Capitulo III

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Dos años después.

-¡Cuidado!—. Escuché antes de que sintiera un duro golpe en mi cabeza ocasionado por un balón de fútbol, adolorido mis amigos me ayudaron a levantar, claro después de haberse reído fuertemente.

—Debes tener más cuidado, eres muy torpe—. Exclamó Wall.

— Y aparte estos maricones que ni siquiera tienen el valor de pedir disculpas, y si, te hablo a ti Bruce Harris—. Convino Irna como si estuviera regañándole.

—Tal vez la escuela no es para mí...—. Dije en tono de burla.

—Ya lo creemos chupamedias—. Exclamó Irna.

Timbraron para salir de clases, mis amigos y yo siempre tomamos el mismo camino y ya a pocas distancias de mi casa nos separamos, Irna es la que vive más lejos pero se queda en casa de Wall y después ahí la van a buscar, es chistoso por como los demás creen que son novios siendo todo lo contrario uno del otro.

Wall tiene 18, lo conocí en clase de química cuando casi quema mis cejas, el es moreno y de ojos cafés.

A Irna la conocí un día en el comedor de la escuela, peleaba con la cocinera por no darle lo que ella quería y golpearme por accidente en la nariz; ella es de piel colorada y ojos negros, también dice que con sus ojos puede ver através de tu alma y no lo niego.

—Ya llegue madre—. Sonreí subiendo las escaleras hacia mi cuarto.

—Te digo de una vez que los amigos de tu hermano vendrán más tarde así que si no quieres que te molesten o ciertas con seguro la puerta de tu cuarto o te vas—.

—¿Cuando has visto que yo salga de mi cuarto?—. Mencioné a la distancia.

Me encerré en mi cuarto y me tire en mi cama cayendo dormido. Después como unos 10 minutos me desperté viendo que mi celular tenía varias llamadas perdidas de Irna y Wall a lo que decidí llamarles.

Alexander

Salí de mi cuarto agobiado, pase por la cocina echa todo un desastre y sin darle importancia camine hasta la puerta para salir, la luz de afuera me cegó, me puse la capucha de mi suéter y comencé a caminar.

Llegue a una casa y toque la puerta levemente para esperar a ser recibido, al no tener una respuesta enojado la golpee varias veces más fuerte.

—Tranquilo viejo, despertaras a algu...—. Sus quejas fueron ignoradas y evitadas por mi mano en su cara.

—¿Para que me llamaste? Casi me quema el sol.

—Ni que fueras vampiro, dramático—. Exclamó quitándome la capucha. —Te llamé porque necesitabas salir de esa "casucha", te va hacer mal y quedaras viejo muy joven—.

—¿Y hay algún problema en eso?—. Cuestioné.

Él se me quedo mirando fijamente tratando de calmar sus impulsos negativos.

—Oye, ya para, yo solo quiero ser un buen amigo y no me dejas—. Exclamó.

—Yo no te lo he pedido, Zack.

Zack tiene 22 años, mi misma edad, tiene el pelo pintado de verde y no por voluntad propia si no por los efectos de cuando está borracho.

—¡Bah! Hoy iremos a una fiesta a las 5 así que te quedaras en mi casa hasta entonces para vigilar que asistas—.

—No quiero—. Dije para empezar a caminar hasta la puerta, Zack se colgó de mi y le puso seguro a esta.

—Tienes que ir, no te pregunte si querías o no. Habrán chicas y chicos! Podrás conocer gente nueva, te hará bien ya veras—.

—¿Por qué sigo siendo tu amigo?—. Contesté.

—Porque no podrías vivir sin mi—. Sonrió.

Me quedé como antes dicho en casa de Zack hasta las 5, como yo no estaba consciente de que saldríamos de fiesta no traje ropa, pero siendo de la misma edad de este maricón y misma talla y todo me pudo prestar ropa algo más descente. Al llegar a la fiesta not como algunas personas ya empezaban a emborracharse y otras apuntó de que les roben... su dignidad.

Caminé hasta uno de los rincones donde se encontraban todos nuestros demás "amigos", más de Zack que míos y me sente tratando de evadir sus temas de conversación que no tenían ninguna coherencia, viendo cómo ya estaban borrachos y comenzaban a ponerse retos ridiculos y fuera de moral camine por todo el lugar donde se hacía la fiesta, demasiado licor y chicas vestidas como prostitutas, me aleje un poco donde no se escuchaba demasiado el ruido; un lugar donde además se podía ver a todas las personas y entre ellas unos chicos resaltaban, era un grupo de tres que no parecía ser de Universidad pero sobre todo uno en ellos me pareció semejante, al pasar a lado mío no pude evitar verlo, su pelo era castaño y ojos cafés claros.

P E C A D O R E S | BOYXBOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora