― Capitulo ocho: ¿Qué dice el corazón? ―

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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Aquella noche la luz de la luna alumbraba bellamente la habitación de Serena, ella miraba el lugar encantada con la hechizo que parecía envolverlo todo en aquellos momentos gracias a la luz plateada, pero a pesar de eso, la rubia no podía dejar de pensar en las palabras de Lita, estas seguían revoloteando en su cabeza sin poder evitarlo, debes hacer lo que te dicta tu corazón, ¿Realmente podría hacerlo? ¿Realmente aquello sería una buena idea?

Ni siquiera sabía si su corazón tenía algo que decir, simplemente ni siquiera estaba segura de aún tener corazón. No había querido querer como lo había hecho en el pasado, nunca más, ya su corazón había sufrido demasiado. Entonces había optado por no hacer caso a nada que no fuera lo que su razón le decía, nada que no creyera que era lo correcto.

Ya una vez había dejado que su corazón la guiara, que sus deseos mandaran y aquello había terminado tan mal, que simplemente no estaba segura que valiera la pena intentarlo nuevamente alguna vez.

Y honestamente no había indagado demasiado en su corazón desde hacía tanto, que no estaba segura de que sería lo que se encontraría ahí. Si es que se dignaba o tenía el valor de hacerlo, no estaba segura de agradarle lo que encontraría que era aquello que dictaba su corazón.

Sin por evitarlo rodó en la cama y acongojada se tapó con brusquedad con las mantas hasta la cabeza, lo único que quería era dormir y no pensar más en Darien, ni en corazones, ni siquiera en Yaten. Lo único que quería era dormir.

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La tarde siguiente Serena estaba saliendo del pequeño edificio en el que estaba la revista donde trabajaba cuando se topó con Darien, aquello ya no le sorprendía, era el tercer día consecutivo que él acudía a acompañarla de la salida de su trabajo a su departamento, ella había protestado el primer día, pero Darien simplemente no entendía que ella no lo quería cerca.

Y a pesar de eso y de las oportunidades con las que había contado en los últimos dos días, no se había atrevido a decirle aquello que quería contarle. Contarle solo un poco acerca del pasado, aquella parte de la que a él le incumbía.

Este es el tercer día, se dijo, así que aquel día tenía que hacerlo, quedaban solo dos días mas antes de que se casara y entonces Darien no volvería a aparecer en su vida, él se lo había asegurado, así que tenía que aprovechar la que probablemente era su última oportunidad.

―Hola ―dijo con una sonrisa Darien apenas la miro salir del edificio.

―Hola Darien ―dijo ella con un pequeño suspiro, para sin esperar nada siguiera su camino, a sabiendas que Darien la acompañaría dijera lo que dijera.

―Hoy estas muy bella ―agregó siguiéndola.

―Supongo que debo decir, gracias ―

―No, si no quieres decir nada, no es necesario ―dijo a su lado ―Yo soy feliz estando solo a tu lado, aunque no puedo negar que me fascina oír tu voz―

Serena no pudo evitar que una pequeña sonrisa inundara sus labios, no quería sentirse bien con las palabras de Darien, pero no podía evitar que le robaran una sonrisa tan bellas palabras.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora