-Ahora eso es todo lo que recuerdo.- Se dijo Ignis luego de despertar bañada en sudor a mitad de la noche.
–¿Habrá sido una pesadilla?-
Comenzó a recapitular las imágenes que habían quedado impregnadas en su mente, si fuese un sueño nunca había sentido uno tan vivaz como ese. Podía recordar perfectamente el bochorno, sus pies cansados, el grito de Andrew y su mano secuestrándole la boca; podía recordar al hombre grotesco y su horrible olor, llegaba a acordarse de aquel cuchillo de carnicero acercándose a su tierno vientre y él joven que sin ninguna dificultad destrozó su brazo haciendo brotar del mismo una estela sangrienta que salpicó el callejón.
Ignis miró al reloj que marcaba las 2:30am. La hora justa para pensar en lo sucedido y decidir si fue o no un simple sueño.
Su materia gris maquinaba en búsqueda de respuestas, no estaba segura por ella misma de la realidad de esos hechos. Pero en ese instante un pensamiento llegó a su cabeza, uno tan terrorífico que quizá su cerebro lo había reprimido hasta entonces para no dañarle. Ella no tenía ningún recuerdo de haber llegado a su casa, mucho menos de haberse metido entre las sabanas tan cómodamente como lo estaba.
Con ese pensamiento grabado en ella, Ignis abrió sus ojos como platos y saltó de la cama. Corrió hasta su baño privado evitando hacer el menor ruido para impedir despertar a sus compañeras que dormían en cuartos contiguos al suyo, y prendió la bombilla.
Viéndose en el espejo, no pudo contenerse y profirió una sola palabra: -Mierda-.
Estaba usando la misma ropa con que había ido a estudiar el día anterior. "Quizá estoy tan cansada que olvide como llegue a casa." Se dijo a sí misma en un afán de demostrarse a ella misma que todo fue obra de su volátil imaginación, y que el Andrew bonachón, callado y simpático que conocía jamás hubiera sido capaz de planear algo así. Se quedó mirando el espejo, algo en toda esa idea de "un sueño" no le calzaba; recordando toda la escena para buscar partes incongruentes en ella, revivió el golpe proferido por parte del grotesco hombre en su abdomen, y posando su mano sobre la verde camisa en la misma zona sintió dolor. Ignis sabía que significaba ese dolor y con su mano levantó la camisa mostrando un hematoma rojizo y opaco que mostraba definitivamente una sola cosa.
Era claro que...
No había sido un sueño.
por ^j
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El Despertar del Wendigo
Science FictionDemonios, monstruos, incluso reptilianos y líderes mundiales. Les colocamos muchísimos nombres a lo largo de la historia, hasta que revelaron su verdadero nombre: Wendigos. ¿Acaso podrá ser reversible? Aquellos que la verdad conocen están destinado...