En el principio, una inmensa e ilimitada negrura se esparcía por los vértices del universo, todo estaba oscuro, y en tal penumbra solo existían la nada y un objeto. El objeto fue llamado Huevo Cósmico, y albergaba todo lo creado, cada color, forma, pensamiento, planeta y alma se mantenían dentro de aquella forma infinita y multicolor.
El punto, a pesar de ser infinito era inútil en aquel momento, ninguna fuerza lo accionaba en su estado como energía pura.
O al menos así fue hasta que el día primero llegó.
Dos fuerzas enemigas e increíblemente poderosas venidas desde otras realidades, chocaron sus espadas sobre el Huevo Cósmico. La que le golpeó desde su diestra tenía el nombre de Aiperos, mientras que quién lo trataba de abrir desde la izquierda se hacía llamar Zadkiel.
Ambos eran Dioses con poderes inimaginables que deseaban acabar con su rival y controlar a lo que llamarían Creación. El choque duró poco menos de un segundo, dejando como ganador de la disputa entre los tres mundos a Aiperos . Haciéndose él mismo con el control del Huevo Cósmico. Y expulsando a Zadkiel a los confines de la nada, o como también es conocida: Tierra de los Muertos.
Luego de obtener el Huevo Cósmico multicolor y de expulsar a su adversario, Aiperos se dio a la tarea de gestar el universo tal y como lo conocemos. Creó muchos mundos y dejó que sus criaturas tuvieran inteligencia y raciocinio; fueron tiempos de paz para toda la creación, todos vivían y se regocijaban en cada uno de sus planetas, no había guerra ni dolor sin importar de que especie o mundo se tratase.
Pero todo cambió cuando Zadkiel contraatacó. Con sus artes oscuras basadas en la codicia sin fundamento y su excesivo ego, logró no solo regresar desde La Tierra de los Muertos, sino que también conquistó a los corazones de una gran porción del universo que Aiperos había gestado, haciendo que se alzaran en una revolución contra él.
Esta guerra fue diferente a la del principio. Las espadas de las diferentes razas chocaron por tanto tiempo que generaciones enteras nacieron y murieron teniendo montañas de cuerpos mutilados como único paisaje y el hedor a muerte como aroma primaveral. A esta masacre se le llamó La Guerra de los Seis Eones.
Con sus ejércitos agotados y sus cuerpos cansados por luchar sin descanso, Aiperos y Zadkiel decidieron dar fin a la batalla con un duelo sobre un campo caótico diseñado solo con ese propósito. Así que, en un lejano y hueco pedazo de tierra y lava ardiente en la llamada Vía Láctea ambos seres posaron sus pies.
La poderosa batalla campal entre las dos existencias separó los océanos de la tierra, creó la luna y dio rotación a la tierra. Todo esto sucedió hasta que el ganador de la dolorosa contienda al fin fue decidido.
Amanecía, y el sol acariciaba el rostro de Aiperos cuando estaba por asestar el golpe final a su rival. Pero, un instante antes de clavar su espada en el torso de Zadkiel, fue derrotado por una de las trampas más sucias de su enemigo, siendo apuñalado por la espalda.
Cayendo al suelo, vió cómo su sangre derramada era tragada por la tierra. En ese momento, con su dorso abierto por una daga que le atravesaba el pecho, Aiperos supo que moriría.
Aferrándose a sus últimas fuerzas lanzó su Magia más poderosa sobre Zadkiel. El ataque fue diferente a cualquier otro poder antes creado, y ante él, Zadkiel cayó al suelo derrotado. Pero no murió.
Notándose en su lecho de muerte, Aiperos esbozó una gran sonrisa, sus dientes estaban manchados con sangre y su frente cubierta por tierra y sudor, sin embargo, eso no detuvo su último y más grande gesto de nobleza. Cuando expelió su último aliento de vida creó la atmosfera, y su sangre al terminarse de drenar en la tierra, dio a los seres que nacerían sobre ella dotes únicos y poderosos llamados: Magia.
Todas las otras razas del universo convivieron en paz luego de la guerra de los seis eones y crearon un pacto mutuo. Jamás se involucrarían con los hijos del planeta donde Aiperos exhaló su último aliento y donde Zadkiel espera despertar.
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El Despertar del Wendigo
Science FictionDemonios, monstruos, incluso reptilianos y líderes mundiales. Les colocamos muchísimos nombres a lo largo de la historia, hasta que revelaron su verdadero nombre: Wendigos. ¿Acaso podrá ser reversible? Aquellos que la verdad conocen están destinado...