Solo tú puedes verme

Capitulo 2

Después de esa preve pero intensa conversación, que por cierto yo la esperaba mucho peor, Marco habrió la puerta y espero a que yo saliera del baño de chicos para cerarla. Después Marco se puso las manos en los bolsillos y acelero el paso. Yo le seguí. Cuando estábamos fuera del instituto, bastante tranquilo en mi opinión,una chica rubia, pelo liso, suelto, alta y muy bien maquillada se acercó hacia Marco.

-Hola, Marco ¿dónde estabas? Te estaba buscando- dijo con una voz muy femenina y como si le hubiese pillado por sorpresa.

No soportaba a esa clase de personas. Y sobretodo,no la soportaba a ella. Esa chica se llamaba Minddie,
la chica más popular del instituto, eso por no contar que era la hija de la directora.
Era la tipica niña de papa a la que le sobraba el dinero y se lo gastaba en cosas inservibles como
un anillo con un diamante incrustado,
una secretaria que le traía el almuerzo o
una maquilladora privada que le retocaba entre clase y clase.
También había que admitir que sacaba muy buenas notas.
Y se ganaba la confianza de los profesores haciéndoles la pelota.
Y por eso mismo no la soportaba.

Marco la ignoró porque sabía que era más bien una pregunta retórica.

-¿El sábado tienes planes?- le susurró con una voz más relajada

-No ¿por?- respondió sin pensárselo

-¡Genial! Quedamos en mi casa a las nueve de la noche el lunes es una fiesta en la que vienen todos los del curso. Ciao- Dijo muy rápido y con voz chillona. Al terminar la frase le dio un beso en la mejilla.

-¡Espera!-dijo Marco gritando, pero era demasiado tarde porque ella ya se había ido.

Marco había dado a entender que no tenía suficientes valores como para poder decidir lo que hacer o lo que no hacer. Se dejaba manipular fácilmente.
Cosa que a Minddie le encantaba. A ella le gustaba estar con gente fácil de manejar para que hiciesen lo que a ella se le pusiera en gana. Y eso no lo soportaba.

Me sentía muy incómoda en ese momento al no saber que decir. Ninguno de los dos nos miramos ni dijimos nada, simplemente andamos.

-¿Era tu novia?- dije para romper el hielo.

-Si, eso parece- dijo él avergonzado

-Bueno cuando la conoces no es tan... Ya sabes... Espontanea- dijo para no quedar como un idiota.
Miré hacia otro lado. A Marco le llegó un mensaje a su móvil. No le dí importancia. Marco dejó de andar. Entonces yo me paré al igual que él.

-¿Qué pasa? ¿Por que nos paramos?- pregunté. Mientras giraba me daba la vuelta para hablarle a la cara.

Definitivamente algo no andaba bien. Marco no dejaba de ver su teléfono, con la boca abierta y los ojos como platos. Cerró la boca pestañeo un poco y arquero rápidamente las cejas.

-No...No es nada- respondió sin dejar de mirar su móvil. Y me regaló una sonrisa inocente bastante adorable que hizo que me intrigase mucho más.

-¿Seguró?- pregunté un tanto preocupada. Era obvio que le pasaba algo.
Aunque no lo conocía muy bien no era tonta.

-Seguro- dijo él mirandome con una mirada más profunda.

-¿Recuerdas algo de lo que te pasó?- dijo Marco mirandome todavía más fijamente.

-No. No recuerdo nada de lo que me pudo haber pasado.- todo lo que dije era verdad, no recordaba nada de lo que había pasado los últimos cinco meses. Era como si no hubiesen ubiesen existido para mi.

-Puede que te pase como a mi madre, que cuando sufre un trauma o algo parecido su mente borra el recuerdo. Como una técnica de autodefensa para que dejes de sufrir el recuerdo de ese gran trauma.- dijo. No parecía muy feliz al decirme esas palabras. Pero yo sólo me limité a negar con la cabeza.

No creo que tuviera ese "problema" del que hablaba.

Pero en ese momento Marco dejó de mirarme y se miró los zapatos como si algo interesante fuese a pasar debajo.

Cuando segundos después empezó a llover.

-¡Oh, venga ya!- dijo él mirando hacia arriba.

Era bastante raro porque cuando me caía una gota de agua esta me atravesaba haciendo que no me mojara.
Marco me miró varias veces con total naturalidad y creo, es mas estoy segura, que se dio cuenta.

-Vamos a mi casa, ¿quieres?- dijo con la misma sonrisa inocente que hizo anteriormente. Esta vez la voz le temblaba y se sonrrojo un poco.

Yo sentí con la cabeza aunque me sentía en deuda con él
por todo lo que había echo por mí y por haberme aceptado sin hacer preguntas.

Cuando llegamos a la casa de Marco no se oía a nadie. No se porque esa casa me resultaba familiar. Estaba segura de que ya había estado hay antes.

-Alexandra, Alexandra, Alexandra- oí era la voz de una mujer. No había oído esa voz en mi vida. Cerré los ojos.
Ese recuerdo hacía que me doliera un poco la cabeza. Como si me dieran pinchazos desde dentro.

-He estás bien? - me dijo Marco mientras que me daba un pequeño codazo en el hombro.

-Si- respondí rapidamente

-¿Vives sólo?- pregunté para cambiar de tema.

Cuando yo tuviese diez y ocho una de las cosas que me hubiera gustado hacer sería comprarme un piso para independizarme.
Aunque creo que no será posible porque ya estoy muerta.

-Sí, vivo solo- respondía

La verdad es que la casa de Marco estaba super bien limpia y ordenada.

Después de la puerta de entrada había un salón a la izquierda. El salón disponía de dos sofás y una televisión de plasman en frente. Era bastante pequeño.

A la derecha había una pequeña cocina.

Más adelante habían dos puertas, en una estaba el cuarto de baño
Y en otra había una habitación con una cama muy grande.

La casa era muy pequeña pero era bastante acogedora.

-Pediré una pizza a domicilio- dijo mientras que estaba de pie sin hacer nada y mirando la casa como una boba.

-Vale- respondí mirándole. El estaba en la cocina hablando por teléfono. Se acerco a mi

-Siéntate en el sofá si quieres- me susurró

-Ah, Hola. Si. Quisiera pedir un pizza de jamón, queso y champiñones. Y....- me miró

-¿Quieres algo?- pregunto mientras se alejaba el móvil de la cara

-No, no tengo mucha hambre- respondí rápidamente porque sabía que tenía que atender la llamada.

-Vale pues una pizza de jamón, queso y champiñones. Si. Y una mitad de jamón York y queso. Si le envió la ubicación haora mismo. Ciao- se quedó un rato haciendo cosas en su móvil.

Después se sentó en el mismo sofá que yo pero no muy cerca de mi.

-Entonces... ¿No recuerdas quien te mató? ¿No recuerdas nada de ese día?- me dijo Marco con voz agradable.

-No no recuerdo nada, bueno conforme pasa el tiempo me voy acordando de pequeñas cosas- dije con total tranquilidad.
Era verdad. Cada vez que veía un paisaje o algo parecido me iba acordando de pequeñas cosas. Oía como pequeñas voces o imágenes clave que me hacían recordar pequeñas cosas clave que me hacían recordar cosas. Como un déja vu.

¿Pero qué intentábamos encontrar?
¿Por qué Marcó me veía?
¿Por qué me mataron?
¿Por qué me había "despertado" de entre los muertos a los cinco meses?
¿Por qué?

Todas esas preguntas rondaban por mi cabeza todo el tiempo.
Pero esperaba que dentro de poco opteniera las respuestas.

¿Pero qué haría con ellas?
De todas formas ya no iba a revivir.

Mientra que esperábamos las pizzas no hablamos.
Pero no era incómodo, lo que pasa es que necesitábamos un momento pasa pensar.