Harry llegó a su departamento tan feliz por primera vez en años.
Cuando el señor Louis lo había mandado a su departamento diciéndole que pasaría por el en la noche y que respondiera el teléfono por si llegaba a tener un tiempo libre en su despacho lo llamaría.
Estaba contento, por primera vez en años no tendría que pedirle dinero al padre de la iglesia que estaba a unas cuadras más arriba de su calle. Le había dado 300 dólares y con eso pensaba ir a hacerce un corte de pelo y comprar un poco de ropa. Si señor, esto era como el paraíso para el.