Día 6: Drama/Angst/Tragedia

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Antes de comenzar a leer, debo aclarar que el one-shot de este día es un final alternativo al doujinshi de Shunkinshou, el cual si no has visto te dejo algunos enlaces para que sepas de que va ^^ y si ya lo has visto a leer~~ 

Para ver en fb: https://www.facebook.com/pg/lovesarumimisaru/photos/?tab=album&album_id=1368989956476273 

Para ver en YT:  parte 1 

parte 2 

Ahora si, el fanfic~ 



Solo el sonido de sus suaves jadeos y de nuestras pieles chocando entre sí era lo que podía escuchar en el interior de nuestro pequeño hogar.

Con mi mano derecha acaricié con cariño su mejilla para besarla después, descendiendo hasta su cuello donde me encantaba dejarle varias marcas en este, nadie podía verlas más que yo, ya que no dejaba que Misaki saliese estando en su condición y el tampoco podía verlas pero si las sentía después y comenzaba a regañarme por ello.

Pero no me importaba. Misaki ahora era mío, completamente mío y de nadie más.

— ¡Ah!... ¡Ngh...! Saru... —su dulce voz llamándome entre gemidos era suficiente para volverme loco. Sus brazos rodearon mi cuello al igual que sus piernas en mis caderas.

Nuestro contacto era tan íntimo que podíamos sentir el aliento del otro cerca de nuestro rostro. La tenue luz de la habitación me permitía tener una hermosa vista de Misaki. Sus rojas mejillas, sus labios entreabiertos conteniendo esos vergonzosos sonidos para él. Para mí es como la más bella melodía.

— Misaki...no te contengas —besé su oreja y luego profundice un beso sintiendo los movimientos torpes de nuestras lenguas jugar.

Moví con más rapidez mis caderas hundiéndome dentro de él y al parecer había tocado un punto sensible, lo noté por el fuerte grito de placer y sus uñas clavándose en mi espalda.

— Oh...Mi sa ki —me aseguré de golpear repetidas veces en esa zona sensible para enloquecer juntos del placer de nuestro amor—. Eso sonó tan lindo.

— Ca...llate...mono...ngh —Misaki y yo éramos uno solo por fin.

Nada podía hacer que evitará que me separasen de mi bella flor. Gracias a su ceguera, ahora solo podía fijarse en mí, solo dependía de mí, yo era su mundo así como él lo era para mí. Solo podíamos existir en nuestro pequeño mundo y yo era feliz con esa sensación.

Pero todo cambiaba con una cosa. Ya no podía verme. Sus hermosos ojos ámbar perdieron ese bello brillo de vida que siempre tenían. Sus ojos estaban muertos...y yo había tenido la culpa.

— ¿Saru? —me sacó de mis pensamientos al notar del cese de mis movimientos—. ¿...Ocurre algo?

Su voz sonó preocupada, sentí sus manos viajar por mi rostro, tocando cada parte, de esa forma el podía darse cuenta de mi estado de ánimo. Tras perder la vista, sus otros sentidos comenzaron a desarrollarse más.

— Misaki...ya no puedes verme —me sentía culpable. Había sido un error mío. Mi egoísmo llevó a perder lo que más amo de Misaki. Sus ojos.

No importaba cuantas veces dijera que eso había sido mi culpa. El jamás me recriminaba nada. Al contrario de cómo esperaba que reaccionara, en su rostro se dibujaba una pequeña y sincera sonrisa, llena de afecto.

— Saru...claro que puedo verte.

— ...

— Te veo a través de tu voz, a través de tu aroma, de tu sabor, de tu tacto. Puedo verte con mis otros sentidos. Eres Saruhiko y estas aquí conmigo. Solo eso me basta —sus dedos tocaron mis labios y sentí como de forma tímida se acercaba para besarme.

— Te amo...Saru —sus sonrosadas mejillas y esa sonrisa...era demasiado para mí. Yo no merecía el amor de Misaki. No cuando le he hecho tanto daño.

.

.

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El doctor me había dicho explícitamente que las luces fuertes podrían provocar que Misaki empeorara en su mejora, o en el peor de los casos, que quedase ciego para siempre.

Me irritaba cada vez más que Misaki insistiera en llamar al bar y hablar con esa bola de pandilleros. Solamente yo debo ser en quien él se fije. No me puede dejar de lado. ¡No puede!

En un arrebato de egoísmo, le quité las vendas cuando el aun estaba dormido y levanté las persianas del pequeño departamento que teníamos, él comenzó a despertar. Mi plan estaba funcionando. Si el queda ciego no tendrá otra opción que estar conmigo siempre.

No me di cuenta del daño que estaba haciendo. Del año que nos estaba haciendo. Yo lo dejé ciego y sus bellas gemas ámbar dejaron de brillar. Esa pequeña muestra de vida que tanto me encantaba, la destruí. El sufrió demasiado al saber la cruda verdad de que jamás se repondría, buscándome con desesperación, con lágrimas de miedo y frustración saliendo de sus ojos. ¿Qué demonios hice? ¿Por qué no reaccioné a tiempo? El ahora dependería de mí y nadie más, no solamente por su incapacidad, sino también de manera afectiva, me necesita y yo lo necesito a él.

Y yo no puedo dejar de sentir culpa. Cada que lo veo, que le ayudo a bañarse, cuando lo alimento, cuando lo veo en sus esfuerzos por ser independiente a pesar de su discapacidad...

Ya no puedo más...soy el responsable de esto. No puedo con la sensación de arrepentimiento, no cuando él me abraza y me brinda ese amor tan sincero que solo alguien como él puede tener.

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.

— ¡Saru! —cuando menos me di cuenta, Misaki estaba llamándome. Siempre estaba en casa con él y si necesitaba comprar algo que nos hiciera falta, yo le avisaba para que no entrara en pánico si no me encontraba.

Caminaba sosteniéndose de la pared como un apoyo para no chocar contra algo, aunque yo había acondicionado la casa de manera adecuada para evitar que se lastimara. El llevaba buen rato llamándome y yo estaba a punto de abrir la puerta pero me perdí en mi mar de culpa y odio a mí mismo.

— Saruhiko —estaba asustado, si no me escuchaba cerca o yo no respondía, el se asustaba. Le tenía miedo a la oscuridad permanente que yo le provoque. Lleve una mano hasta la de él que usaba para sentir a través del aire y encontrarme. Su rostro se mostró aliviado apenas me encontró.

— Saruhiko, si te estoy llamando tienes que responderme. Me asusta saber que no estás —lo atraje hacia mí y lo abracé, correspondiendo mi gesto. El hizo unos pucheros ante esa advertencia.

— Lo sé...estaba distraído —me acerque para besar ese puchero, recibiendo un gruñido en respuesta.

— ¿Estás bien? ¿Estás llorando? —sentí su mano en mi rostro, limpio algunas de las lagrimas que salían de mis ojos y que yo no había notado. De repente había empezado a llorar. Estaba sufriendo las consecuencias de mis actos.

— Saru...nunca te alejes de mí —limpio mis lágrimas y luego beso de forma dulce mi mejilla. El amor de Misaki es tan puro y sincero...

¿Qué puedo hacer para que Misaki me perdone?

~*SARUMI FEST 2017*~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora