Son las once de la noche y me estoy secando el cabello. El tinte verde se está impregnando en mis manos y se que me va a costar lavarlo. A pesar de las protestas de Isabella, y sugerirle que hiciera algo parecido, he cortado y teñido mi cabello para que no nos encontraran rápido.
Justo cuando he acabado, recibo un mensaje de Frederich: Tenemos que movernos de aquí antes de las dos de la madrugada, puesto que sus fuentes le han dicho que nos vendrán a buscar los secuaces de los Kaulitz.
Mi grito de desesperación se oye por toda la casa. Isabella aparece casi al instante y si no hubiera sido por la situación me hubiese reído demasiado.
Le tiré el celular y lo atajó para después leer el mensaje mientras yo empacaba con rapidez. Isabella lo metió en mi bolso mientras salia disparada. Sabíamos que estábamos cortas de tiempo, y necesitábamos rendirlo.
Después de meter casi toda la casa en tres maletas, vimos la hora; faltaba media hora. Nos miramos a los ojos y sin decir nada, salimos de la casa, dejando la puerta cerrada. Metimos las maletas al auto y salimos casi volando de ahí.
Decido dar vueltas por diferentes calles, por si acaso alguien nos seguía. Ya un poco más lejos decidí poner Crystal Castles, específicamente I'm not in love. Sonreí pensando en la pequeña sorpresa que había dejado en mi cuarto.
Bill PoV
Faltan 5 minutos para entrar y todos están en sus puestos. La casa esta apagada a excepción de un cuarto que parece tener velas.Según sé, es el de Marianne.
No quiero matarlas. Se que, si no lo hacemos, ellas lo harán, y no quiero morir... Pero tampoco matarlas.
El reloj marca las dos y entramos en acción. Tom y yo en la delantera.
-¿Nervioso?- Me pregunta este.
-No, pero sabes lo que opino- Susurro.Es bien sabido por Thomas que nunca me interesé en esto; Siempre amé la música. Sin embargo, la familia es primero y siempre he tenido que apoyarla.
Incluso con esta estupidez.
Empezamos a registrar la cocina y no encontramos nada. Igual en las demás habitaciones. Al parecer sabían que vendríamos; Al parecer, no querían atacar... Y eso me sorprende.
Solo queda una. La que he evitado a toda costa, porque se que si estoy equivocado puede ser que estén ahí.Decido ir solo, quizás así las ayude a escapar sin que nadie se de cuenta. Bueno, siempre y cuando no me disparen inmediatamente cruce la puerta. Niego tratando de borrar ese pensamiento.
Abro la puerta y la luz de las velas se refleja en mi. Escucho como desde un reproductor suena Run Run Run, por lo cual me sorprendo. Lo tomo y lo reviso para encontrar hasta música de Devilish.
Sonrío un poco para seguir viendo por el cuarto. En la cama hay una carta con mis iniciales, debajo de un beso rojo. También un conjunto muy sexy de Victoria's Secret.
Al tomar la carta noto un olor como... A fresas con coco, y me pregunto si así huele ella.
Leo la carta y no puedo evitar volver sonreír.
"¿Me lo devuelves, Billy? Quizás si te portas bien te lo modelaré, es una promesa"
No puedo evitar reír un poco. Maldita sea, esta chica es genial.
Tomo la ropa interior y la guardo en un bolsillo, junto con la carta.Estoy más que dispuesto a devolverlo.
Isabella PoV
Marianne ha estado sonriendo todo el camino y no la entiendo. Estuvimos a nada de que nuestros ídolos nos mataran ¿Por qué está tan feliz?
La he mirado extrañada todo el camino y por lo tanto me ha vuelto a ver.
-¿Qué pasa?-Pregunta como si nada, mientras le baja el volumen a la música. Bufo un poco y niego.
-¿¡Que qué pasa!? Nuestros ídolos desde que somos adolescentes nos iban a disparar en la pura cabeza, ¿Qué te sucede?
Marianne río y he hizo que me irritara más
-Le he dejado a Bill una sorpresa, eso es todo, un incentivo...-Sonrió ladinamente.
-¿Qué clase de incentivo?-Pregunté curiosa. Esperaba que no fuera una amenaza, no quería más problemas.
-¿Te acuerdas del conjunto rojo de....?-Dejó la pregunta a medias, esperando a que le respondiera.
-El de Victoria's Secret, del año pasado... ¿¡Se lo dejaste!?
Marianne río como desquiciada. Eso respondió a mi pregunta de inmediato.
Maldita sea, mi hermana era muy tonta y bromista algunas veces, aunque se lo soportaba, realmente no era momento para hacer una broma.
-Solo espero que no nos meta en un problema muy grande-Susurré, mientras Mary parqueaba en un motel cualquiera.
-Descuida-Respondió justo cuando nos bajamos-¿Puedes registrarnos? Llamaré a Frederich.
Asentí y entré, pedí una habitación doble, para fumadores.
No tenía ni idea de que nombres usar, por lo tanto usé los que habíamos usado antes de entrar en toda esta historia.
Salí y vi que Marianne estaba histérica. Siempre le pasaba cuando hablaba con Frederich, pero esta vez estaba peor.
-Dijo que no tendríamos un nuevo hogar si no hasta próximo aviso. Te lo juro, este idiota quiere que nos maten-Rugió Mary mientras guardaba su celular en el bolsillo.
Negué; me parecía extraño que Frederich se pusiera así de hijo de puta con nosotras, nos saca de la casa y ahora no nos quiere dar otra, ¿Qué tiene en la cabeza?
-Te lo juro, siento que... Siento que esto lo planeó hace mucho. Nos quiere ver morir- Concluyó mi hermana, sentándose en el suelo, apoyando su cuerpo en la llanta trasera del carro.
-No pienses así, tonta...-Susurré, pero me parecía algo obvio.
-Lo voy a matar, Is. Te lo juro, me importa una mierda, lo mataré.
Me senté a su lado y esperé a que se calmara.
-¿No dirás nada? ¿No crees que es muy obvio que el viejo idiota quiere desecharnos?
Asentí un poco, lo sentía, pero no quería decir ni una palabra.
La abracé fuertemente y sollocé un poco. Mary solo acariciaba mi cabello.
Maldita sea, ahora de verdad estamos perdidas, vamos a morir.
Pero, no sin antes luchar.
Me levanté y tomé su mano para levantarla.
-Tenemos que entrenar, no nos vamos a rendir desde temprano, ¿No?-Sonreí un poco, tratando de animarla.
Agarramos las maletas y caminamos hacia el motel, era hora de que empezáramos a actuar de una buena vez por todas.
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Let me kill you, let me love you.
FanfikceImaginate, es un día común y corriente, te levantas temprano, te duchas, te vistes pero... Debajo de esas prendas llevas una buena cantidad de armas... Las ventajas de ser fémina, ¿No? Pues este es el día a día de Marianne Müller y su hermana Isabe...