Mundo de colores

Capítulo 5

Allí estaban, ninguna sabía que decir y Len estaba tan sorprendido relacionando todo que no podía hablar. Ring iba a decir algo pero en ese momento llegó Seeu en la escena.

—Discupen que los interrumpa pero la familia Shion ha llegado.

—¡Vamonos rápido! —nuevamente agarró al chico del brazo y se lo llevó.

—¡Miku! Luego me tienes que explicar esto —gritó a los chicos que subían las escaleras.

Llegaron a la habitación de Miku, empujó al rubio dentro y cerró la puerta fuerte, se apoyó en ella y suspiró largo y pesado mientras se derretía al suelo.

—Lo logramos a tiempo —miró al chico quién buscaba algo en su celular— ¿Qué haces?

Len sostuvo su celular a la altura de la cara de Miku y la miraba a la real y a la foto que había buscado en Internet.

—Realmente sí eres tú —decía mirando una foto de Miku de niña—. Sí eres Miku Hatsune, la hija que los súper famosos modelos Lui y Ring Hatsune enviaron a estudiar al extranjero hace cuatro años.

—Len, verás...

—¿Cómo es que nadie se ha dado cuenta? ¿Incubren tu identidad porque los avergüenzas? ¿Y por qué me trajiste si era un secreto?

—No hagas tantas preguntas complicadas, no tengo tanta cabeza para esto.

—Tiene sentido que Mikuo Hatsune vaya a nuestra secundaria y no a una de lujo, porque su hermana estudia en el mismo lugar.

—¡Ya cállate! —le gritó para que la escuchara— Sí, soy Miku Hatsune, hija de Ring y Lui Hatsune, los modelos más reconocidos que se avergüenzan de mí, ¿feliz?

—Estaría más feliz si no tuviese tanto frío.

—Es cierto, por esa puerta está mi baño, puedes tomar una ducha y hay toallas en el mueble de allí. Le pediré a Seeu que te lleve algo de ropa seca.

Len fue en dirección al baño en silencio, podía notar que ella no estaba cómoda con el tema y mentalmente exhausta así que la dejaría tranquila por el momento, luego pediría más explicaciones.

Apenas él entró al baño la aguamarina se dejó caer en su cama cansada, sabía que luego de la reunión con la familia de Kaito le llegaría un buen sermón y se metería en más problemas.

—Este ha sido un largo día...

(...)

Luego de unas horas de silencio entre los jóvenes encerrados en el cuarto de Miku, en el cuál cenaron, vieron una película juntos pero bien separados del otro, la aguamarina intentando hablar con el rubio para distraerse pero este ignorandola mientras jugaba en su celular, al fin llegó el momento donde estaban frente a ambos padres de Miku en su gran sala de estar.  Los dos adultos miraban a ambos chicos pero sobre todo a su hija con notoria decepción y los niños mantenían una mirada baja sin moverse.

—Oye —le susurró Len— ¿Por qué tengo que estar en la misma situación que tú si este es tu problema?

—Es que contigo aquí no pueden ser tan severos —le susurró de vuelta— aguanta un poco.