No es casualidad.

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El grupo de universitarios se encontraba en el departamento de un magnífico y atractivo filántropo de apariencia delicada y con un perfecto don del convencimiento con cierta seducción en su tono de voz.

Hombres y mujeres volteaban a verlo al pasar y Jeonghan hacía su característica risilla cubriendo su boca con este aire de ingenuidad actuada mediocremente.

-Jeonghan, eres tan atractivo. -Decían una y otra vez las chicas en el grupo, incluso aquella que tenía novio el cual estaba por cierto presente.

Yu torció los ojos y volvió su vista al cuaderno luego de notar que el novio de la descarada bajaba la mirada sin repelar.

-Pártesela. -Musitó malvada con una media sonrisa y siguió con lo suyo.

Y ahí estaba parte del grupo en el suelo de la sala trabajando en una mesita de patas cortas; en la mesa del comedor estaba la otra parte del grupo trabajando duro.

No había chica que pudiera resistirse a los encantos de este atento hombre. Ya había coqueteado y besado a la mayoría pero nunca llegaba a más, tal parecía que sólo probaba y jugaba con ellas superficialmente.

Yu fue una de ellas... Quiero decir de las que se habían interesado en él pero, demonios. Jeonghan no es exactamente de nadie, le pertenece a todas... Así que convirtió su interés en rabia, una que día a día tenía que alimentar o fingir hasta que se la creyera ella misma, una simple sonrisa podía derrumbar esas barreras que había construido cautelosamente.

-Maldita sea.

Fue lo primero que exclamó cuando la maestra dijo en qué grupo tenía que trabajar para el proyecto final.

-Vamos estúpido Joshua Hong, tienes que cambiarme el lugar. No me hagas rogar más. -Insistió a su mejor amigo jalando de su brazo.

-Lo siento Yu, pero ésta vez te quedaré mal, ¿ya viste quién está en mi equipo? ¡Sí! Tae, no es casualidad, es destino. Te dejo, tengo que ponerme de acuerdo con ella, digo con el grupo. -La dejó con un frío sentimiento de rencor temporal en su estómago. Luego dio la media vuelta. -¡Fighting! -Exclamó con sonrisa.

-"Fighting, Fighting" -Murmuró con cierto fastidio y media sonrisa de dientes apretados con la fuerza de mil desastres naturales.

Su recuerdo se vio interrumpido por la voz del idiota apuesto, el cual por supuesto se había proclamado líder y todos habían estado de acuerdo.

Cabe destacar que para variar dividió el trabajo en parejas. Las chicas realmente querían estar con Jeonghan, Yu por otro lado sabía que no podría concentrarse con su perfecto rostro, esos atractivos ojos, esos labios de apariencia suave que hacían que cualquier palabra que se deslizara sobre ellos sonara con cierto grado de sensualidad y miel.

Hansol, Hansol... Su voz susurraba su nombre en secuencia sin pausa larga entre fonaciones.

Como si pidiera un deseo a una estrella fugaz. Pero el maldito, sensual, y tierno de Jeonghan, quedó con Yu. Casualidades desafortunadas de la vida.

-Yu, luces algo distraída. -Sonrió acomodando sus lentes.

Yu sonrió.

-Como te destesto. –Murmuró ella mordiendo su labio, pero no sexy más bien con impotencia.

Jeonghan parecía prestar más atención de lo usual a la chica y esto la llenaba de rabia. Gemía en ratos cuando hacía discretos berrinches y tosía en seguida para disimular. Apretaba los puños y hacía todo por concentrarse solo en el tonto proyecto.

Cuando Jeonghan trazaba líneas en sus hojas levantaba una ceja y la miraba, al ir a la cocina por agua la buscaba a la distancia, cuando supervisaba el trabajo de los demás y les hablaba parecía dirigirse sólo a ella... Y en todo esto Jeonghan hacía algo, Yu jura que era así. Musitaba la primera línea de Treasure (BrunosMars) como si se burlara, como si le hablara a ella.

(Give me all, give me all, give me all your attention baby)

Sacudió la cabeza y mojó una vez detrás de su cuello.

-¿Qué es lo que intentas Jeonghan? Déjame en paz. -Dijo frente al espejo del baño sacudiéndose berrinchuda.

Una jugada más y sería su completa seguidora de nuevo.

No hay manera. No importa cuántas barreras construya, cuantas vendas utilice para no verlo y cuanto se grite a si misma que es un simple humano mortal, Jeonghan ganaría su corazón y deseo sin mucho esfuerzo repetidas veces.

Y había llegado a un punto donde supuestamente comprendía los hechos, vaya, ese comportamiento interpretado como cortejo.

-Si sabe mis sentimientos, coquetea para burlarse y si los ignora entonces quiere que sea una más. No hay manera en que él me vea de forma especial. Deja de alucinar. ¿Ok? -Apuntó al espejo. –Sólo juega contigo para ver hasta qué punto aguantas.

Comenzó a llover brutalmente.

-Yo... Vivo lejos, tengo que irme. -Dijo Jihoon. Se despidió y se fue como si nada.

Eso alcanzó a escuchar Yu cuando salió y vio a su alrededor. Ya no quedaban muchos, habían huido por la tormenta que se aproximaba entre cada trueno y gotas escandalosas.

Los últimos tres, WonWoo, Mingyu y Minghao se despedían varonilmente.

Era uno de esos departamentos en un edificio alto y había largas ventanas que podían dar una vista a los altos edificios. El ambiente allá afuera era gris.

Yu apretó los ojos al sonido del trueno sorprendida, no temerosa.

Comenzó a guardar las cosas.

-¿También te vas? -Preguntó con una sexy confianza desde la cocina.

-Este bruto. No somos amigos. No somos nada. Aléjate. -Bufó en su berrinche dándole la espalda al guardar sus cosas.

-¿Estás rezando? -Preguntó detrás de ella asomando la cabeza.

-Me retiro también. -Hizo media reverencia con una sonrisa fingida.

-Vaya, nadie se quedó a ver las películas que renté. -Hizo puchero. Uno adorable.

-Ajá... Adiós. -Dijo indiferente.

-¡Oye! ¿Vienen por ti? –La detuvo con su voz.

-Tomaré un taxi. -Dijo una vez más con sonrisa apretada.

-Mejor un Uber. Lo pido por ti. -Sacó su móvil.

-No, no. Gracias. No confío en los uber.

Jeonghan la observó salir.


No fue casualidad | JeonghanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora