8

1.8K 102 6
                                    

Es gracioso  cómo piensas y armas en tú cabeza una escena, cómo imaginas que todo pasará... pero nunca imaginas  cómo tú te vas a sentir, o qué es lo primero que harás después de que la escena se desarrolle.

Nada te prepara para esa mezcla de nervios, ansiedad, ganas de reír como una histérica. Nada te prepara para estar frente a frente y por alguna razón darte cuenta que es el momento, el momento que quizá estabas esperando, el momento que tus amigos que tanto los molestan y creen que deberían estar juntos estaban esperando.

Y pasa. Pasa más rápido de lo que crees, los sentimientos son más intensos de lo que crees. Y necesitas una pausa como en las películas para alegrarte, saltar como niña, pensar en las opciones...

Pero no hay pausa.  Porque está pasando justo en ese momento.  Justo ahí.

Y tú no habías sido la única en pensar en recibir un no, no eras la única  en temer ser rechazada. Él estaba de pie allí.  Esperando que tú termines de leer algo que te había escrito, esperando que respondas y temiendo que sea un no.

Pero no fue un no.

¿Cómo podría serlo si leí las palabras más bonitas que alguien me haya escrito? ¿Cómo yo iba a ser capaz de pronunciar un no cuando la palabra ni siquiera se formaba en mi cabeza?

Está vez no fue un siempre no.

Fue un sí.

No, siempre noWhere stories live. Discover now