Semáforo Verde

809 124 50
                                    

-No me digan que ese imbécil se volvió a saltar las clases. -preguntó Chūya al ver que el castaño no aparecía y en su lugar había mandado a sus dos amigos.

-No es eso. -rápidamente se atrevió a aclarar Atsushi. -Es sólo que su padre llamó y tuvo que irse temprano, por eso nos mandó a avisarte que le disculparas.

El pelirrojo decidió dejar escapar un suspiro, estaba aliviado que no fuera una tontería por parte del mayor, pero le inquietaba que su padre le hubiera llamado, esperaba que no fuera por algo grave.

-¿Saben por qué se tuvo que ir de casualidad? -se animó a preguntar. -Necesito algo con qué molestarlo después.

-No lo sabemos. -Esta vez fue el moreno el que habló. A diferencia de su compañero, su respuesta sonaba golpeada, como si quisiera apresurarse para encubrir algo.

-Ya veo. -soltó no muy convencido de su respuesta. -Entonces, ¿ya se van?

-No, de hecho queríamos invitarte a comer algo Nakahara-san. -respondió sonriente Atsushi, mientras que  Akutagawa tiraba discretamente de su manga en señal de que nunca habían acordado eso, pero su amigo le ignoró,

-¿Eh? ¿Y eso por qué?

-Como eres amigo de Dazai-san, creemos que estaría bien conocernos un poco más, ¿no te parece?

Chūya pensaba en rechazar la invitación pero no quería ser grosero, así que aceptó. Además, si los conocía un poco mejor entonces podría preguntar un poco del pasado de Dazai y ese amigo, quería ayudarle a encontrarlo.

-Y...¿cuántos años tienes, Nakahara-san? -preguntó Atsushi tratando de crear algún tema de conversación mientras comían, a lo que el aludido sólo se golpeo mentalmente. Si antes no quería ser grosero, de verdad se arrepentía pero estaba seguro que se aburriría con esos dos. No entendía cómo Dazai podía entablar una conversación con ellos.

-Dieciséis, aunque no es algo que realmente importe. -trató de contestar con una indirecta para cambiar el tema de conversación.

-Oh, entonces tienes la misma edad que Dazai-san es curioso porque tanto Akutagawa como yo tenemos quince años. -respondió el peliblanco intentando romper la tensión que se había creado.

-Tigre, se está aburriendo. -señaló el azabache que recién se dignaba a hablar.

-Lo siento, es sólo que quería conocer un poco más a Nakahara-san. -se excusó bastante apenado. -Pero tienes razón, mis temas de conversación son aburridos y nada interesantes, me sorprende que tú no te hayas aburrido de ell...

-No quise decir eso. -le interrumpió Akutagawa tratando de corregir la intención con la que había querido mandar el mensaje. -No cambies mis palabras ni las intérpretes a tu manera. Jamás dije que me aburrías.

Chūya observaba la normalidad con la que ambos hablaban bastante sorprendido pues sus personalidades eran bastante diferentes pero aún así se llevaban realmente bien o eso era lo que el percibía.

-Ustedes hacen un bien equipo. -comentó después de un rato. -Se ve que se llevan bastante bien.

-Es sólo porque nos conocemos desde hace tiempo, si nos hubieras visto en un inicio jurarías que nos odiamos. -habló Atsushi. -Nos tardamos bastante en acostumbrarnos el uno al otro, incluso nos peleábamos por la atención de Dazai-san.

-¿De verdad? Me cuesta imaginarme eso, juraría que incluso prefieren la compañía del otro antes que la de Dazai.

-Eso es porque...-iba a continuar pero al ver que Akutagawa negaba con la cabeza decidió callarse. -Bueno, lo importante es que hemos aprendido a llevarnos bien. -concluyó rápidamente.

-Es lo que veo. A propósito. -el pelirrojo dirigió su mirada al moreno que permanecía de brazos cruzados. -Dazai me comentó que eres su amigo de la infancia, ¿es cierto?

El nombrado asintió con la cabeza mas no contestó como su compañero solía hacerlo.

-También me mencionó que tenían un amigo en común, ¿de casualidad recuerdas quién es o le sigues hablando? -finalmente se había atrevido a tocar aquel tema, ahora sólo le quedaba esperar a que el otro cooperara o de lo contrario insistiría cuantas veces fueran necesarias.

-¿Para qué quieres saber eso? Ese es asunto del pasado entre nosotros tres, no es algo que te incumba.

-¡Claro que sí! -soltó desesperado. -Ese idiota lo extraña, lo sé porque por mucho que trate de disimularlo, en sus ojos puedo ver un poco de tristeza. Es simplemente patético y no soporto que ponga esa ridícula cara siempre que está conmigo. -confesó un tanto frustrado. -Así que, ¿me vas a decir o tengo que obligarte a hacerlo?

-Nakahara-san...-murmuró Atsushi al escuchar lo que decía, volteó a ver a su amigo para que le ayudase a encontrar una buena respuesta.

Mientras tanto, Akutagawa le veía con la misma cara serie de siempre, analizó al otro un poco y después de un rato separó ambos brazos y se recargó con su ayuda en la mesa.

-Vaya que tienes un carácter terrible. -fue lo primero que dijo.

-Mira quién habla.

-Bueno, si quieres saber su nombre tendrás que averiguarlo por tu cuenta, a mí no me corresponde contarte sobre él después de todo.

-Entonces Dazai lo recuerda, ¡Lo sabía! Ese maldito mentiroso, cuando lo vea tendrá que aclárame muchas cosas.

-No te apresures. -le advirtió al ver su repentino enojo. -Si él no te dijo nada no es porque no quiera, es porque no puede.

-¿A qué te refieres?

-¿Realmente no recuerdas nada? -volvió a insistir, justo como cuando se conocieron. -Bueno es normal, después de todo el golpe que te diste fue lo suficientemente fuerte como para que olvidaras unas cuantas cosas.

-No creo que debas de decir eso tan bruscamente. -le interrumpió Atsushi trancando de calmar un poco las cosas.

-Está bien, sé lo que estoy haciendo. -le dirigió una mirada de complicidad a su amigo y retomó la conversación. -Escucha bien Chūya-san, como te dije antes, yo no puedo hablar de esto porque no es algo que me corresponda, mucho menos Atsushi tiene derecho a hablar del asunto. -aclaró apresurándose a cualquier pregunta por parte del pelirrojo. -Pero sí puedo darte pistas, justo como lo he estado haciendo. Así que analiza todo lo que te he dicho y trata de unir las piezas.

Sin siquiera darle oportunidad para responder, se levantó de la mesa y le indicó a su compañero que hiciera lo mismo, este le imitó y una vez que estaban listos para salir, dejó unos cuantos billetes en la mesa.

-Por cierto, creo que Dazai-san no te lo ha mencionado pero su nombre es Osamu, ¿te recuerda a algo? -y sin decir más, los dos chicos se fueron, dejando a Chūya en un mar de preguntas.

-¿Hicimos lo correcto? -le preguntó el menor una vez que se habían alejado lo suficiente del restaurante.

-Sólo apresuré lo que era inevitable. -respondió encogiéndose de hombros. -Ahora todo depende de esos dos.

Chan, chan, chan. Las cosas se ponen intensas.

Sé que esto parece un poco apresurado y que el misterio se está resolviendo muy pronto, pero créanme, de eso depende el resto de la historia.

En fin, espero les haya gustado y por cierto, a partir de ahora cada miércoles actualizaré este fic.

¡Gracias por leer!

En el caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora