CAPITULO VIII

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—  Necesito que se ocupe de aquello— ordené al forense.

—  Ya mismo me encargo.

La algarabía de la calle había desaparecido en cuanto unas nubes negras se posaron encima de la ciudad.

—También drenen la bañera y me informa si encuentra;epiteliales,fluidos,en fin,usted sabe ese procedimiento. 

Un viento pasó entre nosotros e hizo bomba la gabardina que traía.

—Por favor me llama cuando saquen el cuerpo ¿Tiene mi numero?

— Sí, me lo dio su compañero.

 —Bueno,estaré pendiente.

Asintió y se adentro a la casa.

Marco se pegó a mí  cuando salía por la parte trasera de la casa ,y acto seguido, nos encaminamos al coche.Entre tanto, la muchedumbre empezaba a disiparse, y los helicópteros y las personas de la prensa que estaban en el medio día, comienzan hacer lo que mejor hacen. Conseguir la noticia trágica y luego sin remordimientos y siguiendo el curso del trabajo que elaboran; se alejan para ya mañana estar listos a una nueva noticia más extraordinaria que la del día anterior.Son una porquería.

— ¿Qué sigue? —preguntó Marco cuando nos adentramos al coche.

— Hay varias cosas por hacer.

— Bueno,si es así,entonces hay que dividirnos.

Asentí y saqué uno de mis cigarros.

—¿Aún quieres descartar la probabilidad del homicidio?—preguntó despreocupado.

—  Sí—repuse.

— ¿Por qué ? 

— Porque no hemos visto nada —dije cuando encendía el cigarrillo—.Un cartero que entró por accidente,agua tibía y un cuchillo carnicero.Si ella se <<suicido>> no hay manera de comprobarlo,solamente sabemos los detalles de cómo lo hizo.

Comenzó a llover y las gotas que golpean en el carro suenan como piedrillas en un tejado.

—¿De verdad? Si alguien la mató, cosa que no veo así,primero que todo,no dejaría el cuchillo tirado en la escena.Segundo,debe ser todo un genio para coger una chica sentarla en la bañera,cortarle las muñecas y salir como si nada.Sin rastro alguno.

— Por eso mismo lo dudo —dí una calada—.El cuchillo estaba en la escena,pero cabe la posibilidad que lo hallan dejado por voluntad.De manera que, puede ser que el cuchillo que encontramos no sea con el cual se cortó las muñecas.Y el asesino,tal vez debió suponerlo.Sobre lo otro,no sé,tengo mis dudas.

Marco bajó un poco la cabeza para mirar el chaparrón que yacía ante nosotros.

— Y el asesino también pensó que matarla por medio de las venas radiales sería la mejor idea.No jodas hombre — dijo.

— Lo que creo, es que es un suicidio demasiado perfecto que no raya con lo cotidiano¿Dónde está la sobredosis o saltar de un edificio ? ¿cortarse las venas con tal precisión? Es una mierda ¿Cuándo has visto algo así?Las personas que se suicidan no piensan en tantas cosas para llevar a cabo su muerte.

Se encogió de hombros.

 ¿Si ella no fue quien dejó la puerta ajustada,sino alguien más?—pregunté

Un cigarrillo antes de morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora