Capitulo XIV

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Ryuma.

­—¿Cómo que no van a venir? —. Respondí.

—Wall no se siente bien... estamos camino al hospital—. Contestó Irna. —¿Acaso piensas que lo hicimos a propósito? No es como que quisiera que Wall me vomitara encima—.

—Pero ya estoy aquí, en la misma mesa de siempre... ¡Maldito Wall y sus enfermedades! —.

—Lo siento, estoy de acuerdo contigo... Ya llego el taxi, nos vemos al rato Ryu. Cuídate—. Respondió Irna y colgó.

Después de darle vueltas al asunto en mi cabeza por un rato me decidí por ordenar, ya estaba ahí así que aprovecharía para comer. Cuando por fin me trajeron la comida di las gracias y me prepare para empezar a comer cuando de pronto... una voz conocida dijo mi nombre y mi peor error fue voltear a ver en lugar de ignorarle. Claro, en ese momento.

—¿Por qué siempre tus amigos te dejan solo? ¿Se aburren de ti? —. Dijo Alexander poniéndose de frente mio.

—¿Por qué te gusta molestarlos? —. Cuestioné mientras hacia un lado mi plato de comida.

—¿Quién dice que me gusta molestarlos? Lo disfruto si, desde luego pero no significa que me guste hacerlo. De acuerdo, si me gusta hacerlo—. Contestó.

Suspire para ver mi plato de comida y acercarlo hacia mi nuevamente para empezar a comer, sin embargo Alexander me alejo el plato sentándose en una silla que se encontraba a lado de él.

¿Acaso esto era un "Déjà vu"?

—Alexander... ¿podrías devolverme mi comida? —. Traté de controlarme, no quería estallar enfrente de él. No era nada agradable cuando me molestaba y no, no me refiero a que diera miedo más bien era un berrinche que hacía. Bastante patético.

—¿Y que si no lo hago? —. Contestó. ¿Qué era eso? ¿Acaso era una sonrisa, una leve sonrisa diabólica que se formaba en sus labios poco a poco? —Dime Ryuma, ¿A qué se debe que tus amigos te hayan dejado aquí tan sólo, de nuevo? —.

—Mi amigo se enfermó e Irna estaba con él cuando pasó así que se fue con él—. Contesté esperando a que me devolviese mi plato. —Alexander, si no como moriré—. Supliqué.

—Vaya, ¿tenemos un dramático aquí? —. Respondió cambiando la expresión de su rostro a una más serie y devolviéndome la comida. —¿Si tú los dejaras crees que se molestarían? —.

—No lo sé, no lo creo. Y aunque lo hicieran les reclamaría—. Respondí mientras llevaba un trozo de carne a mi boca y comenzaba a hacerla trozos con mis dientes.

—Seré tu amigo—. Dijo de golpe provocando que trague mi comida sin terminar de mascar del todo provocando que me atragantara. Su expresión continuaba en serio, así que me di cuenta de que no lo decía de broma.

—¿Por qué? —. Cuestioné una vez deje de toser.

—Mis "amigos" no son como yo. Son demasiado... fiesteros, borrachos. Y tal parece que tú no eres así—. Contestó. —Necesito algo que me haga salir de lo habitual—.

—Oh, yo soy "algo" —. Contesté ofendido.

—Sí—. Respondió sencillamente.

Alexander me acompañó cada momento hasta que terminé de comer. Me quedé un par de horas hablando con él, o más bien, escuchándolo. De vez en cuando lanzaba indirectas hacia Wall e Irna, o me molestaba. Cuando me di cuenta ya empezaba a caer la noche por lo que tuve que despedirme de Alexander ya que no quería llegar muy tarde a casa puesto que se encontraba sola. Cuando estaba caminando para tomar el bus se acercó un automóvil hacia mí, desde luego reconocí que era de él.

P E C A D O R E S | BOYXBOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora