Pub Blue Moon (YuuVic)

Viaje y despedida...

Ya en la madrugada de el sábado y todavía en el Blue Moon, despues de varias horas de compartir con Yuuri y sus amigos Víktor se sentía cansado así que se dispuso a despedirse de todos para luego retirarse, Yuuri no pudo evitar evidenciar el gesto de tristeza en su rostro al ver cómo el peli plata se encontraba a punto de irse.
- Bueno... el taxi me espera... dijo levantando la mano en señal de despedida, a lo que Yuuri reaccionó.
-¡Espera! Te acompaño hasta el taxi...
El ruso asintió mientras caminaba hacia la salida del Pub tomando de la mano de Yuuri.
Una vez afuera se abrazaron y Yuuri dio un dulce beso en los labios del mayor, gesto que fue devuelto de la misma dulce manera.
- Me encantó que pudieras venir, la pase muy bien...
El ruso sonrojado recordando el encuentro que tuvieron en la bodega del Pub sonreía tímidamente mientras se volvía a aferrarse a los brazos de Yuuri.
-Yo también la pase muy bien Yuuri. Dijo mientras besaba las mejillas del menor.
Rompieron el abrazó que al parecer ninguno tenía ganas de hacerlo, se besaron de nuevo y Víktor subió al taxi que lo esperaba. Ya en marcha en el vehículo indicó al chofer la dirección mientras tomaba su teléfono y en el vio un nuevo mensaje de Yuuri que le iluminó el rostro...
- Gracias de nuevo Vitya, espero que tal vez, no se, pudiéramos vernos para almorzar... ¿que te parece?
De pronto la sonrisa con la que venia desde que se despidió del japonés se borró por completo, se había olvidado por completo que ese sábado tenía que salir de viaje a Canadá; era un viaje de negocios que estaba programado que duraría mínimo una semana. Su mente quedo bloqueada por un momento, no pudo contárselo a Yuuri dado que lo había olvidado por completo y no sabía cómo responderle al japonés su invitación, ya había tenido problemas con su anterior pareja por su trabajo, no quería pasar por la misma situación con Yuuri así que decidió que al llegar a su apartamento le respondería.

Ya estando en su hogar y sin mucho ánimo Víktor se dispuso a arreglar la maleta y todo lo que tenía que llevar para su viaje. Dado que no podía darle más vueltas al asunto, terminó arreglar todo y tomo su celular y marco el número del nipón, ya que creyó que un mensaje no era la mejor manera de rechazar su invitación a almorzar y mucho menos de decirle que estaría fuera del país por más de 6 días. Espero acomodándose en su cama mientras el teléfono repicaba en su oreja.
-¡Diga! Habló Yuuri del otro lado de la línea
- ¡Hola Yuuri! Soy Víktor, cómo terminó todo en el Blue Moon
- ¡Ah, Hola Vitya! Todo terminó a la perfección, en este momento voy de camino a mi casa en un taxi. Y tú, ¿Llegaste bien?
- Si, llegue bien, gracias por preocuparte.... ummm te llamaba para... bueno... con respecto a tu invitación para almorzar, creo que no podré aceptarla, disculpame... tengo que salir de viaje a Canadá por trabajo, perdón por no comentarte lo, pero lo había olvidado por completo...
- Bueno... creo que es algo que no se puede evitar, ¿Cierto? Trabajo es trabajo, no te preocupes y ¿cuanto dura tu viajé?
- mínimo tendría que estar fuera seis días....
- ¡Wow! Casi una semana... ¿y a que hora es tu vuelo?
- a la una de la tarde...
Hubo un corto silencio entre ambos.
- Mmmm... Hagamos esto, te invito a desayunar, dado que son las 1:40 de la mañana y no pienso dejarte ir toda una semana sin que te despidas de mi como se debe, pasame tu dirección...
- ¡¡¡Espera, espera!!! ¿¿Vendrás a mi apartamento??
- ¡Claro! Si no tienes inconveniente, en serio Vitya, no quiero que te vallas así no más sin despedirte adecuadamente, además, estoy frente a un restaurante 24/7 y voy a llevar unos ricos muffins y café... sólo espero tu dirección.
- ¡Jajajaja! De verdad que no puedo contigo Yuuri, eres bastante impulsivo ¿No? Pero tienes razón, si me encantaría despedirme de ti... ya te paso la dirección por mensaje...
- De acuerdo, la espero entonces...
Terminaron la llamada y acto seguido Víktor le envió la dirección y el número de su apartamento a Yuuri. No sabía el porque pero Yuuri lograba sacarlo de todas sus rutinas sin el más mínimo problema y eso le encantaba, le encantaba la forma de ser de ese chico y además también le emocionaba el hecho de que estaría en su casa el último día en Rusia antes de ese viaje tan largo.
Diez minutos después llamaron de la recepción del edificio donde habitaba el ruso para anunciar la llegada del invitado repentino, a lo que Víktor le dio el consentimiento al portero para que lo dejará pasar, después de un corto rato tocaron el timbre de su apartamento, a lo que el ruso emocionado de dirigió a la puerta a abrirla con una hermosa sonrisa en su rostro para recibir al japonés, al abrir y ver los hermosos ojos cafés que aguardaban detrás de está no pudo evitarlo y se abalanzó sobre el chico abrazándolo con mucha emoción, a lo que Yuuri sólo pudo reacionar tratando de mantener el equilibrio ya que traía ambas manos ocupadas con café y una bolsa llena de muffins, el peliplata fue consciente de su precipitado actuar y deshizo el abrazó para ayudar al japonés con lo que traía en las manos.
- Lo siento... es solo... que... que estoy feliz de que estés acá... Dijo con sus mejillas fuertemente sonrojadas
- Tranquilo Vitya, yo también lo estoy... Se acercó al rostro del ruso para plantarle un tierno beso.
-Bueno, entremos. El más joven asintió frente a la invitación y quitándose los zapatos en la entrada; una costumbre que a pesar de vivir en Rusia varios años no había dejado de hacer, colgó su abrigo en el perchero al lado de la puerta y siguió a Víktor a la cocina.
- Bueno... Cuéntame ¿A qué parte de Canadá te diriges? Cuestiono el pelinegro mientras tomaba asiento en la mesa del la cocina del platinado.
- Voy a Toronto, el viaje dura más o menos 12 horas, con una escala en Varsovia...
- Mmm ya veo es un vuelo bastante largo. ¿Ya tiene tienes todo listo? ¿Ocupas que te ayude en algo?
-No, tranquilo, ya tengo todo listo... No te preocupes. Dijo el ruso mientras llevaba un par de platos a la mesa donde estaba Yuuri.
- Bueno, por lo menos podrás dormir bastante en el avión durante el vuelo.
- Eso creo. Afirmó el ruso entre risas