02| Nombre.

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Tal vez la chica castaña con esos lindos hoyuelos lo engañó diciéndole que el chico de los lunares iba a ese Café diario y él como tonto creyéndole; pues llevaba tres horas en ese lugar y no había señales del chico y Derek comenzaba a desesperarse.

Miró por décima vez la pantalla de su celular para ver la hora y apenas habían pasado cinco minutos desde la ultima vez que vio la hora.

Decidido a ir a enfrentar a la chica, se levantó de la silla y caminó hacia el mostrador y llamó la atención de la castaña con un carraspeo. Ella dirigió su mirada hacia él y le sonrió como solía hacerlo a cualquier cliente y no por obligación, sino porque le gustaba hacerlo.

—¿Por qué me mentiste?—espetó y la castaña lo miró con confusión.— Me dijiste que ese chico que te saludó ayer venía todos los días y llevo aquí tres horas esperando a que cruce esa puerta.

—Yo no te mentí—sonó indignada.—, él viene todos los días, tal vez hoy se le complicó el día y no ha podido venir—aclaró cambiando su sonrisa por una fina línea formada por sus labios.— Además, yo no te dije a que hora venía.

Y en eso tenía razón; Allison solo le dijo que venia todos los días, no le dijo que iba a la hora en la que él llegó al Café, y ahí fue cuando se abofeteó internamente por ser tan cabezota.

—Lo siento, no debí hablarte de ese modo.—se disculpó un poco avergonzado.— tal ves mañana me veas por aquí... adiós.

Ella asintió aún sin quitar la expresión seria que había adoptado.

Derek tomó el pastelillo que estaba sobre su mesa y salió del Café para dirigirse a casa de Jackson y darle el beneficio de burlarse de él, ya que es el único que está disponible en estos momentos o al menos eso le dijeron sus amigos.

Sus pies golpeaban el asfalto mientras caminaba hacia su Camaro, para poder dirigirse a la residencia de estudiantes donde Jackson podría estar.

Iba a morder su pastelillo de chocolate, cuando un chico pasó corriendo y se lo tumbó accidentalmente y antes de que pudiera reclamarle, él se volteó y entonces lo vio, era el chico castaño, cuyo nombre es Stiles, pero que Derek desconoce.

Stiles iba a hablar, pero en lugar de eso, corrió; Derek frunció el ceño por la actitud del castaño, entonces se dio cuanta que el motivo por el cual corrió, es un chico que corrió tras él.

Creyó que lo iban persiguiendo para hacerle algún mal, así que iba ir tras ellos pero se detuvo al ver que el chico lo abrazaba por la espalda y comenzaban a reír.
Así que siguió su camino, pues ahora Stiles tenía compañía y no le haría caso, bueno aunque estuviera solo no le haría caso.

—¡Allison!—expresó Stiles en cuanto cruzó la puerta de cristal perteneciente al establecimiento.— ¡Tú novio me quiere matar!

—¿Qué le hiciste?

—¿Por qué dices que le hice algo? ¿No puede matarme por simple gusto?

—Stiles, mi querido amigo—Allison extendió su brazo hasta colocar una mano en el hombro de Stiles.— siempre tienes que hacer algo para que Scott quiera matarte.

—Le dijo a la señora Adams que iría el fin de semana a regar sus flores y a ayudarle a cocinar para sus amigas—recriminó Scott.

—¿Esa ancianita loca que vive a cinco casas de la de tu padre?—preguntó dirigiéndose a Stiles.— Uy, yo también quisiera matarte se me hubieras hecho eso.

—No es tan malo.—Stiles trató de animar al morocho con una sonrisa.

—Stiles—siseó Scott.—, esa señora llamó a la comisaría dos veces diciendo que un fantasma se metió en su propiedad.

Let me love you| Sterek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora