Viktor Nikiforov un chico adicto al trabajo, sus vida romantica se está yendo al caño por ser el mejor en lo que hace... Que sentido tiene ser el mejor si no tienes nadie con quien compartirlo...
Y él, Yuuri Katsuki bartender en el Pub Blue Moon, ch...
Los rayos del sol se colaban por la ventana, Víktor se resolvía entre las sábanas frotando sus ojos ante la molestia de la claridad en sus ojos. Tomo su celular de la mesa de noche y se fijó en la hora, las 8:46 am. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro, mientras el recuerdo de el lindo bartender japonés se paseaba por sus pensamientos. ¡Demonios! Ese chico era perfecto. Se levantó de su cómoda cama y se dispuso a ir a poner la cafetera, para luego ducharse, ya listo se dirigió de nuevo a la cocina a prepararse el desayuno, tenía ya bastantes días de no tener animo de realizar dicha actividad. Mientras Preparaba sus favoritos y deliciosos blinis* y su café su teléfono vibró y el sonido de notificación de resono en la cocina
Y-¡Buenos días Víktor! La pase muy bien anoche, gracias por aceptar acompañarme y cenar conmigo. Me encantaría volverlo a repetir.
Una enorme sonrisa se posó en sus labios no podía creer que Yuuri realmente le estuviera escribiendo. Cierto que el beso que se dieron la noche anterior era un indicio de que había algo de interés de parte del menor, aunque en ningún momento Víktor le comentó acerca de sus preferencia por lo chicos y al parecer al japonés no le era del todo lejana esa preferencia tampoco. -Aunque, siendo realista Víktor... ¿Qué clase de hombre no gay coquetea, invita y besa a otro hombre en una misma noche?? Pensó para si mismo, claro que había interés, ahora que se detenía a pensarlo se sintió un poco lento por como no había notado las señales dadas por el japonés. Río por lo bajo mientras miraba su celular embobado. V- ¡Gracias a ti! Yo también la pase muy bien. Y si, sería genial repetirlo...
Ahí estaba Víktor Nikiforov, 31 años, sonriendo como un adolescente después de enviar un texto a su crush.
Y-¿Te parece si almorzamos hoy? ¡Claro si no tienes planes para hoy!
Su sonrisa no podía ser más grande ya. Otra cita con él, era demasiado el entusiasmo del ruso hacia dicha idea.
V-De hecho no tengo planes para hoy. ¿Te parece bien a la una?
Y- ¡Claro! Nos vemos a esa hora en la estación Kíyevsky* Nos vemos entonces ? ✌😉
V- de acuerdo, ahí será! 😉
Nunca el desayuno le había parecido tan dulce como en ese momento, pensaba mientras comía sus deliciosos blinis acompañados de su café.
Casi cerca de la hora acordada nuestro querido Víktor se debatía entre que outfit debería llevar para la ocasión, no se decidía entre Sport o casual, hasta que al fin se fue por los seguro para no salir de su zona de confort y eligió lo casual.
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Cerca de la una, salió de su apartamento al encuentro con Yuuri. Era un día relativamente soleado pero siempre imperaba el frío en el ambiente, al llegar a las estación pudo notar que Yuuri ya estaba, lucia extremadamente apuesto a los ojos de Víktor, cosa que lo hizo sonrojarse. Yuuri lo vio y camino hacia el con una hermosa sonrisa en el rostro, al estar frente a él, Yuuri se acercó y lo tomo suavemente de la nuca y dio un suave beso en sus labios. Dicha acción tomo por sorpresa al ruso y lo descoloco un poco, nunca se lo espero, aunque realmente le gusto el gesto del nipón.
