Capitulo 4

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-Hoy es sábado- le dije a Marco mientras andaba. Y lo miraba. Él me devolvió la mirada.

-Si ¿y?- parecía estar confundido. Creo que no se daba cuenta de porqué le decía eso.

-¿Vas a ir?- dije. Él se quedó sorprendido. Definitivamente no sabía porque le decía eso.

-¿Ir a donde?- preguntó Marco aún más sorprendido.

Ya habíamos salido de la casa de Marco y estábamos andando por la acera de la calle, la cual estaba bastante llena y con un montón de coches que no paraban de hacer sonar sus ruidosos cláxones.

-A la fiesta de Minddie. ¿Te acuerdas?-

-Si. Me acuerdo- dijo como si ir a esa fiesta fuese un estorbo o un castigo para él -Pero...- hizo una pequeña pausa y luego suspiró. -Tengo que ir- su respuesta no me sorprendió para nada.

Sabía que Marco iba a ir a esa estúpida fiesta.
Pero si os soy sincera no me apetecía que Marco fuese ahí. No me apetecía que quedará con la idiota y creída de su novia Minddie.

-Falta bastante para la fiesta. Mientras podríamos hacer algo.- justo cuando dijo eso, el mismo chico rubio de ojos azules que estaba sentado al lado suyo en clase de química se acercó a Marco. Él venía en skate por lo que tuvo que frenar. Después de eso lo levanto con su pie derecho por la parte de atrás y lo cogió con la mano.

-¿Tío con quien estas hablando?- dijo tomándole por loco como hizo anteriormente.

-Estaba pensando en voz alta- respondió Marco como si nada.

Parecía como si hubiera ensayado ese momento antes. O, como si no fuera la primera vez que le pasaba.

-En serio ¿estás bien?- pregunto denuevo el chico rubio. Esta vez se mostraba más serio y amable con Marco.

-Si. Oye ¿Vas a ir a la fiesta de Minddie? ¿A que hora es?- Marco intentó cambiar el tema de la conversación. Pero no pareció haber funcionado.

-Si voy a ir. Es a las siete de la tarde- respondió frunciendo el ceño -Hasta luego. Tengo prisa- al decir esas palabras se montó en el skate
-Tengo una cita con Sara- Después le dio un impulso y se fue.

Sara es una chica que iba conmigo al Instituto.
Ella era mi única a amiga.
Yo nunca he sido de tener muchos amigos y ella siempre me había apoyando en los momentos más difíciles. Siempre nos confiábamos secretos. Y hacíamos todo la una por la otra. Nunca hemos tenido ninguna discusión que haya durado más de uno o dos días.
La verdad es que la hecho muchísimo de menos. Y estoy segura de que ella a mi también me echará de menos.
Ella tiene los ojos marrones, el pelo negro y rapado por atrás dejando dos mechones largos por delante que le llegaban por encima del pecho. También tiene unas pequeñas pecas que hacen resaltar su pequeña nariz. Es muy espontanea y muy alegre. Siempre tiene una sonrisa en la cara.
No era muy alta. Pero en mi opinión es bastante guapa.

Marco cerró los ojos y hizo un pequeño suspiro.

-Bueno ¿Que hacemos?- me preguntó en voz baja mirándome disimuladamente a los ojos.

Deje de andar. No se muy bien por que dejé de hacerlo. Marco hizo lo mismo que yo cuando vio que no me movía.

-No lo sé. No se que podemos hacer. No se que hacemos. ¿Qué se supone que estamos buscando?- dije esperando una respuesta.

-No lo se- Marco hizo una pequeña pausa -Yo de ti buscaría respuestas- me dijo en un tono confiado. Después empezó a andar otra vez.
Yo hice lo mismo.
Tenía razón. Quería respuestas.

-No quiero volver al cementerio- le dije.
-¿Por qué?- me preguntó en voz baja.

-No se. No me apetece. Siento que perdemos el tiempo.-

Solo tú puedes vermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora