CAPÍTULO 10: CLOSTRIDIUM BOTULINUM

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19 de diciembre 1994

NARRADORA: SANDRA MORAN  (16 años)

    Sigue dandome la espalda, pero su actitud cambia

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    Sigue dandome la espalda, pero su actitud cambia... ¡GENIAL! Estoy a solas con un asesino psicópata que sabe lo que se que es, ¿Alguien quiere cambiar puestos?

-¡Oooooh...!-me dice con una sonrisa alagado.-¡Y yo creía que eras aburrida!- exclama dando vueltas con las manos elevadas.

    Se acerca amenazante poco a poco a mi, me acorrala contra la pared, nuestros cuerpos estan a centimetros de rozarse, noto su respiración, tranquila y pausada. Esta en su elemento y yo, obviamente, no.

-¿Por qué? Me refiero a...-me mira fijamente y puedo ver directamente sus marrones ojos analizanrme desde la cabeza a los pies, como un rompecabezas que no es capaz de resolver. Con el tiempo me daría cuenta de que el simple hecho de que James Moriarty no te comprendiese, te puede salvar la vida.- No se, estoy bastante perdido.- me dedica la más sincera de sus sonrisas.

-Eeehhh...- digo cómo una tonta, ¿Por qué aplaza el momento de matarme y/o amenazarme si cuento su plan?- ¡NO QUIERO QUE MATES A CARL POWERS!- exclamo segura.

    Se aleja de mi, casi se puede escuchar el ruido de sus pensamientos en marcha.

- ¿De verdad creías que iba a funcionar?-me sañala burlón- ¿Que, con una cita, me ibas a poder convencer de que no lo mate?

    Rie a pleno pulmón. No se si me da tranquilidad o más miedo del que tenía el que se ría tanto. Intento hablar para interrumpir su risa.

- Eres una buena persona, yo lo se, se te ve. Pero, cuando lo mates, arruinaras tu vida para siempre. Toda esa bondad caera en un pozo sin fondo. No estoy dispuesta a eso.

    Me mira serio por un segundo.

-Jajajaja. Ayyy- se quita una lágrima- Primero, tu crees que me quieres, pero por no conocer, no conoces ni mi nombre. Y menos mis motivos para su asesinato. Y, en cuanto a lo de que no soy malo, me temo, señorita Moran, que no sabría diferenciar a un asesino ni aunque lo tuviese en frente.- se encoje de hombros. Esta claro que se refiere a si mismo.

-Yo me temo mucho más que usted, mr.sex,- bromeo- que tengo que ver a una asesina cada mañana en el espejo.

-¿Tu?-me señala desconfiado. La distancia se ha acrecentado, pero noto como algo nos junta cada vez más, más poderoso que el tacto y más peligroso que cualquier cosa: dos psicópatas, sin nada que perder, en la misma habitación.

-Si. Lo era, pero ya no. Los caminos que recorría tienen demonios escondidos por debajo, lo se porque a cada momento los veia: remordimientos. Esos eran y seran por siempre mis demonios, me corcomian por dentro. Hasta que descubri que nuestros errores no son mas que fantasmas que se aparecen de vez en cuando para recordarnos lo que hicimos y ahora tenemos oportunidad de corregir. Eso es lo que estoy haciendo, arreglando lo que he hecho. Por ello impediré que te manches las manos con esto.

-Ohhhhhh...- dice alagado- crees parecerte a mi. Ya lo pillo, no eras novia de Carl Powers... ¡ERAS SU ASESINA!... Claro, que ambos estados no son muy diferentes entre si.

-De todo el rollo poético que te he soltado, ¿Solo te has fijado en que era su asesina?.

-Jajajaja. Lo siento, no podía ignorar toda la hipocresía que supone que una asesina intente que no asesine a su casi victima...

   Hace ademán de irse.

-¡Espera!- le exijo mientras le retengo por el brazo.- Si te vas, te denunciaré a la policía.

    Se gira.

-Lo veo complicado, señorita Moran...

-¡NO ME DIGAS MÁS SEÑORITA MORAN! Acabamos de confesarnos nuestros crimenes, creo que ya hay confianza cómo para que me tutees.

-Ok. Lo que decía es que veo un pelín complicado que me denuncies, cuando ni siquiera sabes mi nombre ni ningun dato personal mío.- me susurra.

-Puedo conseguirlo igualmente, y salvar a Carl.

-Ambos sabemos que eso no es verdad- dice dulcemente.

-No ejecutes tu plan... Yo... yo... tengo uno mejor. Uno sin riesgos.

-¿Ah si?

-Si, uno en el que no acabes detenido.-saco un frasco de pastillas de mi bolsillo y se lo enseño.

    Arquea una ceja.

-Lo siento, me he perdido. ¿Qué es esto?- me pregunta mirando el bote al detalle.

-Estas pastillas que defines cómo "esto", es Clostridium Botulinum.

-¿Me ves cara de químico experto?

    Suspiro. Lo creía un poquito más inteligente.

-Nooo, te veo cara de lider criminal con cierto nivel de conocimientos. Me decepcionas.

-¡Es broma! Claro que se que es, ¿Por que clase de criminal de pacotilla me tienes?

-Eres un idiota- le digo.

-Ja, yo tambien te quiero- me guiña un ojo- ¡Eres una genio! ¡Claro!, ¿Por qué no pense en eso?!?!? Uno de los venenos mas peligrosos del mundo,  que casualmente es muy dificil de encontrar en una autopsia...¡Es perfecto!

-No se te ocurrió porque eres idiota- le respondo con cierto toque de superioridad...Superioridad que cae por los suelos cuando me doy cuenta del sentido de las cosas que habia dicho- Ya lo pillo, sarcasmo.

    Asiente lentamente

-Si no lo he hecho es porque Carl Powers es un chico bastante inteligente, no se le puede envenenar asi como asi. Es mucho más sencillo, y sexy, matarlo de un disparo, como mi plan original.- cruza los brazos satisfecho.

-Si ya, eso sería si no fuese porque tiene eccema en los pies y no fuera mañana a Londres para el concurso nacional de natación juvenil.-me mira desconfiado- Escucha, lo único que tienes que hacer es ir a Londres y echarle el veneno en su crema contra el eccema, y morirá en la piscina.

-No estoy seguro, demasiados testigos...

-El mejor sitio para esconder algo es a simple vista.

    Nos quedamos mirandonos fijamente el uno al otro. Es curioso, la cita a pasado de romantica a que nos matemos con la mirada, cómo dos perros hambrientos con un chuleton en las fauces, que no estan dispuestos a dejar al otro.

    Le suelto.

-Adiós.- me despide dirigiendose a la puerta.- Me fio de usted, y no nos haré pasar un incomodo cacheo... minucioso- me guiña un ojo en lo que abré la puerta.

-Ja- Ja. ¡Qué gracioso! ¡Que chispa! ¡Eres de lo que no hay!- le grito con sarcasmo.

-Ja. Lo se.

    Se va haciendo caso omiso a lo que digo.

-¡YA NOS VEREMOS!

-No, tu no quieres.

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