Parte 20: Fractura

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La espada centelló y cayó de golpe. Se oyó un fuerte sonido metálico y un largo e interminable grito. A pesar de la resbaladiza nieve Ron giró en redondo, preparado para defenderse de lo que seguramente sería catalogado como alta traición.

La cabeza de Hermione permanecía escondida detrás sus hombros, los cuales temblaban de forma incontrolable. Tal vez por la fuerza que esgrimió al romper el horrocrux o mismo por los sentimientos que ahora la embargaban.

Mientras Ron se debatía entre huir nuevamente o pedir clemencia a la joven bruja, ella misma se sentía perdida en sus pensamientos.

Ron había vuelto.

Hermione no podía creerlo. 

Pero aún más increíble le resultaba el escenario en el cual se encontraba: Ron blandiendo la espada de Gryffindor, con Harry herido en la cabeza e inconsciente en el suelo.

¡HARRY!- gritó con todas sus fuerzas.

Todo su cuerpo se activó como si le hubiese caído un rayo, volando a los brazos de quien solía llamarse el niño que vivió, implorando secretamente contar con esa misma suerte otra vez.

Trató de controlar sus emociones e inspeccionó la herida con sus ojos como platos y al mismo tiempo su pulso con las manos temblorosas. Claramente había sentido como la sangre se agolpaba en su arteria carótida, pero de una forma muy leve. Si no lo llevaba rápido de allí hacia un lugar seguro... pero necesitaría ayuda, por supuesto.

Trató de ver a Ron a través de un muy tenue filtro, donde todo su rencor se sumía al mínimo posible para pedirle una colaboración mínima, ya que no podría acarrear el cuerpo y la espada. 

-Ayúdame a ... la tienda- trató de musitar pero su voz se quebró por completo.

Creyendo escuchar un murmullo, Ron se acercó a Hermione no sin cierto temor por su vida. La vio contener las lágrimas con mucha determinación pero francamente en vano ya que parecía una fuente de parque de diversiones, salpicando en todas las direcciones.

-¿Cómo dices Hermione?- replicó Ron.

No pudo reprimir la ira ni un minuto más. 

Decidió que trataría de reclutarlo aunque más no fuera por miedo, inclusive consideró emplear una maldición imperdonable en él, lo cual tal vez sería perfectamente justificable dada la situación en la cual lo había encontrado.

-¡QUE ME AYUDES A LLEVARLO ESO A LA TIENDA, RÁPIDO!- vociferó Hermione, casi con una expresión lobuna.

Asustado, más por considerar lo que le pasaría si le negaba algo a la furibunda bruja que otra cosa, accionó sus embotados músculos para tratar de cargar a Harry pero entendió por el lenguaje corporal de Hermione, quien se arrojó para proteger a su amigo, que ella se refería a llevar la espada dentro de la carpa y no al mago en cuestión.

Hermione buscó frenética la varita y finalmente la encontró a los pies de Harry.

-¡Carpe Retractum! - bramó.

Unas sogas doradas salieron de la misma y como si contuvieran a una frágil hoja de papel impulsaron el cuerpo de Harry hacia arriba.

-¡Toma la espada y sígueme!- clarificó la joven.

Ron tomó el arma en sus torpes y dubitativas manos, siguiéndola de forma obediente por el bosque.

Luego de lo que parecieron horas interminables los tres magos llegaron a su destino y si bien la carpa no revelaba su ubicación a los ojos indiscretos de cualquiera, Hermione tenía bien estudiados los alrededores, lo cual fue una suerte ya que no se encontraba del todo lúcida.

SÁLVAME: HP FANFIC HARRY x HERMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora