Día 05: Black Magic Woman

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Prompt libre

Al terminar las actividades alrededor del último y mejorado Onsen on Ice cada patinador fue regresando a su respectivo país de origen, excepto Otabek Altin quien decidió quedarse una semana más para mala suerte de Yuuri, quien jamás imaginó sentirse incómodo en presencia de una persona tan interesante. En esos días se encontraba más veces al día repitiéndose a si mismo que no era propio de él actuar cual adolescente inmaduro, suficiente tenían con el rabioso hormonal de Yurio para encontrarse celándolo a cada rato por verlo salir tomándole de la mano con una sonrisa de oreja a oreja, ambos hablando usualmente en ruso.

Esos jóvenes impredecibles, una vez le declaró sus sentimientos ha pasado casi dos semanas ignorándolo sin más, ni siquiera se ponía nervioso quedándose ambos a solas prestándole atención al teléfono móvil o cualquier otra cosa; fingiendo que no había ocurrido nada entre ellos.

—Tal vez debía confesar su amor para poder olvidarlo —murmuró Yuuri hundiéndose en las aguas termales como si estas fueran su miseria.

—¿Hablas de Yurio? —preguntó su entrenador con una sonrisa en forma de corazón junto a él.

—¡Víctor! ¿En qué momento llegaste aquí? —preguntó palideciendo, no lo sintió entrar al agua con él.

—Ya tengo un rato, parecías muy concentrado en tus pensamientos.

—No es nada importante.

—Es sobre el gatito rabioso que salió a dar un paseo nocturno con cierto soldado kazajo, ¿no?

El japonés no respondió, sumergiéndose hasta cubrir con agua su boca sin poder ocultar el tic de irritación en su ceja izquierda.

—¿Por qué estas tan molesto, Yuuri? Él ya declaró su amor por ti.

—Es muy joven todavía, seguro estaba confundido.

Víctor amaba profundamente a Yuuri por eso a veces le sorprendía a niveles preocupantes la deprimente lógica con la cual funcionaba esa catastrófica cabeza.

—Yurio parece ir muy en serio.

—No me sonríe como a él —dijo con voz baja, apenado.

—Actúas cómo un chaval de quince años —obvió el mayor.

—¡Lo sé! ¡Esto es tan frustrante! ¿Por qué él siempre logra romperme en pedazos?

Esa pregunta al aire fue sorpresiva para ambos al parecerse más a una respuesta.

—Ya sabía que le amaba desde antes, cuando se abre una incógnita él llega a mi vida a romperme en pedazos y obligarme a buscar una respuesta, le amo de una forma diferente a mi familia, a Yuko o a ti, Victor.

—Yuuri —nombró sujetando el rostro sonrojado de su pupilo con ambas manos.

Tenía tantas emociones encontradas, por una parte estaba feliz de ver a su amado encontrar aquella persona a la cual dedicarle todo el amor que le ha enseñado, por otro lado...

—Vamos ya al Ice Castle —ordenó tomándole el brazo para obligarle a salir de las aguas termales.

—¿Por qué?

—Allá esta Yurio, ve a decirle todo lo que sientes.

Prácticamente el ruso le vistió y sacó de la posada en menos de tres minutos, olvidando los necesarios lentes de uno o la bicicleta del otro le arrastró por las calles de Hasetsu aún empapados, agitados entre quejidos por parte del menor llegaron a la pista de hielo.

—Pero Víctor, esta mal de muchas maneras —jadeó Yuuri a las puertas del lugar—. Ambos somos hombres, la diferencia de eda-

—Alto —interrumpió sujetando sus hombros, inclinando un poco el rostro para verle a los ojos—. Lo único que debe importarte es ser feliz a su lado, como tu entrenador sueles desobedecerme mucho, en cambio como tu amigo mi único deseo es verte feliz en brazos de quien más puedes amar.

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