My Moon ©JB [Omegaverse] EDITANDO

©Capítulo Cuatro.

Capítulo Cuatro: ❝No me rechaces, por favor ❞

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Holly's POV.

Este día a empeorado para mi. Aun no puedo creer que todo esto me este pasando a mi. Para empezar, tuve una mañana bastante ajetreada y cansada, todo lo que quería era descansar. Desde temprano, esa mañana, estuve cargando cajas, empacando, desempacando algunas cosas y muchas siquiera han salido de la caja y maletas. Estaba cansadisima.

Luego, un maldito loco entra a mi ducha mientras estoy tratando de relajarme un poco por toda esa ajetreada mañana con una relajante ducha. Todo iba tan bien en cuanto me metí a la tina, pero toda esa relajación se esfumó al momento de oír como alguien abría la puerta del baño.

Podía ver la sombra de un hombre, bastante fuerte a decir verdad, no se que le pasó por la cabeza pero el desgraciado trato de abrir la puerta de la ducha. Sino fuera por Brooke y otro tipo que sacaron a fuerzas a aquel loco, él hubiera abierto la puerta de mi ducha y quedaría en pelotas frente a ellos.

Y al último pero no menos importante, me encontraba llena de miedo, arrodillada en el piso mientras temblaba violentamente y mis sollozos eran tan fuertes que seguro se escuchaban fuera de la casa. También pude observar que Brooke estaba en las mismas circunstancias que yo. Aquella maldita bestia roñosa había utilizado su maldita voz de Alfa contra Brooke, lo que causa que a mi también me afecte por estar tan cerca de ellos.

Había algo que no me quedaba claro, ese olor. Ese delicioso olor que no sabia de donde provenía pero era increíble, yo creía que era mi imaginación minutos antes de que ese psicópata entrara a mi baño, pero al parecer el aroma provenía de aquel extraño. Odiaba eso, lo odiaba con todo el corazón, lo único que quería hacer era abrazarlo, besarlo y oler su cuello que podría asfixiarme en el.

Pero eso es otra cosa aparte, ahora ese loco estaba acariciando mis mejillas ya mojadas por mis lágrimas, mientras el estaba de cuclillas susurrándome cosas dulces. Decía que no me haría daño, que él me cuidaría y que hasta me amaba. ¿Cómo podría amarme? Si apenas me conoce.

—Ya no llores bebé —me dice dulcemente mientras deja varios besos en mi mejilla derecha— No me gusta verte llorar.

No se como porque... Pero al parecer sus caricias y palabras dulces hicieron que me tranquilizara un poco y quedara embobada por sus ojos. Esos ojos color miel que te robaban el aliento con solo verlos. Pero en cuanto baje la mirada a sus labios, quede enamorada de estos. Tenían un lindo color rosado y se veían tan besables que quería comérmelos.

—Puedes besarme amor —susurró contra mis labios que de un segundo a otro estaban muy juntos a los míos. Un poco más y nos besábamos— Me encantaría que me besaras.