Memorias 1.5 RL

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Capítulo 2


Suspiró aburrido atrapado en la junta de negocios de las empresas Shion, su mente divagaba en un mar de confusión donde el extraño vacío que sentía era lo que ocupaba todos sus pensamientos. Por alguna razón su vida se había vuelto algo monótono y aburrido, sentía como si tuviera un enorme agujero en el pecho. Sin darse cuenta si quiera, buscaba algo con la mirada, pero por más que intentaba descubrir que era lo que le hacía falta no lo encontraba, aun cuando la junta se dio por terminada él no pudo percatarse de nada en a su alrededor. Su vista estaba fija en la ventana mirando el cielo como si mágicamente este pudiera darle las respuestas que tanto ansiaba.

-Oye-la voz de su amigo lo saco de sus pensamientos-Otra vez miras a la nada cual idiota, estas comenzando a preocuparme-declaró cierto albino sentándose en una silla cercana a la del rubio en la ya vacía sala de juntas.

Él no lo miró, seguía con la vista fija en un punto intangible del cielo.

-Te sonara algo extraño. Pero siento me falta algo, mi pecho se siente vacío y por alguna razón hay algo haya arriba que necesito alcanzar... es casi... como si alguien me estuviera llamando-murmuró lo último de forma inaudible.

Antes de que su buen amigo Piko pudiera decir que estaba loco y dejara de pensar en tonterías, alguien llamó a la puerta interrumpiendo los pensamientos del rubio.

-Disculpe joven Shion-una pelirroja de aspecto sencillo entro a la sala dirigiéndose él-Han traído esto para usted, dijeron que era urgente.

La muchacha le entregó al rubio un pequeño sobre que estaba sellado con el símbolo de una luna menguante, extrañado por no saber quién pudiera haberle enviado la carta la abrió intentando descubrir si dentro de ella se hallaba el remitente, sin embargo, la carta solo contenía una tarjeta con una escritura pulcra y llamativa que decía lo siguiente:

"Una estrella tan brillante como un pequeño sol descendió de los cielos, chico afortunado fue el dueño de su corazón hasta que ella desapareció dejando un vacío en su interior, si su nombre puedes recordar ven a mi hijo celestial, yo te guiare hacia el lugar donde ella esta, di mi nombre a media noche, dilo solo una vez, soy la diosa de la luna, yo te ayudare."

Len abrió los ojos con sorpresa tras haber leído el verso, definitivamente ese mensaje era para él, pero ¿quién se lo pudo enviar? Y más importante aún ¿Qué era lo que esa persona quería ganar?

Diosa, estrella, vacío, ninguna de esas palabras tenía sentido, pero tenían una conexión muy especial con él y lo que fuera que sentía que le estaba haciendo falta.

- ¿Has visto a la persona que me lo envió? ¿Quién fue? ¿Cómo era? –interrogó de inmediato con algo de desespero en la voz asustando un poco a su empleada.

-Emm... bueno-dijo un tanto nervosa de la expresión del rubio-Quien pidió que se lo entregasen fue una mujer de largos cabellos rosados, se fue tal y como vino no dio tiempo de preguntar su nombre.

La ansiedad y desesperación estaban a punto de invadir todo su ser. La extraña situación requería respuestas inmediatas que tenía que conseguir a como diera lugar, de un momento a otro sintió unos ojos posados en él. Se dio vuelta intentando detectar quien causaba tal sensación en su ser y entonces la notó. Ella lo miraba fijamente como si durante todo el rato hubiera estado ahí parada esperando ser notada, era una mujer de cabellos rosados, sin lugar a dudas debía ser la misma de la que Miki había hablado segundos antes.

Dicha mujer vestía un traje ejecutivo, sus orbes celestes se clavaron fijamente en los de él siendo su presencia algo sorprendente para él rubio. Incrédulo se acercó a la ventana tocando el cristal como si eso fuera lo único que lo separaba de la extraña pelirosa que sentía que tenía las respuestas que necesitaba. Ella solo sonrió ligeramente para después murmurar unas palabras que fue plenamente consciente que él rubio capto al leer sus labios.

StarHeartWhere stories live. Discover now