-Hey, Jeonghan, ¿estás bien? –Volví a preguntar. Ahora sueno como él y con esta extraña confianza en mi tono de voz.
Me acerqué a él y toqué su desnudo hombro la punta de mi dedo índice.
-Hey. –Exclamé.
Jeonghan me tomó contra su pecho.
-No te vayas. –Dijo en un hilo de voz tembloroso.
¿Alguien me dice que sucede?
-Hasta que vuelva la luz, por favor. –Agregó.
Jajajajaja, ¿a caso éste sensual y atlético hombre le teme a la obscuridad? No juzgo, resulta ser adorable. Espera. Es una artimaña. Me zafé de sus brazos, de sus sensuales y aromáticos brazos.
-¿Le temes a la obscuridad? –Pregunté incrédula.
-Sí. –Dijo sin tono de broma.
-Claro y yo le temo a los ositos de goma. –Reí.
Un trueno se escuchó y Jeonghan me tomó con más fuerza.
-¿También a los truenos Jeonghan? –Reí.
-No seas cruel, en serio. –Dijo con un tono tan adorable y vulnerable, tal parecía que Bambi era él ahora.
-Okay, okay. -¿De dónde viene esa confianza repentina en mi voz? Quizá que no veía ese cuerpo sensual.
-Nictofobia. –Dejó escapar.
Entonces por alguna extraña razón le creí. No iba a ponerme a preguntar por qué, volví a mí. Haz algo por este precioso ser.
-Te llevo a un sillón. –Dije.
Jeonghan apretaba los ojos, lo sentía. Comencé a guiarlo con cuidado tomando su helada mano.
Saqué mi celular y alumbré la sala. Sus ojos eran un poco llorosos, morí de ternura pero trataba de no demostrarlo.
-¿Y qué podría ayudar? –Pregunté.
-Solo que vuelva la luz. –Respondió.
-Puedo buscar velas. –Dije.
-No. –Exclamó. –No te vayas.
Estaba la lámpara sobre su pecho y su cabeza sobre mi regazo, él había insistido.
-Si duermo entonces puedes irte, sólo así no estaré consciente de que no hay luz. –Dijo con los ojos cerrados un poco más tranquilo por la luz proveniente del celular.
Me tomó la mano y la puso sobre su cabeza para que la sobara. Al principio daba palmadas bruscas sin querer por mi torpe timidez pero luego lo hice mejor y contenía esa estúpida sonrisa dentro de mí.
Entonces sentí eso que había dicho Josh, no era coincidencia sino destino. –Reí.
La luz de mi celular se apagó.
-Está bien, está bien. –Fue lo primero que salió de mi boca.
Jeonghan temía a la obscuridad porque de manera irracional sentía horror de estar desprotegido y al no ver nada, si algo salía no podría defenderse. Algo así mencionó. Quizá hablaba de un trauma, pensé lo peor.
Me quité de ahí y me hinqué a su lado y comencé a hablarle cerca.
-Platiquemos mientras mantienes tus ojos cerrados. –Dije.
Él frío chico tomó mi mano y sentí que me desvanecía. Lucharé por no temblar.
-El proyecto de... (Interrumpe)
-No, háblame de otra cosa, eso me dará más pesadillas. –Frunció el ceño chistoso.
-Ah, de acuerdo, ¿cuál es tu película favorita y por qu... (Interrumpe)
-¿A ti te gusta alguien? –Preguntó.
LO SABE, MALDITA SEA LO SAB... (Yo misma me interrumpí)
-Sí.
Exploté frunciendo el ceño a toda potencia.
-También me gustas. –Dijo seguro.
Espera, yo no dije que me gustara él, sólo dije sí, o... ¿o cuál fue su pregunta? –Comencé a sentirme desorbitada.
-Jeonghan yo...
-¿Lo negarás?
Sólo suspiré.
-Duérmete. –Dije sin más habla.
Jeonghan se rió con ternura y sentí que el sonido me abrazaba. El chico jaló de mí, me abrazó y me puso a su lado y ya comenzaba a respirar su perfecto y excitante aroma.
Mi corazón comenzaba a latir con rapidez, BOOM, BOOM, BOOOM, BOOM.
Se encontraba su brazo por debajo de mí haciendo de almohada y su cabeza recostaba sobre la mía, de alguna manera romántica. Esto es un sueño.
La luz volvió y con ello una gran bocanada de aire, me asfixiaba en mis emociones.
Ambos nos miramos fijo a los ojos pero entonces, lo inesperado...
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No fue casualidad | Jeonghan
FanfictionEl grupo de universitarios se encontraba en el departamento de un magnífico y atractivo filántropo de apariencia delicada y con un perfecto don del convencimiento con cierta seducción en su tono de voz. Hombres y mujeres volteaban a verlo al pasar...