Capítulo Cuatro.

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—Olvídalo—, dijo Tom mientras observábamos a Danny cortar una rosa del jardín—Quizá Danny si te baje a tu chica. Harry, ¿Tú qué opinas?

—Que Danny es el más guapo de la banda.

Lena aceptó la rosa que Danny le había cortado y nuevamente entrelazó su brazo con el de él, se acercaron a dónde nosotros estábamos observandolos.

—Hola—, saludo Lena cuando estaba lo suficientemente cerca.

—Hola—, respondimos al mismo tiempo. 

—Gracias por el paseó Danny.

Le sonrió y luego miró a vernos.

—Hasta luego.

Me miró y se despidió de todos agitando una mano.

—¿Qué fue todo eso?

—Tranquilo galán, ella solo me estaba contando lo buen besador que eres. Ya decía yo que incluso en una clínica, tendrías tus ligues.

—Ella no es un ligue.

—Eso espero, porqué Lena se me hizo muy encantadora.

Nuevamente nos dirigimos a los sillones en dónde estábamos platicando y Danny nos contó un poco de su plática con Lena. Aunque la mayoría eran cosas sobre mí y otras que Lena ya me había contado.

Esa misma noche trate de ir a verla a su habitación, pero no me dejaron pasar al ala en dónde se encontraba y como no quería armar un escándalo, opte por regresar a mi habitación.

.

Por la mañana no la ví a la hora del desayuno, y tampoco en la plática grupal, fue hasta medio día que la encontré sentada en uno de los pasillos que llevaban al jardín, estaba consternada, sentada en el suelo con la espalda recargada contra la pared. 

—¿Ocurre algo? 

Miro a verme y asintió, me senté a su lado en la misma posición en la que estaba ella y nos miramos.

—Mi padre ha estado viniendo mucho aquí, y no creo que sea algo bueno.

—¿Por qué? 

—Nunca sé lo que él está pensando , pero sé que este repentino interés por mi vida, no significa nada bueno.

—No creo que sea nada malo. 

—Es por qué no lo conoces 

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?

—No lo creo.

Sonrió y se acercó más a mi. 

—¿Y qué fue todo eso que pasó con Danny ayer?

—¿Estas celoso?—negué con la cabeza.

—Consternado, es la palabra.

—Él me habló de como es la vida en una banda y también me habló un poco de ti, es muy agradable.

Ahora recargo su cabeza en mi hombro y yo sonreí.

—Por cierto yo tengo la revista que has estado buscando. 

—¿Porque? 

—Yo quería verte buscarla como lo has echo estos días. 

Se rió de mi y comencé a imaginarme en como se estaba riendo de  mi, cuando literalmente puse de cabeza toda la sala en busca de esa revista. 

—¿Me dirás en donde la tienes? 

—En mi habitación. 

—¿Dejarás que yo la lea? 

Lena [Dougie Poynter] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora