Entrenando a mi mascota [Diabolik Lovers]

¿Macho o Hembra?

Las hermanas Rosa y Alicia, no por genética sino por profesión dado a que las monjas de la iglesia entre si son como hermanas, estaban regresando de sus labores aunque discutían sobre el tema de la nueva ¨mascota¨ de la iglesia.

— ¿Y si llamamos a un circo para que se lleve al cachorro?-dio otra idea Rosa

— ¿Y de dónde planeas encontrar un circo?-le cuestiono Alicia

—No sé-se empezó a reír nerviosa por faltarle algo en el plan

—Eres algo despistada, hermana Rosa-menciono divertida-Pero la cosa es que aunque llegáramos a encontrarle un hogar a la cría, a la pequeña Yui se le destrozara

—Me da tanta pena, si ella fuera mi hija le daría todo el amor del mundo

—Yo igual

—No entiendo porque el Padre Seiji no pasa más tiempo con la nena, ella necesita el amor familiar, no estar encerrada en la iglesia toda su vida

—Si yo fuera otra persona te diría que has perdido el juicio, hermana-dio una leve risa

— ¿Por qué?

—No es normal que una monja piense que la iglesia es una cárcel

—Pues no lo es pero ella es solo una pequeña niña que debería vivir su infancia como cualquier niño normal, yo a su edad iba a los prados a jugar con mis primos, ¿o acaso tú te la pasabas encerrada en la iglesia leyendo las biblias de la iglesia desde el inicio de Dios hasta la actualidad como le manda el Padre Seiji?

—No, yo iba a ayudar a la iglesia a veces con mi familia y salía a recolectar flores

—Yui-chan es de admirar porque a pesar de la falta del cariño familiar sigue siendo una niña bondadosa, amable y dulce

—Sera una grandiosa monja como la Madre Teresa De Calcuta

—Estoy de acuerdo, hermana Alicia

Las dos mujeres llegaron al cuarto donde dejaron a la niña y al animalito, la hermana Rosa estaba a punto de coger el pomo de la puerta cuando escuchan cosas romperse y algunos golpes provenientes del interior de la habitación.

Ambas se vieron con terror al pensar lo que podría estar pasando así que Rosa abrió de golpe la puerta.

Vieron varios frascos estaban tirados en el piso, algunos estaban rotas, las sabanas de la cama donde dejaron al animalito estaban en el piso, y Yui estaban en el piso sentada en forma india, pero lo más raro es que no vieron al lobito.

—Yui-le llamo la hermana Rosa

—Hola, me alegro que hayan vuelto-se levantó del piso y se acercó a las señoras

— ¿Dónde está el peludo paciente?-pregunto la otra hermana

— ¿Y qué fue lo que paso aquí?-pregunto después la hermana Rosa

—Bueno...estaba jugando con mi nuevo amigo

— ¿Amigo?-preguntaron al unísono

—No me di cuenta que llegaron los del pueblo a rezar-dijo pensativa la señora Alicia

—Yo tampoco-le siguió la otra

—No, yo hablo del lobito

—Haya-contestaron al ya captar

—Estaba tratando de enseñarle a caminar con sus patitas en la cama pero se tropezó con sus pasos y se volvió una bola de frazadas, rodó hacia la despensa de medicina haciendo que caiga los frascos y aún sigo entre las frazadas