Cap. 2 - Conociendo al bravucón

19 2 0
                                    

Samuel

- Hola.

- Hola, que tal.

- Muy gruñona la maestra ¿No crees?

- Concuerdo contigo, pero créeme cuando te digo que las hay peores que ella.

- Espero ella este en extinción, no quisiera conocer mas gruñonas como ella.

- Ríe por el comentario- Tienes razón, por cierto soy Demian, Demian Pratt.

- Bien Demian, yo soy Samuel Benett.

- Lindo nombre la terminación igual que mi apellido es en doble te.

- Si una rara coincidencia.

- No creo en coincidencias.

- ¿Como?

- Si, que no creo que sea una coincidencia, lo pondría mas como el destino.

- El destino... ¿Quieres decir que estábamos destinados a conocernos?

- Algo así, suena muy intenso cuando lo dices pero eso creo.

- Ya, entiendo lo que quieres decir.

- ¿No crees en el destino?

- Algo así, pero me voy mas por las probabilidades.

- ¿Y cómo?

- Si mira, cual es la probabilidad de encontrarnos los dos y establecer una conversación entre tantas millones de personas probables con las que puedas hablar.

- No puede ser, eres de esos.

- ¿De esos cuales?

- De los que tratan de encontrar respuesta a todo, no pueden que darse solo con la pequeña duda y ya, hacen hasta lo imposible por saber la respuesta y cuando por fin la encuentran no es lo que esperaban o se obsesionan con otra cosa.

- Jajaja oh claro el señor prejuicios sale a flote.

- No te juzgo, solo deduzco lo que puede ser tu personalidad.

- De acuerdo me toca ami.

- Adelante.

- Eres de esos chicos que les encanta burlarse de los demás, el típico bravucón que intenta ser hostil y grosero para imponerse ante los demás y no tener que lidiar con idiotas todo el tiempo. No eres malo pero intentas ser algo que los demás temen para esconder lo que sientes en realidad. ¿Acerté?

- Deberías ser psicólogo.

- ¿Enserio?

- Claro que no, eres un desastre solo dijiste eso por mi forma de vestir y tu si me juzgaste en tu intento de analizarme.

- No era mi intención.

- Lose pero no te preocupes es lo que todo el mundo piensa cuando me ve.

- Yo no lo pensé, bueno si pero por eso me senté aquí.

- ¿Porqué quieres un bravucón que te defienda?

- No por que aparte que eran solo dos lugares disponibles no me importo tanto tu apariencia y quería hablar solo eso.

- Te creo, pero ya no seas tan prejuicioso enano.

- Vez y dices que no eres bravucón.

- Nunca dije no serlo, solo dije que morirías de hambre siendo psicólogo.

- Muy gracioso bravucón.

- Cuando quieras enano.

Y si estaba mal al verlo como mal tipo es todo lo contrario, es gracioso y aunque me moleste un poco que haga referencias a mi baja estatura (como todos los que me conocen), creo que lo puedo superar.

Más De Un AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora