que tuviesen. Les ordené a los sirvientes, que les fueron asignados, que les ayudasen en todo lo necesario. También les dije que hablasen con Ágata para cualquier asunto con los invitados. 

Creo que estaban tan entusiasmados por que no sabían que hacer y por hacer cualquier cosa para ganarme. Me conmovió un poco siendo sincera.

Entonces apareció repentinamente un soldado de mi padre.

-Siento interrumpir la conversación princesa, pero su majestad requiere su presencia en cuanto antes- 

-¿Para algo en particular? 

-No se me permite desvelar nada, pero requiere de su presencia- Me levanté y me disculpé con mis pretendientes.

-Eiji, hoy tendremos nuestra cita. Vendrán a buscarte. ¿De acuerdo?-Este asintió elegantemente.

Menos mal que ese día había decidido usar un calzado más cómodo, porque el soldado no se detuvo en ningún momento. Me llevó hasta el patio trasero donde entrenaban los soldados y donde estaban sus cabañas.

Allí me esperaba una multitud de 101 mujeres y mi padre.

-Padre- dije como saludo haciendo una reverencia. 

-Hija mía. Como bien sabes, estas son las hermanas protectoras y la hermana  Lilia mensajera. 

-Buenos días hermanas- dije haciendo una reverencia. Con ello todas las mujeres hicieron una reverencia más pronunciada.

-Tu madre cree que es el momento de que te hagas cargo de las hermanas protectoras. Os presento yo ya que como bien sabes la salud de madre es muy delicada esta mañana- Mentira, no se ha hecho cargo de ellas en ningún momento, solo les parece una molestia. 

-Lo entiendo perfectamente y entiendo su decisión- Entonces se excusó y me dejó con Henry y las 101 mujeres. Era mucha gente y notaba todas y cada una de sus miradas intentado escrutar si iba a ser como mi madre o si sería una molestia para ellas. Henry iba a hablar, pero le puse una mano delante. 

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