Cuidados

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—Lo llamare...Hachiko-Dijo decidida para después ver con una sonrisa a su nuevo amigo peludo de cuatro patas

—No sé por qué pero ese nombre se me hace familiar-menciono pensativa la señora Rosa— ¿De dónde sacaste ese nombre, Yui-chan?

—Pues, de la película que vimos hace unos días -respondió con una sonrisa entusiasta

—Con razón se me hacía familiar

— ¿Y porque le pondrá ese nombre, hermanita Yui?

—Porque siempre estaremos juntos, en las buenas y en las malas-Alzo al cachorro delante de su rostro, dándole una sonrisa alegre.

Las señoras no sabían si el lobezno las entendía, pero por los ladridos y su cola moviéndose, afirmaban que estaba de acuerdo con la idea de la rubia.

—Bueno Yui-chan, ahora te enseñaremos algunas cosas básicas para que cuides del lobito-argumento con aire de sabiduría la señora Rosa

— ¿Qué cosas?-pregunto la niña abrazando a su nuevo amigo dándole la vuelta para que el vea a las señoras también.

—Como limpiarlo y alimentarlo, por ejemplo

—Pero recuerda que es una gran responsabilidad, no lo descuides-intervino la otra señora- ¿Entendido?

— ¡SI!-Salto con el animal en manos con mucha alegría

—Empecemos primero por la ducha

—Yo me quedare para ordenar, usted vaya hermana Alicia

—Está bien, vamos Yui-extendió su mano hacia la niña, la cual acepto gustosa y salieron de la habitación con dirección al cuarto de la pequeña de orbes rosados

Al entrar, fueron directo a la bañera de Yui. La señora se la paso explicándole la cantidad que debe usar y los implementos de aseo que usaría en la limpieza del animal.

Al finalizar la explicación, metió al animal en la bañera, sujetándolo para que no se tropiece entre sus patas para que no se ahogue.

El lobezno, ahora llamado Hachiko, veía la bañera con miedo por recordar su accidente.

Empezó a ladrar y patalear, tratando de escapar. En eso, sintió una dulce caricia en su cabeza, era la misma que le daba su madre cuando recién vino al mundo, le transmitía mucha paz, levanto su vista, esperando ver a su madre pero en lugar de eso vio a la niña que lo salvo, dándole una sonrisa.

—Calma, no te haremos daño, somos gente buena

Con esas pequeñas acciones y las dulces palabras, el pequeño animal dejo de forcejear.

La señora se quedó anonada por lo sucedido pero después se calmó, era normal que Yui transmitiera tanta calma a cualquiera, al parecer los animales también sufren ese pacifico efecto de la niña.

Después de bañarle, salieron con el cachorro en una toalla en brazos de la adulta y a su lado salía Yui, las dos vieron que la señora Rosa estaba esperándolas con un pequeño plato de comida, era más que nada carne y huesos, eso le extraño a la menor así que les pregunto.

— ¿Para que trae eso, hermana Rosa? Ya terminamos de almorzar hace unas horas, y dudo comer eso-señalo el plato algo asqueada

—jajajaja oh Yui, esta comida no es para ti, es para tu mascota-dijo entre risas dejando el plato en el piso

La adulta, que tenía al animal entre sus brazos, se agacho, dejando al lobezno en el piso. Hachiko empezó a olfatear el aroma de la comida y con pasos lentos se fue acercando al plato, al llegar comenzó a devorar el alimento ofrecido como si no hubiera comido en días.

— ¡Vaya! Sí que tiene hambre-menciono sorprendida y algo divertida la señora Rosa

—Pobrecito, que bueno que lo trajiste Yui

—Dios ha velado por Hachiko y yo haré lo mismo-aseguro la infante

—Así se dice

—Ahora vamos al nuevo hogar de Hachiko antes que venga el padre Seiji-Dijo Alicia dirigiéndose a la puerta

— ¡Sí!-Dijeron las otras féminas

Yui tomo a su mascota entre sus brazos, cuando vio que ya termino su comida, y se dirigió con ambas señoras para salir de su habitación.

Tuvieron que pasar por los pasillos con cautela para evitar ser vistas por las demás monjas del recinto o pueblerinos que pasan por la iglesia. Fue dificultoso el recorrido pero lograron al final su objetivo.

—Uff eso estuvo cerca

—Apurémonos antes que sepan dónde estamos-dijo nerviosa la señora Alicia

Sin objetar, las tres féminas junto al canino, entraron a la bodega. Se veía que estaba algo descuidada por la ausencia de su anterior dueño, pero nada que una mano de obra no pueda arreglar.

—Esta será una larga tarde-admitió la señora Rosa

—Pero no nos rendiremos ¡Vamos!-Dijo animada la niña de caireles rubios junto a los ladridos de ánimo de su amigo

La energía de esos dos paso a las adultas y se la pasaron toda la tarde limpiando junto a risas, bromas y una que otra travesura del cachorro.

Al terminar de limpiar, las señoras salieron en busca de unos cojines para que el animal duerma. Al regresar dejaron las cosas en manos de la niña, advirtiéndole a la vez que debe estar en su cuarto dentro de unos minutos porque su padre la iría a buscar.

La niña asintió con una sonrisa y se despidió de las señoras que tenían trabajo que hacer en la iglesia antes de ir a sus casas.

Paso un rato jugando con su mascota, estas eran una de las pocas veces donde se sentía demasiado feliz, aunque ese momento podía durar para siempre porque debía ir a su cuarto rápido.

Se despidió de Hachiko y le dijo que vendría mañana, aunque no sabía si le entendía de todas formas se lo dijo.

El pequeño Hachiko se acomoda en su nueva cama y durmió feliz moviendo su cola, sin duda ha tenido suerte y tenía ahora una linda familia.

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¡Hola a todos!

Espero que les haya gustado este capitulo, trate de que sea lo más largo posible.

Tal vez para algunos aun no entienden porque esta obra la puse en categoría de comedia pero con el tiempo sabrán mejor la razón.

Disculpenme si es que actualizo tarde, pero es que estoy muy atareada con tantas obras que debo actualizar, sin mencionar que estos dias estuve algo mal con dolor fisico y aparte debo dirigir una comunidad amino.

Ahora que actualice esta parte, quiero decir ¡GRACIAS POR LOS 1.11K DE SEGUIDORES!.
Juro que me iba a dar algo cuando me entere, gracias enserio.

Eso es todo por el momento, adios a todos :3


Loverin157

Entrenando a mi mascota [Diabolik Lovers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora