¿Qué pasaría si...? | Haikyuu genderbend |

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Gerderbend: Karasuno.

Pairing: ligero Oikage.

¿Qué pasaría si las chicas del Karasuno jugasen su primer partido de prácticas contra Seijoh?
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Ninguna de las veteranas podía creerse que el Aoba Josai hubiera aceptado tener un partido de prácticas contra ellas con la condición de que Kageyama fuera la colocadora titular. Todavía se preguntaban la razón de esa condición. Sin embargo, una partido de prácticas contra un equipo tan fuerte como el Seijoh era tan buena oportunidad para ver si el ataque de combinación rara podía funcionar contra equipos fuertes. Lo único que lamentaban era no tener a Azumane Asami y a Nishinoya Yuna en su alineación pero tendrían que apañárselas sin su As ni su deidad guardiana.

El partido comenzó. Las de tercero del Karasuno y su magnífica profesora a cargo estaban tanto sorprendidas como eufóricas al ver lo eficaz que eran las de primero y lo bien que les estaba yendo el partido, a pesar de que Hinata arruinara el primer set por culpa de los nervios.

Las jugadoras notaban cómo poco a poco el resto del gimnasio dejaba lo que estaba haciendo para ver su partido. Hubo un momento en el que Kageyama se desconcentró un poco al notar las miradas de Kunimi y Kindaichi, antiguos compañeros de clase con los que había tenido algunos roces, sin embargo, eso no afectó a su juego; lo que sí que afectó un poco a su juego al final del partido fue la aparición de Oikawa y se descubrió que fue el quién consiguió que su instituto jurarse con el Karasuno. Ganaron, se alegraron, pero Kageyama lo único que quería era disculparse al menos con Kindaichi y después salir ahí sin tener que tratar con el colocador que fue su senpai.

Kageyama pensó que iba a lograr no toparse con el de tercero mientras caminaba de vuelta al club con sus compañeras. Hinata se estaba burlando de ella por lo nerviosa que estaba cuando se oyó una voz que provenía de la entrada del Aoba Josai.

—Toku-chan, me alegro mucho de verte de nuevo.

Kageyama sintió un escalofrío y giró su cabeza hacia la dirección de la voz.

—Oikawa-san... —saludó la de primero resignada e inexpresiva— cuánto tiem-

No pudo continuar con la frase porque Oikawa la estrechó feliz contra sus brazos, extrañando y confundiendo al resto de las chicas del Karasuno.

—¡Eres tan mona cuando me contestas tan fríamente, Toku-chan!

Y es que desde la primera vez que la colocadora femenina les pidió al equipo masculino poder practicar con ellos cuando estaban en el Kitagawa Daiichi, Oikawa había desarrollado una especie de cariño/obsesión por ella, a pesar de que Kageyama siempre rechazaba sus insinuaciones.